Británicos furiosos amenazan con no volver a España y lanzan una advertencia navideña
Comienzan a ser conscientes de que en nuestro país, la masificación turística es ya insostenible.

La temporada alta de verano en la que ya nos encontramos inmersos, está dejando algunos puntos de vista peculiares en parte de muchos turistas. Concretamente, si nos centramos en los británicos, parece que no todos tienen claro si España sigue siendo el destino ideal.
Y es que, a pesar de que las cifras del turismo siguen en ascenso -con 8,6 millones de visitantes extranjeros en abril, un 10% más que el año pasado, y 26 millones en lo que va de año, el creciente malestar social por el turismo masivo ha comenzado a afectar la percepción de muchos viajeros.
El Reino Unido continúa siendo el principal país emisor de turistas hacia España, con más de 4,7 millones de británicos que han visitado el país en lo que va de 2025, un aumento del 6,7%. Sin embargo, las recientes protestas en destinos como Tenerife, Mallorca, Barcelona o Lanzarote han hecho que algunos se lo piensen dos veces antes de reservar.
Uno de los turistas entrevistados por Birmingham Live lo resumía con ironía: "Yo no alquilo casas, me alojo en hoteles. Pero después de este año, no volveré a hacerlo en España. Me llevo mi propio alojamiento, así no se quejan".
Otro visitante británico mostró cierta empatía hacia las reivindicaciones: "Entiendo que los residentes estén hartos. Como en Cornualles o Gales, los precios se disparan cuando los forasteros compran viviendas. Pero no es justo meter a todos los turistas en el mismo saco. Los que nos alojamos en hoteles ayudamos a la economía local".
Hay también quienes apuntan al papel de las autoridades: "El problema no es el turista, es la falta de regulación. Son los gobiernos y ayuntamientos los que deberían frenar la compra masiva de viviendas por parte de promotores y controlar el turismo de borrachera".
Este tipo de opiniones surgen en un clima de creciente movilización social. Para el 15 de junio, se espera una ola de protestas simultáneas en varios puntos turísticos de España, bajo el lema de una "movilización sin precedentes" contra la saturación turística y la especulación inmobiliaria.
Las manifestaciones, convocadas por diversos colectivos vecinales y sindicatos de vivienda, afectarán a enclaves fundamentales del turismo internacional: las Islas Canarias, Mallorca, Barcelona y otras zonas del litoral. En Madrid, Valeria Racu, portavoz del Sindicato de Inquilinos, ha anunciado una campaña de huelgas de alquiler inspirada en acciones similares llevadas a cabo en localidades costeras catalanas.
¿España puede absorber tal crecimiento de turistas al año?
"El negocio inmobiliario tal y como lo conocemos está tocando a su fin", declaró Racu. "Este modelo parasitario está devorando nuestros salarios y expulsando a las familias de sus barrios. Es hora de construir una sociedad distinta, sin latifundistas ni explotación", argumenta.
Según datos del sindicato, 1,4 millones de hogares en España destinan más del 30% de sus ingresos a pagar el alquiler o la hipoteca, lo que representa un aumento de 200.000 familias respecto a hace una década.
Mientras tanto, en redes sociales y medios británicos, crecen los testimonios de visitantes molestos o decepcionados. "He gastado una fortuna en Tenerife durante años. Ya no volveré", lamenta otro de los turistas entrevistados.
Pero el dilema se agrava, y surge una gran cuestión: ¿puede España seguir dependiendo del turismo masivo sin que sus residentes se vean desplazados ni sus visitantes rechazados? La repuesta no está clara, pero las próximas semanas supondrán un punto de inflexión ante esta pregunta, ya que reflejará cuál es el modero de turismo que España quiere y necesita.
