Esta es la velocidad media a la que sale un estornudo
Ha sido objeto de estudio por parte de científicos y expertos en dinámica de fluidos.

El estornudo es una respuesta automática del cuerpo humano ante la presencia de irritantes en las vías respiratorias. Este acto reflejo, que todos hemos experimentado en algún momento, tiene una función esencial en la protección de nuestro sistema respiratorio. Aunque puede parecer un evento trivial, la velocidad a la que se expulsa el aire durante un estornudo es realmente impresionante y ha sido objeto de estudio por parte de científicos y expertos en dinámica de fluidos.
El estornudo es un mecanismo de defensa del cuerpo humano que se activa cuando las mucosas nasales detectan la presencia de partículas irritantes. Estas partículas pueden ser polvo, polen, bacterias o cualquier otro agente que cause irritación. Cuando esto ocurre, se desencadena una serie de eventos que culminan en la expulsión violenta de aire desde los pulmones a través de la nariz y la boca.
La velocidad a la que se expulsa el aire durante un estornudo es sorprendentemente alta. Según estudios realizados, la velocidad media de un estornudo puede variar entre 110 y 160 kilómetros por hora. Esta velocidad es suficiente para expulsar las partículas irritantes de las vías respiratorias y evitar que ingresen al sistema respiratorio más profundo.
Uno de los estudios más destacados en este campo fue realizado por Lydia Bourouiba, experta en dinámica de fluidos del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Bourouiba utilizó cámaras de alta velocidad y luz para analizar la manera en que las expulsiones del cuerpo humano pueden propagar patógenos. Sus investigaciones revelaron que un estornudo puede lanzar una fina niebla de moco y saliva a una distancia máxima de ocho metros. Esta nube turbulenta de gas que contiene gotitas puede quedarse suspendida en el aire durante varios minutos, dependiendo del tamaño de las gotas y las condiciones ambientales.
La velocidad de un estornudo no solo depende de la fuerza con la que se expulsa el aire, sino también de la capacidad pulmonar de la persona y de la cantidad de aire inhalado antes de estornudar. En promedio, una persona inhala alrededor de 2,5 litros de aire antes de estornudar. Este aire se acumula en los pulmones y se expulsa de manera explosiva cuando se produce el estornudo.
Además de la velocidad, otro aspecto interesante del estornudo es la imposibilidad de mantener los ojos abiertos durante el proceso. Los nervios que controlan los ojos y los que controlan la nariz están relacionados, por lo que el estímulo en uno de ellos provoca una respuesta en el otro. Esto explica por qué cerramos los ojos automáticamente cuando estornudamos.
El estornudo también tiene implicaciones importantes para la salud pública, especialmente en el contexto de enfermedades contagiosas. Durante un estornudo, se expulsan miles de gotitas respiratorias que pueden contener patógenos como el virus de la gripe o el coronavirus. Estas gotitas pueden viajar largas distancias y permanecer suspendidas en el aire, aumentando el riesgo de transmisión de enfermedades. Por esta razón, es fundamental cubrirse la boca y la nariz al estornudar y mantener una buena higiene respiratoria.