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'Los días afuera', el plato principal del Festival de Otoño

'Los días afuera', el plato principal del Festival de Otoño

Esta obra se representa en Contemporánea Condeduque y relata las experiencias a las que se tienen que enfrentar un grupo de expresidiarias.

Las protagonistas de 'Los Dias Afuera' en un coche en momento de la representación
Las protagonistas de 'Los Dias Afuera' en un coche en momento de la representación.Carlos Furman

Por fin llegó el Festival de Otoño un espectáculo de los que ponen los dientes largos a las personas aficionadas al teatro. Al menos a los que gusta un teatro que combina la calidad de la técnica teatral con la calidad del contenido, un fuerte compromiso social y un gran sesgo artístico. Se trata de Los días afuera de la estrella global Lola Arias.

Si no se creen lo de estrella global miren en la página web del festival los centros que participan en la coproducción de este espectáculo y por los que ha pasado o pasará. Incluido el centro Contemporánea Condeduque donde se pudo ver esta semana. Obra que estaba subtitulada en inglés y en la que se podía oír entre el público a personas hablando en otros idiomas, aunque es cierto que no muchas.

Esta obra se puede considerar teatro musical documental. Lo de documental se debe a que las protagonistas reales de la historia, mujeres que estuvieron presas en la cárcel argentina de Ezeiza, cuentan en escena lo que les ha pasado. Y lo de musical porque hay mucha música. Y la razón de que la haya es porque sus protagonistas tienen mucha relación con la misma. Bien porque estuvieran en un grupo de rock, bien porque la cantan, bien porque la bailan.

Puede que haya lectores que al leer lo anterior sospechen cierto grado de amateurismo en sus intérpretes. Sobre todo, si no conocen este tipo de trabajos de Lola Arias. Una directora que sabe hacer que los intérpretes que se representan a sí mismos hablando con un lenguaje coloquial, al estilo de las obras contemporáneas, pero suenen profesionales sin dejar de ser ellos mismos, su entonación, su postura y actitud al decir las cosas.

Las actrices cantando cumbia en 'Los Dias Afuera'
  Las actrices cantando cumbia en 'Los Dias Afuera'.Carlos Furman

También sabe aprovechar sus características, para muestra el momento en el que Paulita Asturayme se canta una cumbia. Sí, están representando, pero como buenos intérpretes, desde la verdad con la que lo hacen los actores. La que surge de sus características, de su talento y de sus virtudes, pero también de sus defectos.

La obra sigue a estas reas, así se llamaba la película en la que se le retrataba en la cárcel, una vez que salen afuera. De ahí su título. Cómo afrontan la libertad y las dificultades para tener una vida. Porque afuera tienen que resolver, como la mayoría de los mortales, las cuestiones prácticas de conseguir vivienda y dinero, lo que significa en las sociedades actuales conseguir un trabajo. Y también las relaciones afectivas que estaban rotas, se rompieron o se discontinuaron simplemente por estar presas. Con padres, hermanos, hijos y con las parejas.

¿Cómo ha decidido Lola Arias poner todo esto en escena para que resulte interesante al espectador? Pues de forma bastante sencilla. Como ya se ha dicho, apoyándose en la verdad que tiene el elenco, y que mantienen a pesar de que han repetido ya muchas veces esta obra desde que comenzaron a representarla en 2024, sin abandonar su interés por la tecnología y la imagen en movimiento.

Por eso ha creado un escenario en dos alturas con andamios que se cubren con sábanas blancas cuando es necesario proyectar u ocultar. Andamios que le permiten crear espacios para las distintas escenas y para dar un concierto. Dos alturas que se conectan por escaleras, pero también por una barra metálica estilo pool dance o de parque de bomberos a la que sabe sacarle partido.

Las actrices viendo películas de terror en 'Los Dias Afuera'
  Las actrices viendo películas de terror en 'Los Dias Afuera'.Carlos Furman

La tecnología la aportan pequeños cortos, casi siempre pequeñas road movies que suceden en las calles de Buenos Aires, que se ruedan en vivo y en directo en el teatro. Con las actrices y con el actor, un hombre trans, contra un croma verde que permite integrar un paisaje de fondo. En este caso viajes en coche que estas mujeres y ese hombre, que se conocieron en la cárcel, hacen en grupo o en parejas o ellas solas. En lo que se ve y se escucha como un ámbito de libertad sobre ruedas que en realidad no se mueve. Mostrando la mecánica de cómo se construye una película, ficción, que adquiere la apariencia de realidad y verdad.

Todo esto sirve para poner encima de la mesa y las conciencias las dificultades para salir de la cárcel. Las dificultades para evitar que afuera siga estando presente. Como en esa escena en la que en las entrevistas de trabajo, también rodadas y proyectadas en vivo y en directo, en las que se les pregunta por sus antecedentes criminales.

Entrevistas que se cortan en seco o más educadamente y las dejan fuera del proceso selectivo cuando con sinceridad responden que cumplieron condena. Escena que por reiterativa no deja de ser muy elocuente de que una vez que se entra en prisión no se sale de ella. Aunque lo peor es que no dejan salir, de forma figurada, ni aun queriendo.

No, no son historias alegres las que cuentan. Y hay dolor en ellas. Son historias de redención. Redención y rendición, como aceptar ser culpable sin serlo para tener una menor condena, mucho esfuerzo, terapias de rehabilitación y de hacerse todos los cursos habidos y por haber que se les han ofrecido en prisión.

Una escena de la obra de teatro 'Los Días Afuera'
  Una escena de la obra de teatro 'Los Días Afuera'Carlos Furman

Con todo ello, Lola Arias ofrece un fresco de historias emotivas y emocionantes. Evitando la ñoñería o el buenismo, aunque rozándolo, porque es inevitable. Como se evita ensalzar sus desgracias o hacer sus historias ejemplarizantes, como hacía el cine quinqui de los ochenta.

En este caso son historias reales que se perderían como gotas de agua en la lluvia si no se las mirase. Necesitadas de mediadores para que estas mujeres puedan dar la cara y ser escuchadas. Algo muy bien contado en la escena inicial. En la que vestidas de gala como para pasear por una alfombra roja, miran a público, y cuentan una a una su trágico currículo vital. Algunas con una sonrisa, como si estuvieran a punto de coger un premio. Antecediendo el gran aplauso que recibirán al final con parte del público en pie.

Un tipo de obras o espectáculos que no debería quedarse para la mirada exquisita de espectadores de festivales o centros dramáticos a la última. Y menos para los que, perteneciendo a este tipo de público o de centros, añaden el rasgo de estar concienciados.

Pues se trata de una obra necesitadas de miradas masivas y de miradas más cercanas a la de sus protagonistas. Sí, este hubiera sido un espectáculo estupendo para practicar la descentralización de la cultura (en la Comunidad de Madrid) que el Festival de Otoño empezó a practicar hace unos años y que (casi) ha perdido en esta edición.

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Como el dramaturgo Anton Chejov, me dedico al teatro y a la medicina. Al teatro porque hago crítica teatral para El HuffPost, la Revista Actores&Actrices, The Theater Times, de ópera, danza y música escénica para Sulponticello, Frontera D y en mi página de FB: El teatro, la crítica y el espectador. Además, hago entrevistas a mujeres del teatro para la revista Woman's Soul y participo en los ranking teatrales de la revista Godot y de Tragycom. Como médico me dedico a la Medicina del Trabajo y a la Prevención de Riesgos Laborales. Aunque como curioso, todo me interesa.