La primera corresponsal de guerra española cuyas duras crónicas le costaron un trabajo
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La primera corresponsal de guerra española cuyas duras crónicas le costaron un trabajo

Tuvo una vida marcada por la literatura, la guerra y la revolución.

La primera corresponsal de guerra española cuyas duras crónicas le costaron un trabajo

Tuvo una vida marcada por la literatura, la guerra y la revolución.

La primera corresponsal de guerra española cuyas duras crónicas le costaron un trabajo

Tuvo una vida marcada por la literatura, la guerra y la revolución.

La primera corresponsal de guerra española cuyas duras crónicas le costaron un trabajo

Tuvo una vida marcada por la literatura, la guerra y la revolución.

La primera corresponsal de guerra española cuyas duras crónicas le costaron un trabajo

Tuvo una vida marcada por la literatura, la guerra y la revolución.

Periodistas en la zona de guerra con soldados.Getty Images

El nombre de Sofía Casanova no es muy conocido en la historia pero fue la mujer que rompió barreras y abrió el camino al resto al convertirse en la primera corresponsal de guerra española. Su trayectoria como escritora y reportera la llevó a ser testigo de algunos de los episodios más trascendentales del siglo XX. Sin embargo, su denuncia de las atrocidades nazis en Polonia le costaron su puesto en el diario ABC.

Nacida en Almeiras, La Coruña, en 1861, Sofía Casanova se convirtió en una de las figuras más influyentes de su época. Desde joven destacó en el mundo de la literatura, ganándose el reconocimiento de personalidades como Ramón de Campoamor y José de Echegaray.

Su vida cambió radicalmente cuando se casó con el filósofo polaco Wincenty Lutosławski y se trasladó a Polonia, donde tuvo cuatro hijas y comenzó a escribir sobre la vida en Europa Oriental. Sin embargo, su matrimonio acabó en divorcio, iniciando así una nueva etapa como periodista y corresponsal de guerra.

Testigo de dos guerras mundiales y una revolución

El estallido de la Primera Guerra Mundial sorprendió a Sofía en la frontera entre Polonia y Alemania. Sin dudarlo, se convirtió en enfermera de la Cruz Roja y comenzó a enviar crónicas al diario ABC. Su valentía la llevó a ser testigo de la caída de los zares en Rusia, la Revolución de Octubre y la llegada al poder de los bolcheviques.

Durante su estancia en Rusia, entrevistó a Trotski y presenció la muerte de Rasputín. Incluso sufrió un golpe durante los disturbios revolucionarios, lo que le dejó secuelas en la visión de por vida. A su regreso a España en 1919, publicó obras como De la Revolución Rusa y La Revolución Bolchevista: diario de un testigo. Durante la Guerra Civil Española, Sofía apoyó abiertamente al bando franquista, lo que le valió el reconocimiento de Franco.

El punto de inflexión

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Sofía se encontraba en Polonia. En un principio, logró refugiarse en una aldea junto a su hija y sus nietos, pero no tardó en denunciar la ocupación nazi y los horrores de los campos de concentración .

Según cuenta National Geographic, desde su posición como corresponsal, escribió crónicas desgarradoras sobre la violencia desatada por los alemanes en territorio polaco. Su postura crítica no fue bien recibida y, finalmente, ABC decidió prescindir de ella.

Un legado olvidado

A pesar de haber sido una de las periodistas más importantes de su tiempo, su legado cayó en el olvido. Sofía Casanova murió 16 de enero de 1958, casi ciega, pero aún escribiendo hasta sus últimos días. Semanas después de su muerte, el diario ABC escribió bajo el título "Ha muerto Sofía Casanova" un breve artículo sobre ella. 

La historia de Sofía Casanova es la de una pionera del periodismo, una mujer que desafió las normas de su tiempo y se atrevió a narrar la verdad sin importar las consecuencias. Su vida, marcada por la literatura, la guerra y la revolución, es un testimonio del compromiso con la libertad de expresión y el coraje de una periodista que nunca dejó de contar la realidad, incluso cuando le costó su trabajo.

El nombre de Sofía Casanova no es muy conocido en la historia pero fue la mujer que rompió barreras y abrió el camino al resto al convertirse en la primera corresponsal de guerra española. Su trayectoria como escritora y reportera la llevó a ser testigo de algunos de los episodios más trascendentales del siglo XX. Sin embargo, su denuncia de las atrocidades nazis en Polonia le costaron su puesto en el diario ABC.

Nacida en Almeiras, La Coruña, en 1861, Sofía Casanova se convirtió en una de las figuras más influyentes de su época. Desde joven destacó en el mundo de la literatura, ganándose el reconocimiento de personalidades como Ramón de Campoamor y José de Echegaray.

Su vida cambió radicalmente cuando se casó con el filósofo polaco Wincenty Lutosławski y se trasladó a Polonia, donde tuvo cuatro hijas y comenzó a escribir sobre la vida en Europa Oriental. Sin embargo, su matrimonio acabó en divorcio, iniciando así una nueva etapa como periodista y corresponsal de guerra.

Testigo de dos guerras mundiales y una revolución

El estallido de la Primera Guerra Mundial sorprendió a Sofía en la frontera entre Polonia y Alemania. Sin dudarlo, se convirtió en enfermera de la Cruz Roja y comenzó a enviar crónicas al diario ABC. Su valentía la llevó a ser testigo de la caída de los zares en Rusia, la Revolución de Octubre y la llegada al poder de los bolcheviques.

Durante su estancia en Rusia, entrevistó a Trotski y presenció la muerte de Rasputín. Incluso sufrió un golpe durante los disturbios revolucionarios, lo que le dejó secuelas en la visión de por vida. A su regreso a España en 1919, publicó obras como De la Revolución Rusa y La Revolución Bolchevista: diario de un testigo. Durante la Guerra Civil Española, Sofía apoyó abiertamente al bando franquista, lo que le valió el reconocimiento de Franco.

El punto de inflexión

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Sofía se encontraba en Polonia. En un principio, logró refugiarse en una aldea junto a su hija y sus nietos, pero no tardó en denunciar la ocupación nazi y los horrores de los campos de concentración .

Según cuenta National Geographic, desde su posición como corresponsal, escribió crónicas desgarradoras sobre la violencia desatada por los alemanes en territorio polaco. Su postura crítica no fue bien recibida y, finalmente, ABC decidió prescindir de ella.

Un legado olvidado

A pesar de haber sido una de las periodistas más importantes de su tiempo, su legado cayó en el olvido. Sofía Casanova murió 16 de enero de 1958, casi ciega, pero aún escribiendo hasta sus últimos días. Semanas después de su muerte, el diario ABC escribió bajo el título "Ha muerto Sofía Casanova" un breve artículo sobre ella. 

La historia de Sofía Casanova es la de una pionera del periodismo, una mujer que desafió las normas de su tiempo y se atrevió a narrar la verdad sin importar las consecuencias. Su vida, marcada por la literatura, la guerra y la revolución, es un testimonio del compromiso con la libertad de expresión y el coraje de una periodista que nunca dejó de contar la realidad, incluso cuando le costó su trabajo.

El nombre de Sofía Casanova no es muy conocido en la historia pero fue la mujer que rompió barreras y abrió el camino al resto al convertirse en la primera corresponsal de guerra española. Su trayectoria como escritora y reportera la llevó a ser testigo de algunos de los episodios más trascendentales del siglo XX. Sin embargo, su denuncia de las atrocidades nazis en Polonia le costaron su puesto en el diario ABC.

Nacida en Almeiras, La Coruña, en 1861, Sofía Casanova se convirtió en una de las figuras más influyentes de su época. Desde joven destacó en el mundo de la literatura, ganándose el reconocimiento de personalidades como Ramón de Campoamor y José de Echegaray.

Su vida cambió radicalmente cuando se casó con el filósofo polaco Wincenty Lutosławski y se trasladó a Polonia, donde tuvo cuatro hijas y comenzó a escribir sobre la vida en Europa Oriental. Sin embargo, su matrimonio acabó en divorcio, iniciando así una nueva etapa como periodista y corresponsal de guerra.

Testigo de dos guerras mundiales y una revolución

El estallido de la Primera Guerra Mundial sorprendió a Sofía en la frontera entre Polonia y Alemania. Sin dudarlo, se convirtió en enfermera de la Cruz Roja y comenzó a enviar crónicas al diario ABC. Su valentía la llevó a ser testigo de la caída de los zares en Rusia, la Revolución de Octubre y la llegada al poder de los bolcheviques.

Durante su estancia en Rusia, entrevistó a Trotski y presenció la muerte de Rasputín. Incluso sufrió un golpe durante los disturbios revolucionarios, lo que le dejó secuelas en la visión de por vida. A su regreso a España en 1919, publicó obras como De la Revolución Rusa y La Revolución Bolchevista: diario de un testigo. Durante la Guerra Civil Española, Sofía apoyó abiertamente al bando franquista, lo que le valió el reconocimiento de Franco.

El punto de inflexión

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Sofía se encontraba en Polonia. En un principio, logró refugiarse en una aldea junto a su hija y sus nietos, pero no tardó en denunciar la ocupación nazi y los horrores de los campos de concentración .

Según cuenta National Geographic, desde su posición como corresponsal, escribió crónicas desgarradoras sobre la violencia desatada por los alemanes en territorio polaco. Su postura crítica no fue bien recibida y, finalmente, ABC decidió prescindir de ella.

Un legado olvidado

A pesar de haber sido una de las periodistas más importantes de su tiempo, su legado cayó en el olvido. Sofía Casanova murió 16 de enero de 1958, casi ciega, pero aún escribiendo hasta sus últimos días. Semanas después de su muerte, el diario ABC escribió bajo el título "Ha muerto Sofía Casanova" un breve artículo sobre ella. 

La historia de Sofía Casanova es la de una pionera del periodismo, una mujer que desafió las normas de su tiempo y se atrevió a narrar la verdad sin importar las consecuencias. Su vida, marcada por la literatura, la guerra y la revolución, es un testimonio del compromiso con la libertad de expresión y el coraje de una periodista que nunca dejó de contar la realidad, incluso cuando le costó su trabajo.

El nombre de Sofía Casanova no es muy conocido en la historia pero fue la mujer que rompió barreras y abrió el camino al resto al convertirse en la primera corresponsal de guerra española. Su trayectoria como escritora y reportera la llevó a ser testigo de algunos de los episodios más trascendentales del siglo XX. Sin embargo, su denuncia de las atrocidades nazis en Polonia le costaron su puesto en el diario ABC.

Nacida en Almeiras, La Coruña, en 1861, Sofía Casanova se convirtió en una de las figuras más influyentes de su época. Desde joven destacó en el mundo de la literatura, ganándose el reconocimiento de personalidades como Ramón de Campoamor y José de Echegaray.

Su vida cambió radicalmente cuando se casó con el filósofo polaco Wincenty Lutosławski y se trasladó a Polonia, donde tuvo cuatro hijas y comenzó a escribir sobre la vida en Europa Oriental. Sin embargo, su matrimonio acabó en divorcio, iniciando así una nueva etapa como periodista y corresponsal de guerra.

Testigo de dos guerras mundiales y una revolución

El estallido de la Primera Guerra Mundial sorprendió a Sofía en la frontera entre Polonia y Alemania. Sin dudarlo, se convirtió en enfermera de la Cruz Roja y comenzó a enviar crónicas al diario ABC. Su valentía la llevó a ser testigo de la caída de los zares en Rusia, la Revolución de Octubre y la llegada al poder de los bolcheviques.

Durante su estancia en Rusia, entrevistó a Trotski y presenció la muerte de Rasputín. Incluso sufrió un golpe durante los disturbios revolucionarios, lo que le dejó secuelas en la visión de por vida. A su regreso a España en 1919, publicó obras como De la Revolución Rusa y La Revolución Bolchevista: diario de un testigo. Durante la Guerra Civil Española, Sofía apoyó abiertamente al bando franquista, lo que le valió el reconocimiento de Franco.

El punto de inflexión

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Sofía se encontraba en Polonia. En un principio, logró refugiarse en una aldea junto a su hija y sus nietos, pero no tardó en denunciar la ocupación nazi y los horrores de los campos de concentración .

Según cuenta National Geographic, desde su posición como corresponsal, escribió crónicas desgarradoras sobre la violencia desatada por los alemanes en territorio polaco. Su postura crítica no fue bien recibida y, finalmente, ABC decidió prescindir de ella.

Un legado olvidado

A pesar de haber sido una de las periodistas más importantes de su tiempo, su legado cayó en el olvido. Sofía Casanova murió 16 de enero de 1958, casi ciega, pero aún escribiendo hasta sus últimos días. Semanas después de su muerte, el diario ABC escribió bajo el título "Ha muerto Sofía Casanova" un breve artículo sobre ella. 

La historia de Sofía Casanova es la de una pionera del periodismo, una mujer que desafió las normas de su tiempo y se atrevió a narrar la verdad sin importar las consecuencias. Su vida, marcada por la literatura, la guerra y la revolución, es un testimonio del compromiso con la libertad de expresión y el coraje de una periodista que nunca dejó de contar la realidad, incluso cuando le costó su trabajo.

El nombre de Sofía Casanova no es muy conocido en la historia pero fue la mujer que rompió barreras y abrió el camino al resto al convertirse en la primera corresponsal de guerra española. Su trayectoria como escritora y reportera la llevó a ser testigo de algunos de los episodios más trascendentales del siglo XX. Sin embargo, su denuncia de las atrocidades nazis en Polonia le costaron su puesto en el diario ABC.

Nacida en Almeiras, La Coruña, en 1861, Sofía Casanova se convirtió en una de las figuras más influyentes de su época. Desde joven destacó en el mundo de la literatura, ganándose el reconocimiento de personalidades como Ramón de Campoamor y José de Echegaray.

Su vida cambió radicalmente cuando se casó con el filósofo polaco Wincenty Lutosławski y se trasladó a Polonia, donde tuvo cuatro hijas y comenzó a escribir sobre la vida en Europa Oriental. Sin embargo, su matrimonio acabó en divorcio, iniciando así una nueva etapa como periodista y corresponsal de guerra.

Testigo de dos guerras mundiales y una revolución

El estallido de la Primera Guerra Mundial sorprendió a Sofía en la frontera entre Polonia y Alemania. Sin dudarlo, se convirtió en enfermera de la Cruz Roja y comenzó a enviar crónicas al diario ABC. Su valentía la llevó a ser testigo de la caída de los zares en Rusia, la Revolución de Octubre y la llegada al poder de los bolcheviques.

Durante su estancia en Rusia, entrevistó a Trotski y presenció la muerte de Rasputín. Incluso sufrió un golpe durante los disturbios revolucionarios, lo que le dejó secuelas en la visión de por vida. A su regreso a España en 1919, publicó obras como De la Revolución Rusa y La Revolución Bolchevista: diario de un testigo. Durante la Guerra Civil Española, Sofía apoyó abiertamente al bando franquista, lo que le valió el reconocimiento de Franco.

El punto de inflexión

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Sofía se encontraba en Polonia. En un principio, logró refugiarse en una aldea junto a su hija y sus nietos, pero no tardó en denunciar la ocupación nazi y los horrores de los campos de concentración .

Según cuenta National Geographic, desde su posición como corresponsal, escribió crónicas desgarradoras sobre la violencia desatada por los alemanes en territorio polaco. Su postura crítica no fue bien recibida y, finalmente, ABC decidió prescindir de ella.

Un legado olvidado

A pesar de haber sido una de las periodistas más importantes de su tiempo, su legado cayó en el olvido. Sofía Casanova murió 16 de enero de 1958, casi ciega, pero aún escribiendo hasta sus últimos días. Semanas después de su muerte, el diario ABC escribió bajo el título "Ha muerto Sofía Casanova" un breve artículo sobre ella. 

La historia de Sofía Casanova es la de una pionera del periodismo, una mujer que desafió las normas de su tiempo y se atrevió a narrar la verdad sin importar las consecuencias. Su vida, marcada por la literatura, la guerra y la revolución, es un testimonio del compromiso con la libertad de expresión y el coraje de una periodista que nunca dejó de contar la realidad, incluso cuando le costó su trabajo.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

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Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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