Investigadores de tres continentes se unen para descubrir cómo el ave en peligro de extinción acabó en 'el Arca de Noé' moderno
Fue declarado extinto del estado salvaje desde 2019.

El guacamayo de Spix, un loro azul brillante extinguido en estado salvaje desde 2019, es hoy el protagonista de una controversia internacional. Veintiséis ejemplares de esta especie, reintroducida en Brasil gracias a un programa de cría en cautiverio, aparecieron el año pasado en Vantara, el monumental santuario privado de la familia Ambani, la más acaudalada de Asia.
Vantara, ubicado en el estado indio de Gujarat, ocupa más de 1.400 hectáreas y presume de albergar unas 2.000 especies. Inaugurado por el primer ministro Narendra Modi, combina un discurso de conservación con instalaciones de lujo y espectáculos mediáticos, como la participación de sus animales en la fastuosa boda del hijo menor de Mukesh Ambani.
El centro ha importado miles de ejemplares de vida silvestre de más de 40 países, desde jirafas y tigres hasta serpientes y tortugas. Estas operaciones han despertado sospechas entre las autoridades internacionales, que vigilan de cerca la legalidad de las transferencias y el cumplimiento de la Convención CITES, el tratado que regula el comercio de especies en peligro.
La llegada de los guacamayos desde Alemania en febrero de 2023 abrió un frente diplomático. Brasil, país de origen del ave, acusó a la Asociación para la Conservación de Loros en Peligro de Extinción (ACTP) de enviar las aves sin su autorización. India, por su parte, defendió que todo el proceso fue legal, mientras Alemania admitió que aprobó la exportación sin consultar a las autoridades brasileñas.
El Tribunal Supremo indio revisó la operación y no halló irregularidades. Sin embargo, el Instituto Chico Mendes, encargado de la biodiversidad en Brasil, cuestiona que Vantara no forme parte del programa global de conservación del guacamayo de Spix, condición necesaria para garantizar que la especie no sea objeto de comercio encubierto.
Mientras tanto, la Unión Europea ha advertido que examinará con mayor rigor cualquier futura exportación hacia el santuario. Entre tanto, Brasil, India y Alemania negocian bajo el marco de la CITES, en un intento de asegurar que el destino del guacamayo más emblemático del mundo siga siendo la selva amazónica y no un zoológico privado convertido en “Arca de Noé” del siglo XXI.
