El secreto para que te pidan la receta de tus albóndigas pasa por las burbujas
Hará que queden jugosas y esponjosas.

Pocas cosas despiertan tantos recuerdos como un plato de albóndigas recién hecho. Para muchos, son sinónimo de la cocina de la abuela: esa sencilla y rica receta casera con salsa y pan para mojar, que se elabora en cada casa de generación en generación.
Las albóndigas tienen un recorrido mucho más antiguo que nuestras cocinas familiares. Ya en la antigua Roma y Grecia se preparaban mezclas de carne picada con pan y hierbas, mientras que en la tradición árabe y china también existen versiones de este plato milenario.
Según La Bodega Vieja, en la cocina mediterránea, las albóndigas se convirtieron en un elemento central desde hace siglos, adaptándose a cada región con distintos ingredientes y técnicas. Sin embargo, la receta no ha parado de evolucionar y ahora existe un nuevo truco tan sencillo como sorprendente: añadir agua con gas a la carne picada.
El truco de las burbujas
Conseguir que las albóndigas queden jugosas y esponjosas es casi un arte. La carne seca y dura puede arruinar cualquier receta, incluso si la materia prima es de primera calidad. Aquí es donde entra en juego el agua mineral carbonatada.
Las burbujas de dióxido de carbono actúan en la carne como la levadura en la masa, creando una estructura más porosa y ligera. Al freír, esas burbujas se expanden con el calor, separan las fibras de la carne y evitan que se compacte, dando como resultado albóndigas tiernas y aireadas.
Cómo usar el agua con gas
Para que el truco funcione, según ha recogido el medio Kaipkad los expertos recomiendan seguir tres reglas básicas:
- Elige agua con mucho gas: evita las versiones medicinales o saladas, que arruinarían el sabor.
- Que esté bien fría: al mantener la grasa sólida, ayuda a conservar la jugosidad.
- Añádela al final: incorpórala justo antes de formar las albóndigas, cuando ya hayas mezclado cebolla, pan, huevo y especias.
Paso a paso
- Prepara tu mezcla de carne picada con los ingredientes habituales.
- Añade el agua con gas bien fría. La proporción ideal es de 3 a 5 cucharadas por cada medio kilo de carne. Si usas carnes más magras, como pollo o ternera, puedes añadir un poco más.
- Remueve con suavidad para que las burbujas se distribuyan, pero sin manipular demasiado la carne.
- Forma las albóndigas y pásalas directamente a la sartén caliente.
