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Soy una estadounidense viviendo encantada en España: si vuelvo a casa esta es la tradición española que me llevaré

Soy una estadounidense viviendo encantada en España: si vuelvo a casa esta es la tradición española que me llevaré

La chica se ha quedado impresionada con el significado que tiene para los españoles la hora de la comida.

Amigos desayunando en la naturaleza.Getty Images

Cuando Alex Gore, una joven estadounidense de Nueva York, aceptó una oferta para enseñar inglés en España, nunca imaginó que acabaría enamorándose de una tradición gastronómica que en nuestro país vemos como algo simple y cotidiano.

"A medida que se acercaba el final de la segunda hora del almuerzo, yo todavía no tenía idea de cuándo terminaríamos", relata Alex en Times Union, sorprendida por la diferencia cultural en los horarios de las comidas en su nueva ciudad, Lucena, en la provincia de Córdoba, Andalucía. Para alguien que había crecido en un entorno donde las comidas eran rápidas y funcionales, el almuerzo español fue un choque cultural

"El jamón fue cortado en lonchas y colocado en una bandeja delante de todos los comensales de la mesa. Apareció una tortilla de patatas, tan radiante como el sol. Se sirvió café, pero aparentemente no para beberlo inmediatamente. Las tazas llenas de un rico líquido negro permanecieron intactas sobre la mesa durante media hora", recuerda.

Acostumbrada a una vida acelerada, Alex tenía su día planeado: gimnasio, tareas domésticas y una cena temprana. Sin embargo, sus nuevos amigos tenían otros planes: "Mientras mi yo estadounidense regimentado replanificaba el resto de mi día, mis amigos charlaban, reían y contaban historias entre bocados de tapas". El almuerzo no solo era un espacio para comer, sino un auténtico acto social.

Punto de inflexión

El momento culminante llegó con la llegada de la paella. "Finalmente llegó la paella mixta, magnífica en su sartén de un metro y medio de ancho. Era lo mejor que había comido en meses". Pero, más allá del sabor, lo que realmente marcó a Alex fue la actitud de sus amigos: "En su falta de urgencia, descubrí la diferencia fundamental entre nuestras respectivas opiniones sobre la comida".

"Mientras estaba sentada allí en el campo, con un bocado, un sorbo y una charla pausada que conducían al siguiente, me di cuenta de que había llegado a ver la comida principalmente como un medio para un fin; era una forma de alimentar mi cuerpo y darme energía para lo que viniera después. Para mis amigos españoles, las comidas son para conectarse socialmente. Es un momento tanto para charlas triviales como para conversaciones importantes facilitadas por una comida deliciosa y, probablemente, una copa de vino o dos", reflexiona.

Conforme avanzaba la tarde, Alex se olvidó su agenda y se entregó a la experiencia. "A medida que la segunda hora daba paso a la tercera, abandoné mis planes para el resto del día. Empezé a perder la noción del reloj, y luego eran las 10 de la noche, hora de cenar. Alguien pidió pizza y la fiesta continuó hasta las primeras horas de la mañana siguiente".

El ritmo de vida en Lucena, señala, facilita este tipo de interacciones. "Un descanso de tres horas por la tarde permite a la gente de aquí disfrutar de un largo almuerzo con compañeros de trabajo o familiares, vinculando la comida y la socialización a diario", explica Alex.

Una gran lección de vida

Ha sido una experiencia tan gratificante, que ya no se imagina vivir sin esta tradición: "El año que viene, si decido volver (lo siento, mamá y papá), me traeré muchas cosas de España: un acento andaluz, una mayor sensación de independencia por haberme sumergido, sola, en una nueva cultura y, sobre todo, una profunda conciencia de los vínculos que se forjan y fortalecen durante las largas comidas".

Por ello, aunque es consciente de que será difícil imititar estas prácticas en Estados Unidos, está dispuesta a intentarlo de vez en cuando. "No me hago ilusiones de que sea posible almorzar durante tres horas más de una o dos veces al año en la vida americana que me construya. Pero pueden apostar a que mis amigos y familiares recibirán invitaciones regulares para cenar y probar mi paella espectacular".