Un estudiante comete un error garrafal en el examen de mates y le mete mucha literatura: "Escribí 10 páginas"
Lo de mezclar asignaturas puede salir mal, pero al menos da para anécdota de manual y un aprobado en redes sociales.

En Rumanía, los temidos exámenes de bacalaureat -el equivalente a la EBAU en España- han dejado una joya que bien merecería un lugar en el museo de las anécdotas escolares. Según el canal de televisión local B1TV, un estudiante de Călărași ha decidido afrontar su examen de matemáticas como si fuera un ensayo literario. Y no, no es una metáfora. El muchacho se plantó en el aula con boli, papel y una inspiración que ya quisiera cualquier escritor en pleno bloqueo creativo.
"Escribí unas diez páginas", confesó el estudiante, probablemente con la misma cara de quien ha terminado una novela y espera ganar el Premio Pulitzer. El problema es que no se trataba de una redacción sobre La muerte de la poesía en la era digital, sino de resolver límites, derivadas y otros males que no admiten lírica. En vez de números, le puso ingenio y literatura a lo loco, pero de la buena: la obra de Mihai Eminescu, el poeta rumano por excelencia. Si eso no es pasión por las letras, que baje el Ministerio de Educación y lo vea.
Según Cancan, medio que también cita B1TV, el estudiante rumano confundió el examen y decidió tirar por la calle de en medio: “He escrito más de lo que pedían, he escrito sobre la obra de Mihai Eminescu”, aseguró el joven. Para qué andar con fórmulas matemáticas si se puede hablar de amor eterno, paisajes bucólicos y angustias existenciales. Claramente, si hay que suspender, que sea con estilo.
Por si alguien pensaba que este despliegue de tinta y emoción escondía algún atisbo de angustia adolescente, nada más lejos de la realidad. El chico no solo lo vio venir, sino que lo ha asumido con calma olímpica. "Creo que sacaré un 2,5 o un 3, aproximadamente", ha declarado con una tranquilidad que querrían muchos de los CEO muchas empresas que tienen lidiar con una crisis de reputación. Así que ya se ha hecho a la idea de que volverá a examinarse en septiembre. Es más, seguramente ya esté ensayando su próxima oda, esta vez quizá sobre los logaritmos neperianos.
La fecha límite para conocer el veredicto de esta tragicomedia es el 20 de junio, para ser exactos, a las 12:00 horas del mediodía, cuando se publiquen los resultados del examen. Las alegrías, decepciones y dramas adolescentes podrán canalizarse a través de las reclamaciones, que se podrán presentar ese mismo día, entre las 14:00 a 18:00 horas. El desenlace, sin más poesía que la burocrática, llegará el 30 de junio.
Mientras tanto, no sería raro que algún profesor, conmovido por la hazaña, proponga abrir una nueva modalidad de examen: matemáticas creativas. Total, ya se ha visto que con un poco de entusiasmo y algo de Eminescu, hasta las integrales parecen más llevaderas.