Marco Rubio vuelve a lanzar una nueva advertencia a España por el gasto en defensa
Reclamó mayor coherencia a los aliados europeos en materia de defensa.

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, aprovechó el discurso del balance anual del gobierno norteamericano para criticar al gobierno español por no aumentar el gasto en defensa y de su cada vez mayor acercamiento al gobierno chino. Lo hizo en respuesta a unas preguntas realizadas por periodistas.
"No hemos tenido indicación de ningún país de que no vaya a hacerlo" señaló en referencia a la petición de aumentar la partida en defensa, antes de introducir una matización que resonó con fuerza, "con la excepción de España".
Rubio insistió en que aumentar el gasto militar no es una exigencia ideológica de Washington, sino una cuestión de "interés propio" para Europa, que no puede depender indefinidamente de Estados Unidos.
Con la Administración Trump metida en varios frentes abiertos, como la guerra de Ucrania, la presión sobre Venezuela, el reparto de cargas en la OTAN y la influencia china en Europa, Rubio aprovechó la situación para endurecer su discurso al abordar la cuestión de su principal rival geopolítico.
Alertó de que la entrada de tecnología y productos chinos baratos está debilitando la base industrial europea y generando riesgos de seguridad nacional, especialmente en sectores e infraestructuras estratégicas. El mensaje apuntaba a gobiernos que buscan estrechar lazos con Pekín.
Pedro Sánchez viajó recientemente a China, donde se reunió con Xi Jinping y defendió reforzar la cooperación económica y tecnológica en plena guerra comercial con Estados Unidos. Washington reaccionó con dureza: Scott Bessent, secretario del Tesoro, llegó a afirmar en abril que "acercarse a China es como cortarse el cuello". La intervención de Rubio se suma así a meses de fricciones bilaterales por defensa, política exterior y seguridad estratégica.
La cuestión de Ucrania
Rubio partió de una premisa clara sobre la guerra de Ucrania: Estados Unidos es hoy el único actor con capacidad real para hablar al mismo tiempo con Kiev y con Moscú. "Si Estados Unidos no estuviera involucrado, nadie estaría hablando con ambas partes", afirmó, descartando tanto a la ONU como a Europa como mediadores eficaces.
En ese contexto, defendió la implicación directa de Donald Trump por una razón fundamental: el coste humano y económico del conflicto. La guerra, dijo, es "sangrienta, brutal y devastadora", y su prolongación multiplica las pérdidas cada semana. Aun así, subrayó un límite claro: "No se puede imponer la paz a nadie" y "no hay acuerdo posible sin Ucrania y sin Rusia".
