Los dos robots para el sellado del 'Oleg Naydenov' ya están en la zona del hundimiento
Fue el 15 de abril cuando el pesquero ruso Oleg Naydenov se hundió a 15 millas de Maspalomas. Mañana, pasados 27 días, el buque Fugro Saltire y los dos robots que porta podrán al fin ponerse a sellar las fugas de fuel, tres en concreto. Según el Ministerio de Fomento, el material necesario para la operación llegó ayer a Gran Canaria.
Desde primera hora de la mañana de este domingo, los medios aéreos y marítimos de vigilancia y recogida siguen operando tanto en la zona del hundimiento como en las zonas situadas a sur y sudeste de Gran Canaria, y tan sólo se siguen detectando residuos en el lugar donde se hundió el barco, no a mayor distancia, como en las jornadas inmediatamente posteriores al suceso. Greenpeace afirmó que esa mancha llegó a ser de 70 kilómetros y WWF, que afectaba a zonas muy cercanas a Reservas de la Biosfera.
Fomento siempre ha explicado que el barco se hundió de costado y que por eso ha sido muy complicado explorar las fisuras y cerrarlas.
Aunque las condiciones meteorológicas han mejorado ligeramente, siguen siendo malas, con vientos alisios mantenidos del noreste de 20 nudos y marejada. Los buques Luz de Mar y Miguel de Cervantes se encuentran en la zona del hundimiento e intentarán realizar labores de recogida, llevando a cabo operaciones de dispersión mecánica si no es posible la extensión de los tangones.
Los medios que participan ahora en el operativo aéreo de vigilancia son los aviones de Salvamento Marítimo Sasemar 103 y Sasemar 102, que reconocen la zona del hundimiento y costas, y el helicóptero de GES del Gobierno de Canarias, que vigila las costas.
El remolcador Punta Salinas, la Guardamar Talía y la L/S Escila de Cruz Roja continúan con la vigilancia en zonas cercanas a la costa y el resto de las salvamares permanecen en alerta. Tanto el Gobierno de Canarias, como el Ministerio de Medio Ambiente, continúan sus programas de voluntariado y atención a la fauna. Por ahora nadie ha informado del daño real a los animales marinos, después de que se hayan visto ejemplares de delfín o tortuga impregnados por el fuel.