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Del aumento del gasto militar a la compra de balas israelíes: 24 horas para una crisis

Del aumento del gasto militar a la compra de balas israelíes: 24 horas para una crisis

El Gobierno de coalición enfrenta la relación más tensa entre PSOE y Sumar, que se opone al aumento de gasto militar anunciado por Pedro Sánchez, agravado por la formalización de un contrato por parte de Interior con una empresa israelí.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, durante la firma del acuerdo para el Gobierno de coalición.Eduardo Parra/Europa Press via Getty Images

Desde que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se presentara ante el Parlamento Europeo con aquello de que se había terminado “el tiempo de las ilusiones” para excusar la necesidad de un costoso rearme europeo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comenzó a transitar una delgada línea política, acaso la más fina desde su llegada a La Moncloa. Por un lado, el compromiso adquirido con la OTAN, también con Europa, por llegar al 2% del PIB en Defensa. Al otro, sus socios tanto de Gobierno como de coalición, una izquierda por tradición antibélica. No parecía posible contentar a ambos bandos. Y así ha sido. En estas últimas 24 horas, Sánchez ha comprobado la soledad de los socialistas en un asunto, sí, nuclear.

Este martes, la parte socialista del Gobierno llevó al Consejo de Ministros el llamado Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa de España. En resumen, el proyecto de rearme español que pedían Europa y la OTAN. Un gasto de 10.400 millones de euros adicionales "a los ya destinados en políticas de seguridad y defensa” y el compromiso de alcanzar el 2% del PIB en gasto militar este mismo año. En el Consejo de Ministros, a Sánchez no le sorprendió encontrarse con la negativa de los ministros de Sumar, que presentaron una serie de “observaciones” al proyecto. “Se reitera el desacuerdo con aumentar el gasto militar sin una reflexión consensuada en el Gobierno sobre las verdaderas necesidades de defensa en España, ni una estrategia alineada con las prioridades europeas”, dijeron. Sánchez, durante su discurso ante los medios, restó importancia a las objeciones. “No somos partidos iguales y tenemos cada uno nuestras diferencias, pero lo hemos hecho siempre desde el respeto y el diálogo”, comentó.

Sin embargo, nadie pensó que una de las observaciones que había planteado Sumar era la que este miércoles agudizaría las grietas en la coalición. La cuarta discrepancia planteada por Yolanda Díaz en el Consejo de Ministros advertía que el gasto podría “contradecir” la política exterior del Ejecutivo progresista, “siendo inaceptable la compra de material bélico a Israel”. Nadie sospechaba entonces que apenas unas horas después eldiario.es y la Cadena SER avanzarían que el Ministerio del Interior había formalizado en plena Semana Santa, en un viernes festivo en toda España, un contrato para adquirir material militar a una empresa israelí. Una operación, además, que el Departamento de Fernando Grande-Marlaska aseguró que rescindiría hace seis meses.

Mientras Yolanda Díaz aseguraba en una entrevista en La 1 que el Gobierno de coalición “goza de buena salud” para tratar de acallar las voces que, como las del Partido Popular, pedían su salida del Gobierno, en la izquierda del PSOE aumentaba el malestar que ya había generado el anuncio de Sánchez. Desde el Congreso, el diputado de IU y secretario general del Partido Comunista de España, Enrique Santiago, no descartaba la ruptura con los socialistas, una decisión que, de llegar, “sería responsabilidad del PSOE”. “En el acuerdo de Gobierno de coalición no hay nada que posibilite esta inmensa operación de rearme y mucho menos hay nada, nada, que posibilite cualquier colaboración o permisividad con los grandes crímenes internacionales que está cometiendo Israel contra el pueblo palestino”, dijo al tiempo que pidió la dimisión de los “responsables técnicos o políticos incapaces de cumplir los acuerdos del Consejo de Ministros”.

La posición de Enrique Santiago fue también sustentada por el actual coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo. Este, desde Villalar de los Comuneros, en Castilla y León, manifestó que "la decisión unilateral del PSOE y de Pedro Sánchez dentro del Gobierno de aumentar los gastos militares es un acto de irresponsabilidad que abre una crisis de Gobierno”. “Es evidente — señaló — que no vamos a aceptar este tipo de políticas. Si esto se suma a la noticia de hoy [el contrato de Interior], estamos hablando de decisiones unilaterales que dificultan mucho la estrategia del Gobierno de aquí a 2027”, fecha en la que terminaría la legislatura.

Fuentes de Sumar en el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz, no obstante, han tratado de apaciguar la amplitud de la crisis señalada por Enrique Santiago o Antonio Maíllo. “La salida del Gobierno no está encima de la mesa”, han señalado a El HuffPost. No obstante, previamente sí habían emitido un comunicado en el que acusaban a los socialistas de acometer una “vulneración flagrante de los compromisos adquiridos en el Gobierno” con relación a la compra de millones de balas de 9 milímetros a una de las empresas israelíes que mayor soporte ofrece al Ejército de Israel. Además de exigir la “cancelación inmediata del contrato”, han solicitado también la comparecencia del ministro Grande-Marlaska “para aclarar todo lo sucedido en relación a esta adquisición”. Para IU, no obstante, no es suficiente “pedir explicaciones”. “Ese camino no lo vamos a recorrer”, apuntó Maíllo. Su formación, según comentó Santiago, ya ha pedido un encuentro de todas las formaciones políticas que se agrupan en el Parlamento bajo la marca Sumar. A las peticiones de dimisión se ha sumado también Compromís. El diputado Albert Ibáñez aseguró que, si no se rectifica, Marlaska debe abandonar el Gobierno.

Otros partidos a la izquierda del PSOE, como Podemos o BNG, también han mostrado su oposición a los últimos movimientos. Mientras la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha situado al Gobierno en “el principio del fin”, el diputado del BNG, Néstor Rego, ha señalado que no bastan “declaraciones de condena”. “El Gobierno debe actuar con coherencia. La venta de armas a Israel no solo es un error moral, sino también un acto que convierte al Estado español en cómplice del genocidio palestino”, ha dicho.

Mientras, desde el Ministerio de Interior no parece que vayan a rectificar nada. Aunque Pedro Sánchez asegurase que no había operaciones de compraventa con Israel, a pesar de que el propio Marlaska anunciase que rescindiría el contrato, se mantienen firmes en la formalización del mismo. “La anulación hubiera supuesto abonar el precio a la empresa sin recibir el material”, han comentado fuentes del Ministerio del Interior a este medio tras manifestar que tan solo han atendido a las “recomendaciones” de la Abogacía del Estado, “que desaconsejó la rescisión en la fase de tramitación alcanzada”. Todo el jaleo, además, ha pillado al ministro de viaje de trabajo en la capital de Irak, Bagdad.

Sánchez y sus ministros, en práctica soledad parlamentaria con relación al aumento del gasto militar, sí han recibido el visto bueno del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, quien conversó anoche con el presidente del Gobierno. “Celebro el anuncio de alcanzar el 2% de manera más rápida. Para mantenernos seguros, todos necesitamos aumentar la inversión en Defensa: construir una OTAN más fuerte, más justa y más letal”. Ante la crisis de gobierno abierta en España, por ahora, los socialistas guardan silencio.

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Me llamó Héctor Juanatey, aunque como dice Xoan Tallón, eso no importa, todo el mundo tiene un nombre. Me gusta escribir y contar cosas. En El HuffPost escribo de política, y como política lo es todo, decirles esto es como decir todo y decir nada.

 

Sobre qué temas escribo

En El HuffPost escribo, como ya les dije, de política, que es todo. Si quisieran entrar más en detalle, les cuento: por gustar, me gusta escribir de todo aquello que me preocupa dentro y fuera de la redacción. En los últimos años, por ejemplo, he estado investigando el ascenso de la extrema derecha, una suerte de virus invisible que crece cada día más. Un crecimiento, sin embargo, que también tiene responsables, y en ellos me gusta fijarme, ya sea Elon Musk, Mark Zuckerberg o influencers de ultraderecha con cada vez más adeptos. Pero también la política es causa de la desafección de la que beben los ultras. De ahí que no haya que olvidarse nunca de temas fundamentales como la vivienda; en definitiva, de las condiciones materiales de la ciudadanía. Por ese motivo, también, y desde la cobertura que hice para Público durante el 15M en la Puerta del Sol, en Madrid, he centrado gran parte de mi trabajo en las diferentes reivindicaciones de la movilización social. Sospechen siempre de aquellos periodistas que acostumbran a agobiar con la cantinela de la objetividad. Al final, solo buscan desprestigiar el sentido mismo de la profesión.

 

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Pese a todas las advertencias, desde que me decanté por estudiar periodismo (Licenciatura y Máster en Periodismo de Investigación), a excepción de un parón en el que trabajé en discurso y comunicación política, he tenido la suerte de dedicarme a escribir. Empecé en La Voz de Galicia y, tras dejar la terruña (Galicia) y mudarme a la capital en busca de oportunidades laborales, pasé por Público, La Sexta, fui redactor fundacional de eldiario.es, y he escrito para un buen número de medios como Praza.com, la revista Luzes, Playground Magazine, La Marea, Vanity Fair o CTXT. En una ocasión estuve en el campamento de refugiados de Dajla, en el Sahara, y de allí me traje unas breves anotaciones que fueron publicadas como libro, ‘Dajla. Apuntes desde o Sahara’, editado por Praza. En otra, entrevisté a Txema Guijarro, una de las personas que trabajó en el asilo de Julian Assange y Edward Snowden, y esos diálogos se transformaron también en libro, ‘El analista. Un espía accidental en los casos Assange y Snowden’, de Libros del KO. En otro lapso de tiempo, creé junto a los cómicos Facu Díaz y Miguel Maldonado un programa de humor, La Tuerka News, porque tengan claro que sin risas nos vamos a la m*****.

 


 

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