Los momentazos de Jeff Koons, el rey del (neo) pop

Los momentazos de Jeff Koons, el rey del (neo) pop

GETTY IMAGES

Cualquier cosa se puede convertir en arte en manos de Jeff Koons. Hacer el amor con la actriz porno Cicciolina o crear una escultura a tamaño natural de Michael Jackson y su mascota simia son solo dos de las más conocidas. El martes llega por fin a España la retrospectiva dedicada al estadounidense. El Museo Guggenheim de Bilbao acoge el repaso cronológico por su vida artística, en el que podrán verse algunas de sus piezas más valoradas, con las que ha logrado conectar con las masas. Aprovechando su presencia en nuestro país, repasamos algunos de los momentazosneo-pop que Jeff Koons nos ha dado hasta ahora.

Aunque a muchos les parece aterradora, la escultura de porcelana de Michael Jackson y su mascota del momento, el mono Bubbles, contó con el total apoyo del cantante. Accedía gustoso a ayudar a Jeff Koons cada vez que el artista le pedía una nueva imagen o unas medidas para completar su obra, ya que siempre evitó el encuentro en persona. Con esa información construyó con licencias creativas una figura de tamaño natural a imagen y semejanza del Rey del pop, al más puro estilo Lladró pero de tamaño natural. Las múltiples operaciones de cirugía plástica que Jackson se realizaba en esa época complicaron los preparativos de la pieza, pero su colaboración fue determinante para el que es sin duda el mayor monumento al kitsch de toda la historia.

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El Balloon Dog en versión blue. Foto: chrisjtse (Flickr)

Hace dos años, la casa de subastas Christie’s vendió Balloon Dog (Orange) a un pujante anónimo por más de 58 millones de dólares (aproximadamente 52 millones de euros). Se convirtió en la obra mas cara de un artista vivo. Aunque parece hecha con un globo, el perro en cuestión es de acero inoxidable que recrea la ingravidez del material plástico. En este caso, Jeff Koons rinde tributo en un tono naranja metalizado a esa felicidad absoluta que solo se siente desde la despreocupación de la infancia, desde la ligereza que se experimenta ante la ausencia total de problemas. Es su propio Caballo de Troya, como él mismo ha declarado en varias ocasiones.

Esta muestra organizada por el Guggenheim de Bilbao junto al Whitney de Nueva York y el Centre National d’Art et de culture Georges Pompidou parisino ofrece la oportunidad, hasta el 27 de septiembre, de ver muchas de las grandes obras de Koons pertenecientes a colecciones de todo el mundo. Pero algunas de ellas ya se encontraban en el museo español. Como si de un perro guardián se tratara, el cachorro de desproporcionas dimensiones que se encuentra en su puerta combina la tradición de los jardines europeos de siglos pasados con la inevitable posmodernidad que invade toda su obra.

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Hasta la vida personal de Koons es puro arte pop. A finales de los 80 inició una relación con la actriz porno y política Cicciolina, mito erótico de la época. Tan bien les fue durante un breve espacio de tiempo que se casaron y tuvieron un hijo. En lo artístico, dio lugar a la serie Made in Heaven, una oda a lo cursi que es a veces el amor sin renunciar al contenido pornográfico. En las fotos y esculturas que formaban parte de esta colección aparecían ambos practicando varias posturas sexuales.

Si la escultura de Michael Jackson hacía referencia a las madonnas del siglo XVI, en esta ocasión desvirtuaba la pintura de Adán y Eva de la capilla Brancacci de Florencia, del siglo XV. En su momento escandalizó o, cuanto menos, abrió el debate público acerca de su obra. Él, tan mitómano y tan fan de la cultura pop, cuenta que fue su forma de convertirse en una estrella del porno. Primero vio los posados en revistas de la estrella húngara, luego decidió viajar a Roma para ver uno de sus shows en vivo y finalmente la conquistó. Su polémico divorcio y la disputa por la custodia de su hijo casi termina con la carrera de él y con ella en la cárcel.

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Los tulipanes exteriores del museo Guggenheim de Bilbao. Foto: Jose Gonzalez (Flickr)

Otra de las obras del artista estadounidense que se pueden ver de manera permanente en el exterior del Guggenheim de Bilbao son sus tulipanes, de similar estilo a su valorado Balloon Dog. Tamaño monumental, tonos metálicos (en este caso creados con laca de color translúcida) y acero inoxidable para deformar la realidad a su gusto, todavía más de lo que la publicidad y los medios de comunicación de masas lo hacen en nuestro día a día.

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Lobster, en el Palacio de Versalles.

Lobster es una colchoneta de playa colgada boca abajo. Más banal, imposible. Y tampoco más oportuno. La langosta es de aluminio policromado. Cuando se expuso en el Palacio de Versalles en 2008, un descendiente de Luis XIV, Charles-Emmanuel de Bourbon-Parme, pidió a un juez que retirara la obra, al deshonrar a sus ancestros. Nade le hizo caso y el éxito de público hizo que la muestra se prolongara durante varias semanas más.

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Cuando Lady Gaga encargó a Koons que creara la identidad visual de su tercer álbum, Artpop, lo que ella estaba persiguiendo era convertirse en una escultura como Cicciolina o Michael Jakckson. Y lo consiguió pasando por caja. El estadounidense creó una pieza de grandes proporciones, como casi todo en su obra, con la cantante despatarrada y tapando sus intimidades con un globo de colores estridentes. La pieza sirvió también para protagonizar la portada del disco. Aunque en este caso fuera un encargo, el artista se mostró entusiasmado por colaborar con alguien que llegaba a tanta gente, aunque realmente el disco vendió menos de dos millones de copias, una nadería comparado con los anteriores trabajos de Gaga.

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