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Se va a Marbella a celebrar la boda de sus sueños y un gran olvido amenaza con hacer volar la celebración por los aires

Se va a Marbella a celebrar la boda de sus sueños y un gran olvido amenaza con hacer volar la celebración por los aires

Afortunadamente, la historia tuvo final feliz.

Novios cortando el pastel de bodaGetty Images

Cuando una pareja se casa, todo suele estar preparado con mimo y planificado al milímetro para que durante ese día tan especial nada falle. Sin embargo, eso no es lo que le pasó a la creadora de contenido Danielle Olivia Lyth. La historia ha sido vista por más de un millón de personas.

Tal y como recoge la revista People, la mujer, de 30 años, viajó a Marbella para casarse con su pareja, Jamie Lyth, de 35 años. Ambos estuvieron preparando la celebración durante dos años, pero un gran olvido estuvo a punto de hacer saltar la boda por los aires a pocas horas del inicio.

En declaraciones a la mencionada revista, Danielle Olivia Lyth ha explicado que a la ciudad andaluza se llevaron "ocho maletas, bolsos, sombrereras y, por supuesto, el vestido de novia, que tenía su propio asiento en el avión".

El día de la boda, la mujer cuenta que "comenzó el bullicio matutino: empezaron a llegar peluqueros, maquilladores, fotógrafos y videógrafos. Le pedí a mi madre que sacara mi vestido de su habitación para que pudiéramos exhibirlo en el maniquí para las fotos. Fue entonces cuando la cosa cambió".

No encontraban ni el vestido ni el velo

Cuando pasó un tiempo desde esa petición de Danielle y el vestido de novia aún no había aparecido, la novia, preocupada por la situación, le pidió a su hermana que revisara dónde estaba el vestido. Pero había malas noticias. Su hermana "regresó con una cara que lo decía todo: no encontraban ni el vestido ni el velo", ha narrado Danielle.

El tiempo jugaba en contra. "Eran alrededor de las 11 de la mañana, y la ceremonia era a las 4 de la tarde, con las fotos programadas para las 3 de la tarde. Todos empezaron a rebuscar entre maletas y cajas, buscando por todos lados. Entonces mi madre sugirió que quizá aún estuviera en la villa, a más de una hora de distancia", ha precisado la novia.

Sin embargo, el cuñado iba a erigirse de manera inesperada en el héroe de la boda. "La única persona que no formaba parte del cortejo nupcial que pudo venir fue mi cuñado", ha recordado la mujer, por lo que "le pedimos que fuera, cruzando los dedos para que el vestido estuviera allí".

El cuñado acudió a la villa, y hubo final feliz. "Detrás de una puerta, por fin vio una caja grande, y dentro estaba mi vestido. Al lado había una caja negra con mi velo. Podía haber gritado de alivio", ha destacado Danielle Olivia Lyth.

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