En ningún momento sentí que me faltara algo por no tener contacto con mi padre o porque mi familia sólo estuviera compuesta por mi madre y por mí. Solamente soy consciente de que mi infancia fue diferente a la del resto cuando me preguntan en qué trabaja mi padre.
Fue amor a primera vista; bueno, casi. La primera vez que vi a mi mujer, sentí algo imposible de describir. Tenía 17 años y trabajaba en un Burger King. Ella era encargada con 19 años. Enseguida nos hicimos amigos y esa amistad se convirtió en algo más. Nos casamos seis meses después.