Hasta ahora, Felipe y Letizia han intentando que la infanta Sofía llevara una vida lo más normal posible dentro de la excepcionalidad de ser la hija de los reyes. Sin embargo, a partir de este 29 de abril, la pequeña de la familia real podría ver cómo la privacidad de la que ha gozado cambia al cumplir 18 años.

La hermana pequeña de la princesa Leonor alcanza este martes su mayoría de edad sin que sus próximos pasos estén del todo claros. La casa real confirmó hace unas semanas que, al contrario que la heredera, no tendrá formación militar e irá directamente a la universidad cuando termine bachillerato en el UWC Atlantic de Gales.

Los caminos de Leonor y Sofía, que hasta ahora habían sido muy similares, empiezan a diferenciarse de manera más notable como consecuencia de la diferencia entre sus figuras institucionales. Tal y como publicó ¡Hola!, Zarzuela está barajando universidades tanto en España como en el extranjero y, al parecer, Sofía estaría interesada en carreras STEM o relacionadas con las relaciones internacionales.

Tanto Felipe VI como las infantas Elena y Cristina cursaron su etapa universitaria en España pero, según la revista, Estados Unidos o Reino Unido entrarían en los planes para que Sofía pudiera gozar de mayor privacidad y discreción.

La gran desconocida de la familia

A pesar de que con apenas unos días de vida, las cámaras ya captaron sus primeras imágenes, la infanta Sofía ha llevado una vida relativamente alejada de los focos, especialmente durante su infancia, cuando los reyes intentaron que sus hijas vivieran como otras niñas de su edad. 

Sofía participó por primera vez en un acto oficial en 2010, cuando tenía tres años. Fue en la recepción oficial en el Palacio Real a la selección española de fútbol tras ganar el Mundial de Sudáfrica. Precisamente este deporte es una de las grandes aficiones de la infanta, que estuvo presente en Australia durante la final femenina del Mundial de 2023 y en Berlín el pasado verano cuando el equipo masculino ganó la Eurocopa. 

La hija pequeña de Felipe y Letizia es la gran desconocida de la familia real y en estos 18 años solo se ha conocido pinceladas de su carácter, más extrovertido que el de Leonor, y sus gustos. Se sabe que cuando era pequeña practicó ballet y que es amante de los animales y tiene un labrador negro llamado Jan. 

Además, es fan de la ciencia ficción, como dejó claro con el pseudónimo que utilizó para las pruebas del acceso al UWC Atlantic de Gales. La infanta eligió Dune en alusión al libro de Frank Herbert adaptado en dos ocasiones, primero por David Lynch y más recientemente por Denis Villeneuve. 

La infanta presidió su primer acto en solitario el pasado diciembre al entregar los premios de fotografía que llevan su nombre, Objetivo Patrimonio. Concurso de Fotografía Infanta Sofía. Se esperaba que en esa ocasión Sofía pronunciara algunas palabras o hiciera algún tipo de discurso, pero finalmente no fui así y a día de hoy apenas se ha escuchado a la hermana de la heredera. 

Qué cambia para ella

Para Leonor, la mayoría de edad supuso jurar la Constitución como heredera al trono e ir incorporándose de manera más notable a la vida institucional, emprendiendo por ejemplo su primer viaje al extranjero en solitario. En el caso de Sofía, esa presencia en la agenda institucional podría ser todavía más paulatina.

“La mayoría de edad marca un punto de inflexión simbólico y legal. Aunque la infanta Sofía no está llamada a reinar, al cumplir 18 años entra en una etapa en la que podría asumir una presencia pública más clara. Esto le permite representar a la institución en actos oficiales si así lo decidieran sus padres y la casa real”, explica Diana Rubio, doctora en comunicación, politóloga y experta en protocolo, imagen y etiqueta.

Marina Fernández, directora de comunicación de la Escuela Internacional de Protocolo, explica que la incorporación a la agenda seguirá “el modelo” de la de su hermana Leonor a pesar de que ambas tienen roles diferentes en la monarquía. “Que haya cumplido 18 años no significa que vaya a asumir de golpe todas las funciones institucionales que le corresponden. La casa real intentará que curse sus estudios universitarios de la forma más ‘normal’ posible y vaya incorporándose, poco a poco y cuando sea estrictamente necesario, a la agenda institucional”, matiza Fernández sobre el futuro de la infanta.

“Lo más probable es que, al menos en el corto plazo, continúe con un perfil discreto. La casa real ha sido cautelosa con la exposición de sus miembros más jóvenes, y teniendo en cuenta el precedente de la princesa Leonor, es razonable pensar que se seguirá una línea similar. Sin embargo, podría participar puntualmente en actos simbólicos o familiares que refuercen la imagen de unidad y continuidad de la institución. Este tipo de apariciones no solo le permiten familiarizarse con el protocolo y la función institucional, sino que también ayudan a normalizar su presencia pública de forma gradual”, coincide Rubio.

Además, la experta en imagen recuerda que esta mayoría de edad también conlleva que la infanta pase a ser “una figura aún más visible ante la opinión pública”. “Sus acciones y elecciones personales comienzan a tener una dimensión institucional, aunque su rol no sea protagonista”, destaca la experta.

Su figura dentro de la institución

A pesar de que no asumirá responsabilidades institucionales claras por el momento, la mayoría de edad podría ser un buen momento para comenzar a perfilar las causas o los intereses de la infanta y dirigir gran parte de su trabajo institucional hacia esos ámbitos.

“Sofía puede jugar un papel importante como soporte institucional y simbólico. En sistemas monárquicos parlamentarios como el español, los miembros de la familia real no herederos pueden ser un recurso valioso para representar a la corona en eventos, fundaciones, premios y misiones diplomáticas de bajo perfil político pero alto contenido simbólico o cultural”, cuenta Rubio.

Para le experta en etiqueta y comunicación política, lo ideal sería que la infanta se especializara “en un ámbito concreto como cultura, medio ambiente, ciencia, deporte o cooperación” para reforzar su figura. “Le permitiría construir un perfil propio complementario al de su hermana, que ayude a reforzar la imagen de normalidad y cercanía, algo muy valorado por la sociedad actual”, destaca Rubio.

Tal y como explica Fernández, por su rol la infanta por ahora “está llamada a apoyar las labores de sus padres, los reyes, y de su hermana mientras doña Leonor sea princesa de Asturias”. Eso cambiará a medida que pasen los años y en función de cuándo suba al trono la princesa de Leonor y de la familia que tenga.

“Una vez se produzca el cambio en la cabeza de la jefatura del Estado y la princesa Leonor se convierta en Reina, Sofía pasará a ser familia de la reina, al igual que ocurrió con sus tías, doña Elena y doña Cristina y, en su momento, con sus tías abuelas doña Pilar y doña Margarita”, recuerda la experta en protocolo. “En ese momento, si Leonor ya tiene establecida una familia propia que pueda ayudarla en las labores de representación de la corona, la agenda de Sofía se verá significativamente relajada. Si Leonor se convirtiera en reina siendo aún muy joven y sin familia propia, Sofía tendría que apoyarla mucho más en esa agenda institucional”, explica Fernández.