Detectan a un parásito de 480 millones de años que aún infecta dos de los aperitivos más consumidos en España
“Este grupo de gusanos ha mantenido exactamente el mismo patrón de perforación y de vida parasitaria desde el período Ordovícico hasta hoy”.

Un equipo internacional de científicos ha descubierto que un antiguo parásito marino, similar a los que hoy atacan a las ostras y mejillones, ya existía cientos de millones de años antes de la extinción de los dinosaurios. El estudio, publicado por el medio griego Cibum, se basa en un exhaustivo análisis de fósiles de 480 millones de años hallados en Marruecos, una región conocida por la excepcional conservación de su fauna marina prehistórica.
Los investigadores utilizaron tecnología de imagen 3D de alta resolución para examinar las conchas fósiles de antiguos bivalvos, antepasados de las almejas y ostras actuales. En su superficie detectaron un patrón repetido de incisiones en forma de signo de interrogación, que no se correspondían con marcas de depredadores ni con erosiones naturales. Al comparar estas huellas con ejemplos contemporáneos, concluyeron que fueron producidas por un gusano marino velloso del grupo de los espiónidos, conocidos por parasitar conchas de moluscos.
Un comportamiento que no ha cambiado en medio billón de años
El hallazgo ha sorprendido al mundo científico por una razón principal: el modo de vida del parásito apenas ha variado en 480 millones de años. Según los investigadores, “este grupo de gusanos ha mantenido exactamente el mismo patrón de perforación y de vida parasitaria desde el período Ordovícico hasta hoy”.
Durante aquella época (unos 200 millones de años antes de los primeros dinosaurios) los mares del planeta estaban poblados por una explosión de nuevas formas de vida: trilobites, esponjas, moluscos y los primeros arrecifes coralinos. En ese entorno ya prosperaban estos gusanos espiónidos, que se introducían en las conchas de otros animales marinos para vivir dentro de ellas, sin matarlos directamente.
El origen de un enemigo actual de la acuicultura
Las ostras y mejillones de hoy siguen siendo víctimas de los descendientes de estos mismos parásitos. Aunque los espiónidos no suelen matar a su huésped, sus perforaciones debilitan las conchas y facilitan infecciones secundarias, lo que puede afectar seriamente a la acuicultura moderna. En palabras del estudio: “El mismo mecanismo que observamos en fósiles de hace medio billón de años sigue provocando pérdidas económicas en la industria del marisco actual”.
Una lección de evolución y resistencia
La investigación demuestra una sorprendente estabilidad evolutiva: un ejemplo de cómo un comportamiento eficaz puede permanecer inalterado a través de eras geológicas, incluso después de varias extinciones masivas. Los expertos destacan que este tipo de adaptaciones tempranas sirvieron de base para complejas interacciones ecológicas que aún se mantienen en los océanos.
El descubrimiento, además de revelar la antigüedad de las relaciones parásito-huésped, subraya la importancia de los fósiles marroquíes como archivo excepcional del pasado biológico de la Tierra.
