Un jubilado que ha cotizado 45 años en el sector de la pintura de automóviles señala: "Cobro 3.000 euros de pensión"
A diferencia de otros muchos pensionistas, el asegura "no tener queja".

Después de toda una vida dedicada a la pintura de coches, Pepe, un jubilado del sector de la automoción, disfruta hoy de una pensión que muchos considerarían envidiable. Tras 45 años cotizados, asegura recibir 3.000 euros mensuales, una cifra que, según reconoce, le permite vivir sin apuros económicos. “Tengo una gran pensión, así que no tengo quejas”, afirma con una mezcla de orgullo y alivio.
El proceso para acceder a su jubilación, sin embargo, no fue inmediato. Recuerda que tuvo que esperar varios meses desde que presentó la solicitud hasta que recibió el primer pago. “Fue un trámite largo, pero mereció la pena”, comenta. Ahora, cada cierto tiempo nota pequeñas subidas en su paga: entre un 0,5 % y un 1 %, aunque admite no tener claro si los ajustes son mensuales o anuales.
Para Pepe, su pensión es más que suficiente para cubrir todos los gastos del día a día. No necesita recurrir a ayudas externas ni depender de sus hijos, algo que considera una gran suerte. “Con la pensión me vale”, dice. Vive tranquilo, sin grandes lujos, pero con la sensación de haber ganado estabilidad tras décadas de trabajo físico y esfuerzo constante.
Pese a su satisfacción personal, no deja de reconocer que muchos pensionistas lo tienen más difícil. “Las pensiones en general son bajas”, señala, recordando que las subidas no siempre compensan el aumento del coste de la vida. Los precios de la vivienda, los alimentos o la energía, asegura, “también suben algo”, lo que deja a muchos jubilados con el agua al cuello.
Aun así, Pepe no teme por el futuro del sistema. Cree que las pensiones seguirán garantizadas mientras haya empleo y cotizantes. “Hay trabajo para la gente, y eso hace que se ayude a los pensionistas”, opina con optimismo.
El pintor jubilado, que pasó su vida entre talleres y carrocerías, lanza también un consejo a las nuevas generaciones: “Trabajar es la mayor virtud del hombre y de la mujer”. Para él, el esfuerzo diario no solo le permitió llegar a la jubilación con dignidad, sino también disfrutar ahora de la recompensa a una vida entera de oficio y constancia.
