Adiós a las navajas suizas de toda la vida: su nuevo modelo elimina su función crucial

Adiós a las navajas suizas de toda la vida: su nuevo modelo elimina su función crucial

La empresa fabricante suprimirá el cuchillo de sus múltiples funciones

Navaja suiza, años 2000. Victorinox. Número de piezas: 38 / Todd McLellan. Photo reproduced with the permission of Thames & Hudson.Todd McLellan / Thames & Hudson

Para expresar que algo que tenemos o vendemos es de gran calidad se suelen usar expresiones como funciona “como un reloj suizo” o tiene tantas funciones como “una navaja suiza”. La pena es que la segunda puede que deje de de ser cierta. La empresa que fabrica las "auténticas navajas suizas” ha decidido que va a eliminar la cuchilla de sus funciones. Parece ser que la culpa la tiene el pavor internacional, en muchas partes del mundo, a que las personas lleven encima cuchillos, aunque sean tan pequeños como el que lleva la versión más minúscula de esta famosa herramienta de bolsillo.

Victorinox siempre se ha empeñado en que su herramienta fuera la más multifuncional y precisa del mundo de los utensilios de este tipo. Con ella, dependiendo del modelo, se puede cortar, pero también pelar, desatornillar, descorchar, recortar e incluso archivar o descargar. Los que la tenemos, incluso en diferentes versiones (para llevar al campo, para llevar en el coche de forma habitual, en el bolso para imprevistas necesidades...) sabemos que es realmente una maravilla y sirve para casi todo.

La compañía Victorinox, la empresa que está en la actualidad detrás del famoso artilugio, está trabajando en una navaja suiza sin la parte del cuchillo. “Estamos en las primeras fases de desarrollo de la herramientas de bolsillo sin hoja”, ha declarado un portavoz de esta empresa a la cadena CNN. La idea surge con el propósito de no perder mercado en los países (como el Reino Unido o algunos asiáticos) en los que hay ya, o se están preparando, legislaciones para prohibir llevar navajas encimas en zonas públicas. La buena noticia es que la compañía no va a descatalogar su versión con hoja, para los países que no tengan problema en permitir portarlas cuando vamos por la calle.

Detrás de la fama de esta navaja hay una auténtica historia de guerra empresarial, como suele ocurrir con los productos realmente diferentes cuando surgen. El suizo Karl Elsener las fabricaba en 1880 y se le ocurrió empezar a venderlas en Alemania. Esto hizo que otra empresa, Wenger, viera en este producto una oportunidad de negocio y el Gobierno suizo, haciendo honor a su conocida diplomacia, decidió repartir los pedidos de este tipo de navajas entre ambas empresas. Cada una defendía su versión con un calificativo. Wenger decía que su versión era la “auténtica navaja suiza” y Victorinox, la firma de Elsener, aseguraba que ellos vendían "la original”. El final fue también diplomático. Las dos empresas acabaron fusionándose en 2005.

En 2017, esta empresa alcanzó una cifra record y redonda en la fabricación de su navaja suiza: la número 500 millones. En la actualidad, su edición más cara es la Swiss Champ XXL, que cuesta de unos 365 euros y tiene nada menos que 73 características, entre las que se encuentran unas pinzas, una sierra de madera e incluso un escalador o también llamado raspador de pescado.

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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