La evolución tecnológica, el internet de las cosas y la conexión entre máquinas han hecho posible que los procesos de fabricación estén totalmente digitalizados y conectados. Los fabricantes pueden producir y entregar los pedidos con mayor rapidez y atender pedidos personalizados. Es lo que se denomina Industria 4.0 o cuarta revolución industrial.
La interconexión eléctrica entre Canadá y EEUU realizada por Iberdrola, para la que trabajaron unas 3.500 personas es la mayor obra de este tipo en la Costa del Noreste de Estados Unidos.
Hace unos años, mi hija, que tenía diez años, me dijo que odiaba los ordenadores. Yo me quedé en shock. Sabía lo importante que era para mí que las mujeres trabajaran en tecnología. Y, de repente, este asunto que me preocupaba tanto en el ámbito laboral empezó a preocuparme en el ámbito familiar.
Casi de la noche a la mañana, millones de hogares de la África rural han conseguido acceso a los teléfonos móviles, que utilizan tanto para actividades comerciales como para la comunicación personal. Lo que está sucediendo en África anuncia una transformación histórica: el salto directo de la era 'preelectricidad' a la era de la Tercera Revolución Industrial.
A diferencia de los combustibles fósiles y de las centrales nucleares de uranio, en las que la materia prima en sí ya tiene un coste, el sol que aprieta sobre los tejados y el viento que acaricia los edificios es gratis. El enorme potencial social de estas energías reside en su coste marginal casi nulo.
El objetivo de este artículo es apuntar una serie de reflexiones para la identificación de las palancas que deben dar lugar a la definición e implementación de políticas industriales que se traduzcan en la mejora de la competitividad de España.
La próxima vez que entres en un supermercado o un restaurante de sushi, plantéate usar el poder de tu cartera para decir a la industria atunera que en tu plato no hay sitio para la devastación de los océanos ni para el abuso laboral.