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Desequilibrios, pero no excesivos

Desequilibrios, pero no excesivos

Más allá de la revisión al alza de la previsión de crecimiento es muy significativo que la CE haya retirado a España de la lista de países con "desequilibrios macroeconómicos excesivos". Persisten, pero ya no son excesivos. Vaso medio lleno o medio vacío. Yo me quedo con la idea de que se está llenando.
Los griegos no se hundieron solos

Los griegos no se hundieron solos

Como en cualquier tragedia familiar, en la europea hay también responsabilidades compartidas. Es demasiado sencillo culpar sólo a Grecia y a sus irresponsables líderes de su hundimiento. Por eso resulta insultante la retórica del castigo moralizador con la que han abordado la tragedia griega.
El euro y el globo Montgolfier

El euro y el globo Montgolfier

El destino de Europa depende en gran medida de la cuestión aparentemente técnica del excesivo valor actual del euro frente al resto de divisas importantes, una situación que no es más que el reflejo del desacertado vacío estratégico de la zona euro, la única zona monetaria suficientemente suicida.
Una herramienta que vale 5.000 millones

Una herramienta que vale 5.000 millones

Doce meses después, sin que ningún gobierno haya tenido que recurrir a esta herramienta, se acepta que la aprobación de las OMT (Operaciones Monetarias de Compraventa) ha sido la mejor decisión para aplazar el riesgo de ruptura de la Unión Monetaria Europea. Sí, para aplazar, porque no creo que el riesgo se haya eliminado del todo.
Cómo sobrevivir al castigo alemán

Cómo sobrevivir al castigo alemán

Si Alemania entrase en recesión se darían quizás cuenta de que necesitan la recuperación del sur para su prosperidad. La segunda circunstancia es la unión del sur. Si se ponen de acuerdo y se apoyan unos a otros, Alemania no podrá seguir imponiendo sus recetas económicas al resto.
Las crisis duelen, pero la austeridad mata

Las crisis duelen, pero la austeridad mata

Esta austeridad no está funcionando para salir de la crisis, tiene efectos sobre la salud e incluso la vida de las personas, mantiene o agrava unos niveles de paro juvenil en algunas regiones de Europa insostenibles. ¿Por qué seguimos con ella? Nuestro ímpetu suicida me recuerda al de los fanáticos.
Salvar el euro, perder Europa

Salvar el euro, perder Europa

Conviene recordarlo: no se puede construir un proyecto político sin ciudadanos. La Europa de los tecnócratas ha terminado por dejar en un alarmante segundo plano a los ciudadanos de carne y hueso. La homologación socieconómica de los europeos ya no tiene visibilidad ni como utopía.
Un grupo mal avenido de acreedores y deudores

Un grupo mal avenido de acreedores y deudores

Esto tiene que acabar ya. España es un integrante destacado de la Unión y no puede ser uno de los adalides de la reincidencia en el error. Y si todo lo ocurrido es una oportunidad para terminar con ese coladero de recursos que son los paraísos fiscales dentro del territorio de la UE, pues que se haga con firmeza, y que se haga ya.
¡En manos de quién estamos!

¡En manos de quién estamos!

Da vértigo pensar que quien te ha de proteger es perfectamente previsible en el error. "Piensa mal y acertarás" es a estas alturas el mejor consejo del que se debe valer cualquier analista para entender las claves de nuestra Unión Europea. Secuestrada, a partes iguales, por unos volátiles mercados y unos perfectamente erráticos y miopes líderes de la eurozona, la UE es lo más parecido al caos circulatorio en las horas punta.
¿Vuelven los años 30?

¿Vuelven los años 30?

La ola antieuropea tiene el viento a favor y quienes creemos en Europa nos damos contra la pared cada vez que leemos el periódico. ¿Cómo defender una respuesta a la crisis en que los gobiernos de los países endeudados pierden su autonomía y se convierten en una suerte de autómatas de las políticas que defienden los intereses de ciudadanos del norte?
Cuando éramos Alemania

Cuando éramos Alemania

La narración de lo ocurrido antes de la crisis ignora a menudo que en España éramos campeones del rigor presupuestario para, al contrario, tratar de explicar los problemas que nos afectan como consecuencia directa del derroche, antes que explicarla por los desequilibrios causados por la integración en el euro.
La política del miedo

La política del miedo

En lugar de reformas reales y necesarias y responsabilidad fiscal, estamos aplicando una sobredosis de austeridad que lo que aborda son los síntomas, más que las causas, de los males económicos que aquejan a Europa. En lugar de recompensar unos esfuerzos sobrehumanos, se nos condena por nuestras deficiencias. En lugar de comprensión, tenemos insultos.