Jaume Duch: "La ultraderecha tiene que tener ganas de trabajar para que tengan impacto sus políticas y, hasta ahora, no lo ha hecho"

Jaume Duch: "La ultraderecha tiene que tener ganas de trabajar para que tengan impacto sus políticas y, hasta ahora, no lo ha hecho"

El portavoz del Parlamento Europeo analiza el escenario de cara a las elecciones europeas, que se celebran en dos semanas.

El portavoz del Parlamento Europeo, Jaume Duch.Europa Press via Getty Images

El próximo 9 de junio quedará configurado el próximo Parlamento Europeo. Más de 350 millones de europeos ejercerán en dos semanas su derecho al voto para elegir a un parlamento que decidirá la Europa del futuro y que tendrá que enfrentarse a importantes desafíos en un mundo cada vez más cambiante.

El auge de la ultraderecha, que incluso puede ser determinante en el próximo parlamento alternando las mayorías y los pactos actuales, la ampliación de la UE, la autonomía estratégica, el pacto verde y el impacto de una victoria de Trump en noviembre serán las claves, o así lo explica el español Jaume Duch, para definir la Unión Europea del futuro.

"Perdona por el retraso, pero tenemos unas elecciones que organizar", explica abriendo las puertas de su despacho en Bruselas el portavoz del Parlamento Europeo a mediados de abril. A escasos metros del macrocomplejo de la Eurocámara, en el edificio Wilfried Martens Gebouw el bullicio es total. Están a punto de presentar su campaña, que versa sobre la apelación al voto joven, al que piden que acuda a las urnas "defender la democracia".

¿Qué se juega Europa el el 9 de junio?

Europa se juega su futuro. El mundo es ahora mucho más complicado de lo que era hace unos años y eso tiene repercusiones evidentes para la Unión Europea. Tenemos una guerra en la frontera de la Unión Europea, tenemos un conflicto candente en Oriente Medio que corre el peligro de extenderse y tenemos un mundo en el que la multilateralidad no funciona como funcionaba hace unos años. Además, las elecciones en Estados Unidos también pueden introducir elementos nuevos.

Y al mismo tiempo, pues tenemos una serie de prioridades internas. Como, por ejemplo, la lucha contra el cambio climático, la gestión de las políticas de inmigración, la reindustrialización de la Unión Europea y todo el tema de la ampliación a los países de los Balcanes Occidentales y a tres países que vienen del área de influencia rusa.

También una reforma interna de la Unión Europea que está pendiente, pero que es obligatoria si queremos ampliar. Todo eso nos lo jugamos en las elecciones europeas, hasta el punto de que yo creo que lo que pase o deje de pasar en Europa en los próximos años será el resultado combinado de las elecciones europeas y americanas.

¿Qué pasa si la ultraderecha acaba consiguiendo poder tras las elecciones?

Las encuestas en algunos países dan un aumento de la ultraderecha, eso es cierto. Pero eso son las encuestas, vamos a ver qué es lo que dice la gente cuando vaya a votar. Por otra parte, las encuestas también nos dicen que va a seguir habiendo una mayoría proeuropea en el Parlamento Europeo, a lo mejor un poco más cortita que la actual. O a lo mejor no, eso también está por ver. Sin embargo, no hay ninguna encuesta que nos diga que de repente al Parlamento Europeo se vaya a dar la vuelta en este sentido. En principio no tiene por qué pasar, pero las encuestas son encuestas y aquí de lo que se trata es de saber quién va a ir a votar y quién se va a quedar en su casa.

Además, en el caso concreto de la ultraderecha no basta con aumentar la representación, también tienes que organizarte y tienes que tener ganas de trabajar y de introducirte en la maquinaria del Parlamento. Tienes que presentar enmiendas, aprobar propuestas de resolución... Y hasta ahora la mayoría no lo han hecho. Vamos a ver qué pasa en la próxima legislatura.

En los datos del Eurobarómetro del mes de abril se puede ver cómo el 69% de los españoles no saben cuándo se celebran las elecciones europeas. Es el país que más porcentaje de desconocimiento de la fecha tiene. ¿Por qué hay casuística en España?

La encuesta se hizo en febrero y es verdad que los medios de comunicación y los partidos han empezado a hablar de las elecciones europeas prácticamente ahora. Porque, además, en España, en febrero, seguíamos todavía con todas las consecuencias de los debates internos alrededor de los resultados de las elecciones generales de julio del año pasado. Y, Por otra parte, fue también el periodo en el que se convocaron elecciones en El País Vasco y después elecciones en Cataluña. Entonces, eso de alguna manera tapó, digamos, el anuncio de las elecciones europeas.

Pero a mí esa cifra me preocupa poco. De aquí a las elecciones europeas todo el mundo sabrá que hay elecciones europeas. A mí lo que me interesa es que la gente no se limite a saber que hay elecciones europeas, sino que sepan de la importancia de estas y a partir de esa importancia, vayan a votar. Lo importante es que se vote, da igual cuándo se enteren.

En las encuestas poselectorales, cuando analizas los datos muchas veces, te encuentras con que una parte importante de los abstencionistas no votaron porque no sabían que había elecciones o porque se olvidaron o porque nadie les recordó que se dieran las elecciones.

Es decir, que ahí todos nosotros, como institución, los partidos políticos, los candidatos, los medios de comunicación, tenemos la responsabilidad compartida de hacer que la gente sepa que vienen las elecciones. Hay que hablar de cuándo son las elecciones, cómo se vota, cómo se gestionan.

En el caso de España es muy fácil porque es lo mismo que en cualquier otra elección, pero hay países en los que es diferente. Por ejemplo, en Francia todas las elecciones francesas son a dos vueltas, las europeas son a una vuelta. Bueno, si tú no informas a los franceses, te puedes encontrar con franceses que piensen que eso es la primera vuelta y no van a votar porque se esperan a la segunda y luego resulta que no hay segunda.

¿Con el paso de los años se entiende mejor para qué sirve el Parlamento Europeo y cómo funciona?

La gente tiene una mejor idea en general. La gente que no está especializada no tiene todos los elementos sobre cómo funciona la maquinaria parlamentaria ni la del Parlamento Europeo ni la de ningún otro. A la gente lo que le interesa y lo que siguen es el resultado. Conocer qué ha decidido el Parlamento y cómo afecta a su vida lo que ha decidido el Parlamento. Eso es lo que de alguna manera conecta a los ciudadanos en España y en muchos otros países con el Parlamento Europeo.

Saber cómo funcionan internamente en España diríamos que ya es para nota. En estos últimos cinco años el Parlamento ha tenido mucha más visibilidad, como la han tenido también el resto de las instituciones porque ha habido una serie de crisis en las que la Unión Europea ha intervenido muy directamente como el Brexit, la pandemia, la guerra en Ucrania, la crisis energética, la gestión de la inmigración... Todo son temas que han hecho que los medios de comunicación hayan hablado de la Unión Europea y de sus instituciones en estos últimos cinco años, mucho más que antes. Y eso sí ha acercado más los temas europeos a la gente.

Si lo comparamos con los datos de hace cinco años probablemente se conozca más aunque todavía no estamos donde tenemos que estar. Y el Eurobarómetro lo dice. Hay un 71% de gente que sabe que lo que se decide aquí tiene un impacto en su vida. Estamos hablando de eso y estamos hablando de una cifra que probablemente hace 5 años no existía.

¿Cuánto puede afectar la polarización a que se tengan menos o más interés en lo que ocurre aquí tanto en Bruselas como en Estrasburgo?

Creo que son dos temas diferentes. La polarización crea un debate poco constructivo porque la gente no ve realmente el verdadero trabajo que pueda hacer ese parlamento y queda tapado por la discusión.

El Parlamento Europeo es lo contrario. Su propio funcionamiento atiende a buscar mayorías y buscar consensos. Aquí no hay ningún grupo parlamentario que tenga la mayoría. Hay un grupo parlamentario que tiene más diputados que los demás, pero nadie tiene la mayoría. Y para conformar esa mayoría necesitas tres grupos parlamentarios o incluso cuatro. Con lo cual, esta es una casa en la que normalmente el diputado lo que tiene que hacer es buscar acuerdos con los demás.

Es una dinámica muy diferente, aquí no viene a polarizar. Y si vienes no lo vas a lograr. Aquí se viene a buscar cuantos más aliados mejor. Desde el punto de vista mediático a veces esconde un poco lo que pasa aquí porque a los medios les interesa más el enfrentamiento que los consensos. Pero desde el punto de vista de la eficacia parlamentaria, seguramente no hay mejor método que el de un parlamento en el que lo que se busca es conseguir cuanta más mayoría mejor.

En el vídeo de la campaña de las elecciones europeas que ha lanzado el Parlamento se ve como una generación da el testigo a otra sobre ese ideal europeo de democracia y paz. ¿Por qué centrar el tiro en los jóvenes?

Primero, porque los jóvenes votan menos que el resto de la población. Segundo, porque si las primeras veces que tienes derecho a votar no votas, se puede acabar convirtiendo en una tendencia, y por lo tanto, quedas al margen de un derecho. Fundamental en una sociedad democrática. Y tercero, porque si hay unas elecciones en las que alguien se juega más que los demás, son los jóvenes. Son las elecciones en las que se plantean los temas que se tienen que resolver a medio plazo y también a largo plazo. Lo que haga el Parlamento Europeo va a tener más impacto en gente que ahora tiene 20 años, que en gente que ahora tenga 80 por razones obvias

¿Por qué el diálogo intergeneracional? Porque de alguna manera el mensaje que queremos trasladar es que las elecciones también son el momento en el que se defiende la democracia. La democracia se puede defender de muchas maneras, pero una esencial es votando cuando llegan las elecciones. Queremos mostrar que hay generaciones que se tuvieron que batir, en algunos casos físicamente, para conseguir su libertad, para conseguir la democracia y para vivir en una sociedad libre. Son generaciones que están empezando a desaparecer y es el momento de que pasen el testigo a los más jóvenes, que son los que ya han nacido europeos, han nacido con todos sus derechos, pero que tienen que saber que los derechos no solo se adquieren, sino que luego también tienes que defenderlos.

¿Cómo se calcula este tipo de mensajes? A la gente, según el Eurobarómetro, le preocupa más la política exterior en Finlandia y en Bélgica la inmigración.

Nosotros en nuestra campaña procuramos no entrar en los temas. Nuestra campaña es más institucional, por lo tanto, es más bien sobre la importancia de las elecciones.

Es verdad que, hasta abril, que acabó el periodo legislativo, hemos puesto mucho hincapié en visibilizar las decisiones que ha aprobado el Parlamento Europeo. Ahí hay toda una serie de temas, que es verdad que unos pueden interesar más en unos países que en otros. Pero ahí no tenemos demasiada dificultad en cubrir eso, porque como además trabajamos en los 24 idiomas, pues podemos según el idioma y según el país, dar más prioridad a un tema.

Ahora, antes de las elecciones, empieza a coincidir con las campañas electorales de los partidos políticos, nuestra campaña no es una campaña temática. Nuestra campaña es una campaña institucional sobre la importancia de las elecciones. Y como decía antes, ligando las elecciones también a lo que es la defensa de los procesos democráticos.

¿Qué papel puede tener la desinformación en las elecciones europeas?

La desinformación cada vez es más visible. Los expertos te demuestran con bastante facilidad que ya han tenido incidencia en algunos procesos electorales en países de dentro y fuera de la Unión Europea. Las elecciones europeas, desde ese punto de vista, tienen una dificultad especial. Son 27 elecciones nacionales que tienen lugar al mismo tiempo. Por tanto, hay 27 oportunidades de interferir en las elecciones europeas, aunque yo creo que empieza a haber bastante conciencia.

Aparte de esta conciencia que cada vez tienen más las instituciones y los medios de comunicación, ahora, con la nueva legislación europea, las plataformas digitales y sociales tienen obligaciones que antes no tenían en materia de lucha contra la desinformación. Yo creo que, poco a poco, la gente también va entendiendo que efectivamente ese peligro existe y además que ha tenido y tiene impacto. Es decir, Rusia ha declarado dos guerras: una continental en Ucrania y otra contra el modelo de organización político y social que nos hemos dado los europeos. Y esa es una guerra que funciona precisamente a través de las campañas de desinformación. Y hay que saberlo. Hay que tenerlo en cuenta y hay que procurar luchar contra ello.

¿Cuáles son los retos de la próxima legislatura?

Del futuro hay muchas tareas y todas tienen un nivel de prioridad parecido. La primera es poner en marcha de verdad la famosa autonomía estratégica. No hace falta esperar a las elecciones Estados Unidos para saber que la Unión Europea tiene que reforzar los elementos que tienen que ver con su propia defensa de la seguridad y de la protección de los europeos. Y ese es un tema muy importante y que está encima de la mesa y que cada vez está cogiendo más volumen y más visibilidad precisamente por la guerra de Ucrania y por las cosas que nos llegan de Moscú.

Pero la autonomía estratégica no es solo seguridad y defensa, es también, por ejemplo, acceso a las fuentes de energía, acceso a productos básicos. Hay muchas cosas que de alguna manera la Unión Europea había delegado a terceros y que ahora va a tener que ir recuperando porque el mundo no está para que te dejes temas esenciales en manos de países que a lo mejor un día están y son amigos y a lo mejor el otro día ya no están o hay dificultades.

También tenemos que avanzar el todo el tema del Pacto Verde, la lucha contra el cambio climático, la digitalización de la economía... Hay que legislarlo de manera compatible con los intereses de determinados sectores de la sociedad, como por ejemplo, los agricultores.

En el caso de la lucha contra el cambio climático hay que hacerlo de forma en la que todo el mundo vaya al mismo ritmo y no se descuelgue nadie.

Con respecto al tema de la ampliación de la UE, que se ha convertido en una prioridad desde el punto de vista geopolítico, hay que empezar a pensar en calendarios, en procedimientos y en cuándo y cómo queremos concluirla.

Infiltrados
Un proyecto de Ikea

Y como decía antes: la reforma de la propia Unión Europea o cómo debe ser la reforma de la toma de decisiones por parte de las instituciones, fundamentalmente del Consejo Europeo. Por ejemplo, hay que abordar el tema de que las decisiones se tomen por unanimidad para poder llegar a la ampliación. Es muy difícil ampliar y al mismo tiempo asegurar que la Unión Europea siga funcionando con una cierta agilidad y el mundo al que vamos es un mundo en el que las decisiones se tienen que tomar con bastante rapidez.