Lynne y Kira, dos amigas estadounidenses, reservaron con toda la ilusión del mundo un viaje a Costa Rica, su destino soñado. Ellas ansiaban unos días de desconexión y relax en un entorno paradisiaco, con cascadas, playas de ensueño y vegetación de cuento. 

Compraron sus billetes de avión a San José, la capital de Costa Rica, y el día del viaje todo fue bien hasta que el vuelo aterrizó y se dieron cuenta de su gran metedura de pata.

Las amigas despegaron de LaGuardia, en Nueva York y tuvieron una escala en Carolina del Norte. Su destino final fue San José, pero no en Costa Rica, sino en California, a 4000 kilómetros de la ubicación que deseaban.

Según La Dépêche, lejos de venirse abajo, las dos amigas aprovecharon su estancia en California antes de poner rumbo, ahora sí, a Costa Rica, para reengancharse al resto de sus vacaciones, para las que sí tenían reservas correctas. 

"Encantadas con el viaje, incluso prolongaron su estancia una semana más y aseguraron haber pasado 'las mejores vacaciones' de sus vidas", cuentan.