Macrosomía genital o por qué Fernando VII necesitaba una almohadilla para tener sexo

Macrosomía genital o por qué Fernando VII necesitaba una almohadilla para tener sexo

En el capítulo de 'El ministerio del tiempo' (TVE) dedicado al Borbón no se pasó por alto el enorme tamaño de su pene y sus problemas de cama.

Retrato de Fernando VII por Vicente López PortañaWIKIMEDIA COMMOS

“Si te sacrificas enfrentándote a todos firmando, yo me sacrifico dándote lo que hace mucho tiempo que no te doy”.

Para la reina María Cristina tener sexo con el rey Fernando VII era un dolor y de ello dieron buena cuenta en el penúltimo episodio de la cuarta temporada de El Ministerio del Tiempo (Pretérito imperfecto). La que fue reina regente tenía que utilizar una almohadilla con agujero central, como la que se mostró en el episodio, para poder mantener relaciones sexuales con su esposo, afectado de macrosomía genital, desarrollo excesivo de los genitales.

  El cojín de Fernando VII en 'El ministerio del tiempo' (TVE).RTVE

En el perfil que dibujaron los guionistas de la serie de TVE del llamado Rey Felón no se les pasó por alto el descomunal tamaño de su miembro y los problemas derivados de este. No sólo en la alcoba, también en el trono.

“Es enorme (...) Utiliza una almohadilla para no destrozar a la reina, que es su cuarta esposa,  por eso le costó tanto tener descendencia”,  le explicó el médico real (Juan Codina) a Pacino (Hugo Silva).

Las dimensiones las puso sobre el papel Salvador Martí (Jaime Blanch), aunque al mostrarlas a Ernesto (Juan Egea), a Angustias (Francesca Piñón) e Irene (Cayetana Guillén Cuervo) calculó mal y protagonizó una de las mejores tomas falsas del capítulo.

Si Salvador dibujó el miembro en la ficción, quien se encargó de describirlo en la vida real fue el escritor francés Prosper Merimeé en una carta dirigida al también escritor Stendhal. De él dijo que era “fino como una barra de lacre en la base, y tan gordo como el puño en su extremidad; además, tan largo como un taco de billar”.

La macrosomía genital o macrogenitosomía tuvo grandes consecuencias en la Historia de España. El monarca se casó en cuatro ocasiones para poder tener descendencia: con su prima María Antonia de Nápoles, con su sobrina María Isabel de Braganza, con María Josefa Amalia de Sajonia y la última con otra de sus sobrinas, María Cristina de las Dos Sicilias. Con esta última tuvo dos hijas: Isabel II, que reinó gracias a la absolución de la Ley Sálica, y Luisa Fernanda.

Fernando VII y María Cristina yacían con el cojín circular con agujero central que los médicos fabricaron para evitar que la reina sufriese desgarros al ser penetrada. Algunas crónicas apuntan que sus anteriores esposas murieron por las heridas internas que pudo producirles el miembro viril del rey.

  Juanjo Cucalón como Fernando VII en 'El ministerio del tiempo' (TVE).RTVE

Antes había tenido problemas de cama con Mª Josefa Amalia de Sajonia, su tercera esposa, que se casó siendo adolescente y que huyó asustada al verlo en la noche de bodas. Tuvo que intervenir el Vaticano para convencerla de la necesidad de acceder a mantener relaciones con el rey

Así describió Merimeé el episodio:

“Ante esta horrible vista, la Reina creyó desvanecerse, y fue mucho peor cuando Su Majestad Católica comenzó a toquetearla sin miramientos, y es que la reina se escapa de la cama y corre por la habitación dando gritos. El Rey la persigue; pero, como ella es joven y ágil, y el Rey es gordo, pesado y gotoso, el Monarca se caía de narices, tropezaba con los suelos. En resumen, el rey encontró ese juego muy tonto y montó en espantosa cólera”.

También de éste y de otros episodios protagonizados por el descomunal miembro del monarca escribió el periodista Juan Balansó:

El susto de la pobre muchacha cuando, al fin solos, aquel ogro de lúbrica mirada y miembro viril enorme se abalanzó sobre ella debió ser espantoso y, según el marqués de Villa-Urrutia, la desdichada se orinó encima: Y he aquí por qué la servidumbre palatina vio con asombro que Su Majestad, a poco de haber entrado en la regia alcoba, salió de ella más que deprisa, en paños menores, echando pestes y apestado a demonios.

Una afección similar sufrió también el rey Carol II de Rumanía, conocido como Playboy King por haber tenido una intensa vida amoroso, que le costó grandes fracasos durante la Segunda Guerra Mundial. Perdió Bucovina, Besarabia y Transilvania y en 1940 fue destronado por el Mariscal Antonescu, lo que llevó al país a adherirse a la causa nazi.

El tamaño del miembro de Carol II de Rumaní a llevó a algunas de sus amantes a someterse a ciertas intervenciones quirúrgicas para “evitar desgarros perineales”.