Alyssa Blask, psicóloga: "Mucho cuidado con decir esto cuando los hijos descubren la verdad sobre Papá Noel"
Una fórmula sugerida es: "Lo hacíamos porque era divertido y especial".

A muchas familias les llega un momento delicado: cuando los niños empiezan a sospechar que Papá Noel quizá no sea exactamente como lo imaginaban. La escena suele repetirse en diferentes hogares, especialmente cuando aparece la influencia del colegio y de los compañeros. La revista griega Bovary recoge el caso de Liberty, una niña de siete años que preguntó directamente si Santa Claus existe porque un compañero de clase le aseguró que no. Para muchos padres, esa pregunta supone un choque entre el deseo de mantener viva la magia de la Navidad y la necesidad de ser sinceros.
Los especialistas consultados por Bovary coinciden en que no existe una edad universal para revelar la verdad. La investigación dirigida por la Dra. Candice Mills, conocida como Santa Project, señala que los niños suelen dejar de creer alrededor de los ocho años. Curiosamente, la tecnología ha prolongado esta ilusión en algunos casos, ya que las aplicaciones que permiten añadir a Papá Noel en fotos o vídeos crean pruebas visuales que resultan muy convincentes para los más pequeños.
Por otro lado, el estudio del profesor Chris Boyle en la Universidad de Exeter muestra que muchos niños que ya conocen la realidad deciden seguir el juego porque disfrutan de la tradición. Otros, en cambio, pueden sentirse molestos o incluso engañados cuando descubren que la fantasía se mantiene aun cuando ellos dudan de ella.
El profesor Rohan Kapitany, experto en análisis de datos en la Universidad de Durham, recuerda que esta decisión depende más del niño que de una norma externa. Según sus palabras, "los niños sacarán sus propias conclusiones" y, cuando empiecen a preguntar con insistencia, es señal de que están preparados para una conversación honesta. Añade que este momento puede transformarse en una oportunidad educativa, ya que permite explicarles que conocer la verdad también implica asumir la responsabilidad de mantener el secreto para hermanos menores o amigos.
La especialista en desarrollo emocional Alyssa Blask Campbell subraya que cada niño vive esta transición de forma distinta. Entre los cinco y los doce años, la influencia del grupo de iguales aumenta y su pensamiento lógico se activa, por lo que comienzan a comparar relatos con hechos. Cuando llega la revelación, recomienda validar sus emociones y explicarles con calma que la tradición de Papá Noel existe para añadir alegría y no para engañarles. Una fórmula sugerida es: "Lo hacíamos porque era divertido y especial".
Finalmente, la psicóloga infantil Amanda Gummer aconseja seguir siempre el ritmo del niño. Si hace preguntas directas, suele ser el momento adecuado para responder con sinceridad y cariño, evitando historias cada vez más complicadas que puedan deteriorar la confianza.
