Los expertos recomiendan realizar este deporte milenario a partir de los 60 años
Al disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, promueve un estado de relajación.
El yoga se ha convertido en una de las prácticas más recomendadas para las personas mayores de 60 años, incluso por encima de actividades como la caminata. Esta disciplina ofrece múltiples beneficios físicos y mentales que contribuyen al bienestar integral en esta etapa de la vida.
En el aspecto físico, la práctica regular del yoga mejora la flexibilidad y fortalece los músculos, algo fundamental para contrarrestar la pérdida de movilidad que ocurre con el paso de los años. Además, ayuda a aliviar dolores crónicos, especialmente en la columna vertebral, al mejorar la postura y fortalecer los músculos que soportan el cuerpo. Otra ventaja destacada es la mejora del equilibrio, lo que reduce significativamente el riesgo de caídas, un problema habitual en esta etapa de la vida.
Desde el punto de vista mental, el yoga es conocido por su capacidad para reducir el estrés y la ansiedad. Al disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, promueve un estado de relajación. También incrementa la producción de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, lo que contribuye a combatir la depresión y mejorar el estado de ánimo. Además, las técnicas de meditación y concentración que se practican en el yoga estimulan la memoria y mantienen la mente activa, algo crucial para preservar las funciones cognitivas.
Para quienes desean iniciarse en esta práctica, los expertos recomiendan hacerlo bajo la supervisión de instructores especializados, especialmente en clases diseñadas para personas mayores. Estas sesiones suelen incluir movimientos más suaves y el uso de elementos de apoyo como sillas para facilitar la realización de las posturas. Asimismo, se aconseja consultar previamente con un médico para adaptar la práctica a las necesidades y capacidades individuales, evitando posibles lesiones.
El yoga, con su enfoque integral que abarca tanto el cuerpo como la mente, se ha posicionado como una herramienta esencial para mejorar la calidad de vida en la tercera edad. Su accesibilidad y versatilidad lo convierten en una opción ideal para quienes buscan mantenerse activos y equilibrados a partir de los 60 años.
