La familia reprocha al consejero extremeño de Sanidad que "deje morir a una persona joven en su casa" porque con la pandemia no hay primera línea de cuidados.
Los sanitarios plantean “medidas organizativas y asistenciales encaminadas a ayudar a los equipos de atención primaria a diseñar su propio modelo organizativo".
Uno de los motivos más frecuentes que nos llevan al médico de familia son los problemas de la vida diaria que causan sufrimiento emocional. En este caso, no hay enfermedad por ninguna parte, no hay heridas ni patología detectable. Duele la vida, no la enfermedad.
Es un buen momento para reflexionar sobre una Atención Primaria cuyo modelo afronta severas amenazas. Su diseño eficiente, su gasto contenido, el alto nivel de preparación de sus profesionales y la solidaridad social que preconiza su diseño siguen siendo valiosos activos. La sobrecarga, la presión asistencial, la disparidad entre comunidades, la precariedad laboral y el maltrato a sus trabajadores, retos profundos.
La mayoría de los enfermos hospitalizados son internos de hospitales de una sola cama. Viven en casas donde son cuidados por su familia. Enfermos con patología mental severa, neurológica degenerativa, insuficiencias cardiacas, renales, hepáticas y procesos crónicos y complejos.
Los médicos enferman y mueren. Todos lo hacen. Muchos no consiguen preparase bien para ese viaje, pese a haber acompañado a muchos en el mismo. Su conocimiento, habilidades, criterio y experiencia no son suficientes.
Cuando en mi consulta me presentan problemas complejos trato de hacer lo posible por dedicar la máxima atención. Pero, ¿qué pasa cuando sólo disponemos de 6 minutos?
Como médico de familia sé que los seis millones de parados son un verdadero desastre, lo veo día a día en la consulta. Personas que se deshacen en lágrimas o en angustia, personas al límite de sus recursos personales. Y finalmente enfermedad.
Parece que son las mujeres del otro lado del Atlántico las que han respondido al globo sonda que lanzaba Gallardón sobre la ley del aborto. El pasado 23 de julio se publicaba un vídeo con el sentir de la mujer americana ante los intentos de restringir su acceso a programas de prevención del cáncer, planificación familiar y aborto.