Expertos en control de plagas piden hacer esto para erradicar a este animal mortal para perros

Expertos en control de plagas piden hacer esto para erradicar a este animal mortal para perros

Si las orugas procesionarias están en el suelo, debes rociar la zona con insecticida y retirarlas en una bolsa bien cerrada.

Oruga procesionaria.
Oruga procesionaria.

Si tienes una plaga de oruga procesionaria en tu jardín debes saber que es difícil erradicarlas, a no ser que acudas a especialista en eliminar este tipo de problemas con tratamientos como la llamada endoterapia.

Lo primero que debes es ser consciente de los peligros que supone esta plaga en el caso de que tengas niños o perros. Si tienes perros en un jardín infestado con procesionaria lo ideal es mantenerlos en el interior de la vivienda o atados mediante una correa en una zona sin ellas, como una terraza, por mucho que te cuesta hacerlo. Y debes vigilar constantemente que las orugas no accedan a la zona porque, si el perro se acerca a oler las orugas, las consecuencias pueden ser graves, ya que pueden ocasionarles graves enfermedades o incluso la muerte.

Y si tienes niños también debes mantenerlos lejos de la zona en la que se encuentra la plaga de oruga procesionaria. El jugar en la zona en la que están o han estado puede provocarles desde dermatitis a urticaria, lesiones en los ojos y diversas reacciones alérgicas. Y si llegan a tener un contacto directo con alguna pueden legar a sufrir sarpullidos, conjuntivitis o problemas para respirar.

Ahora bien, sí hay una serie de precauciones que puedes tomar para que afecte lo mínimo a los árboles de tu casa. Si te encuentras orugas en el suelo debes rociar la zona con insecticida y, cuando se mueran, meterlas en una bolsa bien cerrada y echarlas al cubo de la basura. Los pelos de estas orugas provocan urticaria por lo que si los pisas y los tocas pueden provocarte picores, aunque ya las hayas matado, así que nunca las mates pisándolas o las cojas con la mano para meterlas en la bolsa.

Además, los expertos aconsejan la retirada manual de los nidos de los árboles. No es muy complicado. La forma de hacerlo en usando una pértiga extensible, que cuenta con una tijera en la punta. Debes cortar con ella aquellos nidos que queden al alcance de tu mano.

Esta medida, hay que decir que tienen ventajas y desventajas. Entre las primeras está, como decíamos antes, que la retirada de nidos a tiempo puede minimizar notablemente el número de orugas procesionarias en la zona.

Sin embargo, la desventaja es que esta retirada es un proceso complejo, ya que muchas veces tendremos que trepar para poder llegar a la copa de los árboles para acceder al mayor número de nidos posibles. Muchos son difíciles de alcanzar o incluso imposibles, incluso por los profesionales que se dedican habitualmente a su retirada.

Otra medida que puede tomar es colocar lo que se llama una trampa-anillo, para lo cual, a no ser que seas muy manitas, es mejor que te ayude un profesional. Se trata de rodear el perímetro del tronco del árbol con una barrera física de plástico y espuma. Esto obliga a las orugas que reptan hacia el suelo a pasar por unos orificios que debe haber en la trampa y en cuyos extremos hay unas bolsas de plástico que atrapan las orugas e impiden su regreso a la copa del árbol.

En cuanto a las ventajas de esta trampa-anillo es que atrapa a todas aquellas que repten desde la copa del árbol hacia el suelo por el tronco del árbol. Y, si acudes a un profesional, este sistema te va a salir más barato que la retirada de los nidos. En cambio, tiene el problema, que seguramente te parezca obvio si ya lo has visto en otras ocasiones, de que muchas orugas caen directamente al suelo desde los nidos. A veces se caen por el viento o se resbalan del nido, por lo que esta trampa no sirve para estos casos.

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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