Una experta en organización anima a probar su trucazo sin lavadora para dejar la mochila de los niños como nueva
Se trata de un método fácil y económico.

Con la vuelta al cole, los padres se enfrentan a una larga lista de tareas: comprar materiales, organizar horarios y, por supuesto, mantener a punto los útiles escolares. Entre ellos, la mochila se lleva buena parte del desgaste diario. Entre el almuerzo, los libros y los inevitables accidentes con bebidas o rotuladores, no tarda en acumular manchas y olores.
La reacción más común suele ser meterla directamente en la lavadora, pero los expertos en organización desaconsejan este método. El motivo: los ciclos de lavado pueden dañar el recubrimiento interior, deformar la estructura o estropear las correas, lo que reduce considerablemente su vida útil. Por eso, una creadora de contenido especializada en orden y limpieza, ha compartido un truco casero para dejar las mochilas impecables sin necesidad de usar este electrodoméstico.
El método es sencillo y económico. Solo hace falta preparar una mezcla con medio litro de agua, medio tapón de detergente, medio tapón de suavizante y 50 mililitros de vinagre de limpieza. Con la ayuda de un cepillo, se aplica esta solución sobre toda la superficie de la mochila, insistiendo en las zonas más sucias o con restos de comida o tinta.
Aunque al principio parezca que el tejido se ensucia más, Sara aclara que se trata de un efecto óptico provocado por la humedad. Después, se pasa un paño de microfibra humedecido en agua limpia para retirar el jabón y la suciedad. Si es necesario, se repite el proceso hasta que el enjuague sea completo.
El último paso es dejar secar la mochila al aire libre, en posición horizontal y sin exponerla al calor directo, para evitar que se deforme. Según la experta, con este sencillo truco el resultado es sorprendente: la mochila queda “como nueva”.
Además, la especialista en organización recomienda un paso extra para mantenerla limpia por más tiempo: usar un spray impermeabilizante. Este producto crea una capa protectora que repele la suciedad y evita que los líquidos penetren en el tejido.
Antes de aplicarlo, eso sí, conviene asegurarse de que la mochila esté completamente seca, libre de agujeros y de que el spray sea compatible con el material y seguro para transportar alimentos. Con estos cuidados, la rutina escolar será un poco más fácil… y la mochila, mucho más duradera.
