A 'The Economist' le llama la atención la marcha de una ciudad española: dice que "prospera", pero lanza un aviso
Destaca "dos nubarrones".

El prestigioso semanario británico The Economist ha puesto la lupa sobre la marcha de Málaga, a la que ha dedicado un artículo con un titular muy descriptivo: "La ciudad natal de Picasso está prosperando".
No todo es, sin embargo, tan positivo como puede apuntar el titular y la publicación deja una pregunta ya en el subtítulo: "¿Pero caerá el Málaga víctima de su propio éxito?".
En el texto, The Economist recuerda que "hasta principios de siglo, los turistas que se dirigían a los destinos turísticos de la Costa del Sol evitaban lo que entonces era una antigua y monótona ciudad industrial".
"Hoy, Málaga, la sexta ciudad de España, está en auge, impulsada no solo por el turismo, sino también por una floreciente industria tecnológica. Su economía ha superado a la del resto de Andalucía durante la mayor parte de la última década. Algunos la consideran un modelo para otras ciudades españolas, pero algunos residentes locales temen que pueda ser víctima de su propio éxito", advierte.
The Economist asegura que el resurgimiento de la ciudad "comenzó con la peatonalización del centro y la inauguración en 2003 de un museo dedicado a Pablo Picasso". Además, destaca que "los museos han contribuido a convertir la ciudad en un polo de atracción para profesionales del sector tecnológico y otros sectores", y que "el actor Antonio Banderas ha regresado a su ciudad natal para abrir un teatro".
En cualquier caso, el semanario avisa de que "dos nubarrones oscurecen el horizonte": "Como muchas otras ciudades españolas, Málaga sufre escasez de viviendas. Se están construyendo unas 9.000 nuevas viviendas, y el ayuntamiento está cediendo el terreno a constructoras privadas".
"La otra preocupación son los excesos del turismo de masas. El centro histórico cuenta con unos 6.000 pisos turísticos, la mayor densidad de España. Carlos Carrera, de la asociación de vecinos, se queja de 'entradas de desconocidos en los edificios, peleas, borrachos y vándalos en el ascensor' y de bares que abren hasta las dos de la madrugada", señala.