Y la corrupción se volvió a hacer carne

Y la corrupción se volvió a hacer carne

Los 'populares' reviven su peor pesadilla con la detención de González y la llamada a Rajoy para testificar.

Ignacio GonzálezFLICKR / COMUNIDAD DE MADRID

"La segunda... ya tal". Y tal. Detenciones, juicios, condenas, testificaciones, esposas y barrotes. Ahora que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se encontraba a gusto en su inesperado papel de estadista en Europa, había logrado algo de estabilidad en un diabólico Parlamento y recibía con palmas los informes del FMI, la corrupción en su partido vuelve a explotarle en las manos.

En apenas 24 horas, los españoles se han enterado de que Rajoy tendrá que declarar, en calidad de testigo, por la primera parte del caso Gürtel que juzga la Audiencia Nacional y han seguido en directo la detención del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González y de otra docena de personas por el caso del canal Isabel II. Les acusan de delitos de prevaricación, organización criminal, malversación, cohecho, blanqueo, fraude, falsificación documental y corrupción en los negocios. Nada más y nada menos.

Pero es que el fantasma de la corrupción, al que Rajoy y su entorno daban ya por amortizado, se ha vuelto a materializar con toda su crudeza. Sigue la penitencia tras unos días de Semana Santa marcados por la situación del PP en Murcia, cuyo líder, Pedro Antonio Sánchez, tuvo que dejar hace unas semanas el Palacio de San Esteban por su imputación en el caso Auditorio y la decisión del juez Eloy Velasco de pedir que también se le investigue por el caso Púnica. Y eso que Génova intentó aguantarlo hasta el último minuto.

La Púnica sigue enfangando precisamente ese Partido Popular de Madrid. La organización que se vanagloriaba de ser el principal ariete electoral del PP -con permiso de Murcia-. ¡Qué lejos quedan ya aquellos tiempos felices de una poderosa Esperanza Aguirre desafiando al Rajoy! La expresidenta es ahora apenas la líder de la oposición en el Ayuntamiento de la capital, cercada por los escándalos de sus antiguos colaboradores. González y Granados, Granados y González. Los dos, siempre enfrentados por el cariño de la jefa. Y lo dos, en el ojo del huracán judicial. Entre áticos en Marbella y chalés en Valdemoro. La discreción no fue nunca marca de la casa.

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LA CAÍDA DE LOS NIÑOS BONITOS DE AGUIRRE

Este miércoles supone otra caída moral de ese modelo neoliberal implantado desde la Puerta del Sol, de ese 'oasis de libertades fiscales' que combatía al zapaterismo y hasta el posterior marianismo instalado en La Moncloa. Pero los niños bonitos, que jugaban al pádel y que lucían las mejores corbatas, se han convertido en la imagen de la corrupción en la villa y corte. Uno detenido, el otro en la cárcel de Estremera.

Mientras, Aguirre intenta desligarse de sus hijos políticos. Ella solo reconoce su culpa in vigilando. Hoy calla. Y siempre repite a quien la quiere escuchar que ya pagó su precio político dejando la Presidencia del Partido Popular de Madrid. Antes había abandonado la Puerta del Sol por motivos de salud. Es verdad que aquel Madrid soñado por la 'lideresa' y su equipo es hoy una frustración de páginas locales en las hemerotecas. ¿De qué sirvieron las cenas a base de ensaladas y pescado que servía en su palacete de Marqués de Santa Ana a Sheldon Adelson para conseguir Eurovegas? Solo queda la resaca del vino blanco de Rueda que la madrileña sirvió al magnate.

Pero no se quiere apartar. ¿Puede soportar toda esa presión política? Sigue obsesionada con ser la alcaldesa de la capital, no soporta ver a Manuela Carmena en el sillón principal. Lo intentó todo, hasta ofrecerle primero la Alcaldía al PSOE con el apoyo de Ciudadanos. Siempre tiene una excusa para no mirar ese pozo de corrupción. "No vigilé la financiación porque estaba ocupada en los hospitales". Esta ha sido una de sus últimas salidas una vez se conoció que el juez disponía de una gran cantidad de documentos que acreditaban una financiación en B de su organización incautados durante registros de la Púnica. Pruebas encontradas precisamente en despachos y consejerías como la de Sanidad, precisamente uno de los pilares del Estado del Bienestar. Y ahí duele mucho a la oposición, el negocio en estos servicios esenciales para los ciudadanos.

Aguirre tendrá que declarar también por Gürtel este jueves

Esta detención de González se produce también apenas 24 horas antes de que la propia Aguirre tenga que ir a declarar por el caso Gürtel. Irá como testigo por el fraccionamiento de las facturas de los servicios prestados por las empresas de Francisco Correa. El mismo que rezaba en El Escorial durante la boda de Ana Aznar y Alejandro Agag, el mismo que entraba y salía de la calle Génova como si fuera su casa, el mismo que celebraba entre políticos sus cumpleaños en el Balmoral, el mismo que cerraba tratos en los reservados del club de alterne Michelangelo, el mismo que encargaba carísimas mariscadas en Portonovo. Hoy nadie se quiere acordar de él. José Luis Peñas, el exconcejal de Majadahonda, que denunció el caso Gürtel, dejaba esta frase: "Rajoy y Aguirre lo sabían todo".

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Hoy le ha tocado al Canal de Isabel II. Esta empresa que gestiona el agua. Un orgullo de todos los madrileños. "Bebe agua del grifo, es mejor que la de botella", siempre dicen los locales a sus huéspedes. Pues el agua también parece estar contaminada de corrupción.

El juez ha llamado a testificar también a la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes. Ella cogió oficialmente el 18 de marzo las riendas del PP de Madrid. Su misión: enterrar el aguirrismo. Al final le ganó el pulso a su eterna rival. La hoy presidenta de la Comunidad de Madrid fue la opción de Génova para derrocar esa etapa. Rajoy y Aguirre nunca se han soportado. Cifuentes y Aguirre tampoco.

La hoy líder se forjó en los últimos años un apoyo de doble vía: con Moncloa y los 'sorayos' a través de su anterior puesto en la Delegación de Gobierno y se entendió también con la Génova de María Dolores de Cospedal. Al final todo era esperar y Rajoy habló antes de las elecciones de mayo de 2015: Cifuentes sería la candidata autonómica, González caía en el agujero negro. El presidente del Gobierno tampoco se había entendido nunca con el madrileño, que también azuzó contra él en la época dura de la crisis por las políticas fiscales de Cristóbal Montoro. Los golpes dentro de las familias suelen doler más que los que uno recibe en la calles.

Y es que esta partida de la corrupción también influye mucho en la gran batalla que librará el PP en unos años, la sucesión de Mariano Rajoy. El PP refrescado quiere candidatos más o menos limpios. Cifuentes aparece en todas las quinielas como una posible líder nacional. Ahora tendrá que capear los casos que ensucian su organización. ¿Será capaz de salir indemne? Algunos de los otros aspirantes también se han visto envueltos en extrañas situaciones como Alberto Núñez Feijóo y su foto con el narco Marcial Dorado y María Dolores de Cospedal con su gestión de Gürtel. La que sigue sin rozar esa suciedad es la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. "En mi puta vida he cobrado un sobre", dijo en los pasillos del Congreso. Lo de controlar el partido ya es otra cosa.

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EL TESTIGO RAJOY

Una historia sin fin. Mariano Rajoy no se esperaba la decisión de la Audiencia Nacional de este martes de llamarlo a declarar por el caso Gürtel. Se había rechazado esta petición de la acusación popular en otras dos ocasiones y la Fiscalía y el abogado del Estado también la rechazaban. Pero la sala ha accedido por mayoría. Algo hasta inesperado, no por injustificado, por parte de los progresistas, según fuentes jurídicas, al entender que algunos de los jueces que han adoptado esta decisión son de clara tendencia conservadora.

Queda saber si tendrá que ir presencialmente o podrá hacerlo por videoconferencia. Lo que nadie espera es ya que asuma algún tipo de responsabilidad. No lo hizo con la aparición de los papeles de Bárcenas, menos ahora. Lo más impactante será la fotografía de un presidente del Gobierno testificando por un caso de corrupción.

Otra de las preguntas que aparece en estos momentos es si este tipo de casos influirán electoralmente. Los populares han reconocido en las últimas campañas de las generales que les hace daño, pero han vuelto a ser la primera fuerza del país al tener una sólida base electoral, priorizar cuestiones como la economía -las imágenes de Rajoy en campos de alcachofas esconden más votos detrás que risotadas en Twitter- y tener en frente a una izquierda dividida entre el PSOE y Unidos Podemos.

Rajoy cuenta, además, con su aliado favorito del tiempo. Aguanta, espera, vuelve locos a sus rivales. En principio, las siguientes pruebas en las urnas serán las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2019. Faltan por tanto dos años. Pero la maquinaria del partido ya está en marcha tras la celebración de los congresos locales durante el último mes. Ya tiene a todos sus nuevos barones preparados para esos comicios. El capítulo sin cerrar es la posibilidad de unas elecciones anticipadas generales, ya que a partir de mayo tiene competencias para disolver el Congreso de los Diputados. No sacar los Presupuestos era la excusa perfecta para hacerlo, pero al final todo está encaminado a lograrlo junto a Cs, PNV y CC. En frente tiene también a una oposición muy dividida para presionar o presentar una moción de censura.

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Además, la lupa también vuelve sobre el PSOE. Estos casos del PP llegan en un momento de quiebra interna en el principal partido de la oposición, que celebrará sus primarias el 21 de mayo entre Susana Díaz, Patxi López y Pedro Sánchez. Presión contra Rajoy por la corrupción, pero también más leña en el fuego socialista. El exsecretario general ya lo ha utilizado a través de Twitter: "Decían que la abstención daría estabilidad al país.¿La misma estabilidad que da un presidente llamado a declarar por financiación irregular?"

Y del PSOE a Ciudadanos. Los naranjas están apoyando al Gobierno central en sus principales decisiones y sustentan a Cristina Cifuentes en la Presidencia de Madrid. Otra prueba de fuego sobre si son capaces de forzar la regeneración de los grandes partidos. En el caso de Murcia lograron doblegar a Pedro Antonio Sánchez, ahora en Madrid es mucho más complicado. ¿Qué pueden hacer para distanciarse pero seguir haciendo de columna de los populares? Por el momento ya ha rechazado la posibilidad de una moción contra la presidenta que está ideando Podemos.

González, detenido. Rajoy, llamado a ser testigo. En las sombras, Francisco Granados, Luis Bárcenas, Jesús Sepúlveda. La segunda... ya tal.