El exministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, y el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, son culpables de crímenes de guerra por "dirigir ataques contra objetivos civiles" y por "causar daños colaterales excesivos" a inocentes.
Shoigu, principal diana del levantamiento mercenario, dice que sus tropas "continúan infligiendo daño al enemigo, lo que reduce significativamente su potencial ofensivo". Kiev habla de otros 37 kilómetros cuadrados recuperados.