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El profesor de educación física lleva a los alumnos a un viaje intenso y se sorprende cuando empiezan los llantos

El profesor de educación física lleva a los alumnos a un viaje intenso y se sorprende cuando empiezan los llantos

"Se supone que los niños eran volcanes de energía".

Una maestra con sus alumnos durante una excursión.Getty Images

Esta historia tiene más miga de la que parece. El lugar, Polonia; los protagonistas, los alumnos de los cursos más superiores del colegio polaco, que en ese caso era séptimo y octavo grado (lo que equivaldría a quinto y sexto de primaria en España).

En esta época de mayo es muy habitual, siempre que haga buen tiempo, hacer excursiones al aire libre como pasear por el campo, subir a la montaña o hacer rutas específicas para visitar lugares de la zona. Jacek, un profesor de educación física, organizó una excursión de varios días para sus alumnos, no solo para hacer turismo, sino tenía el propósito de que fuera una excursión activa.

Entre otras actividades, subieron al monte Gubalowka y también visitaron Morskie Oko, ambas en Polonia. Fue al tercer día cuando a primera hora de la mañana fueron a Morskie Oko y al principio los alumnos estaban de buen humor... Hasta el regreso.

Tal y como cuenta el mismo profesor en el medio polaco Edziecko, los estudiantes se dividieron en dos bandos: los que volvieron felices y los que estaban cansados y se quejaron durante la vuelta y se limitaron a quejarse, advirtieron de que jamás harían un viaje así de nuevo.

"Me enfadé y pensé que era broma por un tiempo, porque de niño me encantaban los viajes, donde uno conoce un poco más. La emoción no duró mucho, después se quejaron del dolor de pies, del tiempo o de su bienestar general", ha expresado en el citado medio.

Algo que destacó es que al final no le sorprendió que le doliera el cuerpo al ver que caminaban encorvados y arrastrando las piernas. "Incluso nosotros, los maestros de 50 años, caminábamos erguidos", ha añadido.

Jacek ha terminado reflexionando sobre la gran diferencia de 'vitalidad' y ganas de esfuerzo, comparando su edad con la de los niños y ve un problema común. 

"No sé qué esperaba, se supone que los niños son volcanes de energía, pero a la hora de la verdad, se quejan constantemente y no tienen que hacer ejercicio. No tienen ninguna condición física ni ganas de lograr nada y, preferiblemente, sin obstáculos, porque cuando aparecen, se ablandan", ha concluido.

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