Un hombre cambia su nombre completo y residencia una vez al año para evitar pagar la pensión alimenticia a sus hijos
La estrategia de este hombre no le salió como él esperaba.
Las autoridades de Tyumen, en Rusia, han sacado a la luz un caso insólito de evasión de responsabilidades parentales: un hombre decidió cambiar su nombre completo y su lugar de residencia cada año para intentar eludir el pago de la pensión alimenticia de sus hijos. El episodio fue relatado por Roman Korenev, responsable del servicio de alguaciles encargado de hacer cumplir estas obligaciones.
Según explicó el funcionario, el deudor llevaba a cabo un proceso completo de reinvención anual: nuevos nombre y apellidos, nueva dirección y, al cabo de doce meses, vuelta a su identidad original para repetir el ciclo. Su objetivo era confundir a los agentes judiciales y desaparecer temporalmente del radar administrativo.
Pese a su ingenio, la estrategia no funcionó. Cada cambio de identidad queda registrado y el propio registro civil notifica estas modificaciones a los alguaciles, de modo que la pista del individuo nunca se perdió del todo. Korenev subrayó que quienes intentan este tipo de maniobras suelen desconocer que el sistema está preparado para rastrear estas variaciones, por lo que eludir la manutención de los hijos resulta prácticamente imposible.
El caso ha servido para que las autoridades locales recuerden que los deudores suelen recurrir a artimañas cada vez más extravagantes con la esperanza de esquivar sus responsabilidades, aunque la mayoría termina fracasando. Los alguaciles de Tyumen aseguran que se encuentran con este tipo de trucos de forma habitual.
Uno de los ejemplos citados por el propio servicio judicial es el de un moroso que aseguró padecer agorafobia para impedir que los agentes entraran en su vivienda. Sin embargo, la excusa se vino abajo cuando se descubrió que no solo vivía con normalidad, sino que además era propietario de dos apartamentos.
Uno de esos inmuebles, según trascendió, estaba incluso en proceso de ejecución hipotecaria, lo que puso aún más en entredicho la veracidad de su argumento. Para los alguaciles, se trata de otro caso que evidencia hasta qué punto algunos residentes están dispuestos a inventar cualquier historia antes que afrontar sus deudas.
En Tyumen, estos episodios se han vuelto casi rutinarios, pero difícilmente dejan de sorprender. Las autoridades insisten en que, a pesar de los intentos más creativos, las herramientas legales y administrativas actuales permiten rastrear a los deudores y garantizar que las obligaciones familiares no queden impunes.
La historia del hombre que se “reinventaba” cada año para no pagar la pensión alimenticia se ha convertido así en un recordatorio de que, incluso en un paisaje burocrático complejo, las maniobras para esquivar la responsabilidad paterna tienen los días contados.