Leila von der Spree, que usa pseudónimo, lleva diez años sufriendo innumerables problemas con el alquiler y quiere que le compensen por ello, en una lucha de David contra Goliat.
El dictador tuvo España a sus pies, la mayor riqueza que cabía, pero más allá del intangible, están las pesetas: se quedó con donaciones a la "causa nacional", levantó un entramado de empresas y acaparó regalos que lo convirtieron en millonario.
La mujer afirma que al principio se sintía culpable, pero reconoce que disfruta mucho de la ayuda que le dan sus padres y no piensa decirles la verdad.