Enzo Vogrincic: "Era tan loca la experiencia que salir de casa era una decisión"
Cultura
Cultura

Enzo Vogrincic: "Era tan loca la experiencia que salir de casa era una decisión"

El actor presenta su primer libro, 'La muerte del personaje', en el que reflexiona sobre el rodaje de 'La sociedad de la nieve', la fama y la interpretación. 

Retrato de Enzo VogrincicCarlos Ruiz/Libros Cúpula

Cuando participó en los primeros castings de La sociedad de la nieve, Enzo Vogrincic (Montevideo, 1993) no esperaba que fuera a cambiar de vida de un día para otro. De pasear tranquilo por su ciudad natal pasó a que le pidieran fotos o autógrafos a cada paso que daba. De hacer teatro en Montevideo pasó a una superproducción dirigida por Juan Antonio Bayona y bajo el paraguas de Netflix.  

La vida del actor, elegido para interpretar a Numa Turcatti, una de las víctimas de la tragedia de los Andes, cambió radicalmente. Sobre esa relación con la fama, el síndrome del impostor los primeros días de rodaje y la conexión emocional con su personaje, Vogrincic reflexiona en La muerte del personaje (Libros cúpula), su primer incursión en la literatura.

El intérprete recibe a El HuffPost en un hotel del centro de Madrid en una mañana de otoño. Vogrincic asegura que ha dejado atrás esa vorágine en su vida y que ahora está más tranquilo y dispuesto a reflexionar sobre todo lo que cuenta en las páginas de esta especie de diario. 

En el libro cuentas que no te gusta leer, ¿ha cambiado el ponerte a escribir tu relación con la lectura? 

Me cuesta muchísimo... De hecho, me ofrecieron una película que es en base a un libro, lo empecé a leer, y no lo puede terminar. Es una cosa muy fuerte. Avancé bastante porque hay un proyecto detrás pero me cuesta mucho. Es un problema desde chiquito con la lectura. He leído cosas eh... De niño me leí la Biblia completa un día en verano, rarísimo... Después leí alguna novelas, pero de grande solo obligado. Esto habla del libro también, está escrito por una persona que no lee y no escribe, es parte del experimento también.

  Portada de 'La muerte del personaje'LIBROS CÚPULA

Cuentas cómo contaste a tus padres que querías ser actor y no tenías plan B. Ahora que has hecho más cosas, ¿sigue siendo tu plan A?

La actuación es la prioridad, mi vida la organizo en función de eso. Le sigo dando el lugar prioritario y armo eso para poder seguir haciéndolo. Es realmente a lo que me dedico y todo lo demás, todo lo que hago que son muchas cosas, son puro hobbie. Lo disfruto mucho y lo hago con placer, pero la actuación además de hacerla como hobbie y placer... le pongo todo.

Gran parte del libro narra ese cambio de vida y la fama repentina, ¿cómo lo gestionaste emocionalmente?

Rápido, tan rápido que no te das cuenta. No me dio mucho tiempo para anticiparlo y entonces te va llevando y todo tiene una producción tan espectacular que no hay nada que hacer. Te dan lo que vas a hacer todo el día, toda la semana y todos los viajes. Dónde vas, cuándo te van a buscar, qué hay que hacer y esto y lo otro... Es una parte del trabajo que yo desconocía pero te va llevando y no te queda tiempo para pensarlo. Ahí surge el libro como una oportunidad después de que eso terminó y paró de decir, ‘a ver qué pasa’ y revisar.

"Estoy mucho más tranquilo. Camino tranquilo, disfruto de estar tranquilo, de parar en lugares y mirar, que antes lo pensaba dos veces"

¿Te ha dado tiempo a digerirlo después de dos años?

Sí, 100%. Está en otro lugar, completamente. Me ocupa mucho menos espacio en la cabeza. Al principio... claro, era tan loca la experiencia que salir de casa era una decisión. Era decir, ‘ok, estoy dispuesto a que pase esto’. Hoy en día no, estoy mucho más tranquilo. Camino tranquilo, disfruto de estar tranquilo, de parar en lugares y mirar, que antes lo pensaba dos veces.

En La muerte del personaje abordas esa conexión emocional con Numa y cómo se entremezclan contigo partes de él, ¿lo has dejado ir o sientes que todavía sigue ahí?  

Hay una parte que se queda para siempre, como todos los personajes, cuando me hablan de alguno enseguida me acuerdo de cosas, de sensaciones en el cuerpo, que eso es lo lindo de actuar también. Te queda una memoria física muy impresionante de todo lo que vas haciendo. Un docente decía ‘cada personaje es un tatuaje y no se lo van a poder sacar del cuerpo’. Esa conciencia a mí me quedó muy firme, también vinculada a la disciplina y a la responsabilidad de lo que uno hace. Con Numa hice su ciclo, lo logré cerrar y por suerte está en un lugar seguro. También es particular porque es una persona y ahí hay una cosa a la que nunca me había enfrentado, que la persona tiene familia, hay un vínculo con eso que es vivo, que te hace olvidar que es un personaje y que es persona.

"Con Numa hice su ciclo, lo logré cerrar y por suerte está en un lugar seguro. También es particular porque es una persona y ahí hay una cosa a la que nunca me había enfrentado, que la persona tiene familia, hay un vínculo con eso que es vivo"

¿Sentiste la responsabilidad no solo de interpretarlo sino de contar una historia tan trágica?

Sí, por suerte sí. Es clave esa responsabilidad en la actuación, por lo menos por como yo disfruto el trabajo, que es tomármelo en serio y hacerlo con profundidad. Obviamente eso afecta al resultado y es bueno para el resultado de lo que hago, pero no lo hago pensando en eso sino como que aprovecho esa oportunidad. El personaje abre preguntas, investigación, cosas para saber y ese camino de aprendizaje yo lo disfruto mucho. Cualquier cosa que me enseñe de mí lo miro con atención. Y el teatro y la actuación, por eso me gusta tanto, te obligan a eso.

¿Fue útil poder hablar con gente que lo conoció y visitar lugares importantes para él o era un arma de doble filo?

Tiene un punto de dificultad. No está la persona ahí para hablar con ella y tenés que imaginarla, discernir de lo que te cuentan, que está afectado por lo emocional, por lo que sentían por esa persona y qué cosas después de hablar con varios aparecen como permanentes. Eso que aparece como permanente yo no lo tomaba tanto como 'ok, esta es la característica del personaje', sino que es esto lo que les deja. Lo que uno recuerda. ¿Qué tiene una persona para impactar así en los demás? Es el camino que yo hice, que es super complicado porque cómo hago yo eso cuando no lo genero en mi gente. Ahí empecé a jugar con un amigo mío, que es Gonzalo, que es una persona entrañable.

  Enzo VogrincicCarlos Ruiz/Libros Cúpula

En el libro relatas el rodaje de esas primeras escenas y ese pensamiento de 'se van a dar cuenta de que no valgo'

Y se dieron cuenta...

¿Sigues teniendo esa especie de síndrome del impostor?

Sí, es un proceso que haces dentro del propio rodaje, pero lo sigo teniendo. Me doy cuenta porque ahora voy a empezar a filmar y también lo tengo. Pero me pasa en el cine, en el teatro no. Ahí también hay una pista, hay algo de sentirme un impostor real, de cosas que no manejo y las hago. En el libro también me pasa. Al hablar del libro, hay una parte que la hago con mucho cuidado porque yo no puedo hablar de escritura. Puedo hablar del libro, sí, pero no de escritura. Actuación, sí, pero de cine, no sé. No puedo mentirme y se nota. De hecho, en los primeros días de rodaje ellos se dieron cuenta de que había algo que no funcionaba en cámara. No funcionaba y fue evolucionando.

"Lo que sucedió fue una gran coincidencia de suertes y que no hay manera de que eso pase otra vez"

¿Por qué crees que no te pasa en el teatro?

El teatro fue lo que me vinculó con la actuación directamente. El cine como que no existía. Entonces hay algo de esa decisión que a mí me da mucha tranquilidad y mucha seguridad, que es realmente lo que elegí. El cine fue sucediendo. Lo elijo, hoy más que antes, pero en realidad voy tomando las oportunidades y no es que haya una decisión previa sobre eso. Surge y lo acepto. En el teatro no, es todo decisión. Lo hago siempre con amigos, con la gente que conozco y quiero, y el teatro es especular. Entonces hay algo ahí donde me siento muy seguro. No aparece esa duda porque sé lo que estoy haciendo, lo elegí. Lo otro no lo elegí, surge y voy tomando decisiones de las que puedo.

¿Tuviste esa duda sobre si publicar o no tus reflexiones y el libro? 

Por un lado puede ser un pequeño acto de soberbia si lo pienso. Por otro lado me parecía que lo que me pasó era una gran oportunidad para compartirlo, como que vivirlo solo... Ya lo viví y disfruté de todo lo que ese proceso conlleva, pero hay algo de compartirlo que sentía que a alguien le podía llegar a ser útil. No como un ejemplo de algo, lo que yo quiero explicar es que lo que sucedió fue una gran coincidencia de suertes y que no hay manera de que eso pase otra vez. Me parecía como un evento que era interesante para investigar. Pero en el mismo proceso yo tuve miles de momentos con Felipe —amigo y compañero de escritura— que le decía ‘no, dónde voy, esto no vale la pena y no le importa a nadie’. Esa duda es permanente, pero también me gusta crear y también me gusta arriesgar. Con Feli dijimos, completemos esto, porque hay tantas cosas que no completamos que vamos a completar un trabajo de los que nos proponemos, y llegamos hasta el final.

Son cosas que le pueden pasar a todo el mundo, ¿no? Como cuando cuentas que no eres capaz de disfrutar del final de las cosas porque sabes que se acaban

Uff esa sensación es terrible. También me pasa al principio, cuando está empezando la cosa ya siento que eso...

"Evitar el sufrimiento es el peor camino para enfrentarse a las cosas. Atravesarlo es el mejor camino. Aceptarlo, vivirlo con tranquilidad dentro de lo posible"

¿El proceso de escribir te ha ayudado a gestionar esas emociones y ese cambio de vida?

100%. Ya estaba trabajando en eso porque no te queda otra opción, te vas a enfrentar a eso todos los días. Ya había un trabajo de cómo me tranquilizo, cómo me calmo, cómo esto puede condicionarme lo menos posible, pero sí, te afecta. El libro era dentro de todo una gran excusa para volver a verlo todo y ponerlo en palabras, que eso ya te hace verlo desde fuera. Hablar de mí en tercera persona... me parecía lindo el ejercicio.

Dos años después, con esa distancia, ¿qué es lo que te llevas de esa experiencia? 

Me quedan cuestiones muy humanas. Hay algo de conciencia de que el sufrimiento puede ser infinito, de que se atraviesa siempre, de que evitar el sufrimiento es el peor camino para enfrentarse a las cosas. Atravesarlo es el mejor camino. Aceptarlo, vivirlo con tranquilidad dentro de lo posible. Estamos hablando de situaciones extremas pero se pueden aplicar. Nosotros podemos entrar en conflicto por cualquier cosa y esa cosa por más chiquita que sea te cambia el mundo. A un niño le quitas un juguete y llora como si fuera una tragedia, pero realmente para él es una tragedia. La emoción es igual. No importa el contexto, la emoción es siempre una emoción fuerte. Poder avanzar en esas emociones, atravesarlas, cómo puedo enfrentarme a todo desde una tranquilidad de decir ‘en realidad en el fondo yo estoy bien’ y eso ayuda mucho. Esas cosas me quedan para el día a día.

¡Mantente al día con El Huffpost! Sigue todas las noticias desde tu móvil en nuestra APP. Puedes descargarla tanto para Android como iOS.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy redactora de LIFE en El HuffPost España, esa sección en la que intentamos contar el lado hedonista de la vida sin dejar de lado otras realidades.

  

Sobre qué temas escribo

Como redactora de LIFE, escribo sobre temas de cultura, moda, belleza o estilo de vida. También he abordado temas de medioambiente, feminismo o sociales, pero donde más cómoda me encuentro es explorando la relación de la moda con otras disciplinas culturales o su impacto social, y sobre todo lo que tenga que ver con el cuidado de la piel.

 

Siempre desde una perspectiva cercana, he tratado cuestiones como la estrategia del Museo del Prado para triunfar a través de sus redes sociales, explicado cómo Melania Trump utilizó su armario como arma política o desmentido bulos relacionados con la protección solar. Es probable que el 80% de los temas que he publicado se hayan escrito mientras sonaban Beyoncé, Oasis y Arctic Monkeys. Además, también me encargo de preparar el boletín de LIFE que enviamos cada sábado intentando resumir la actualidad de la semana.

 

Mi trayectoria

Nací en Vigo en 1992 y desde que tengo uso de razón siempre quise ser periodista. La única excepción fue la época en la que tuve fantasías con ser pintora, pero descarté rápido la idea cuando mis padres me anotaron a clases y me di cuenta de que no era lo mío. Estudié Periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), donde me gradué en 2014 después de pasar un año en Roma que me hizo apreciar todavía más la cultura italiana. Dejé Galicia para mudarme a Madrid en 2015 y cursar el Máster de Periodismo Cultural en la Universidad San Pablo Ceu. Aprendí en Radio Galega y en Pentación Espectáculos, donde descubrí lo que hay detrás de producciones de teatro y de grandes eventos como el Festival de Mérida. Colaboré puntualmente con Guía Repsol o la revista L'Officiel y llegué a El HuffPost en 2016, donde empecé compaginando mi trabajo como redactora de Branded Content con temas para la sección de tendencias, que terminó convirtiéndose en LIFE, donde actualmente soy una de las redactoras. Fui finalista en los Premios Ecovidrio de 2017.

 


 

Cómo contactar conmigo:

 


Comentar:
comentar / ver comentarios