La familia pide la cuenta en el restaurante y se encuentra cara a cara con la astuta trampa de la cerveza
Se llevaron una gran sorpresa.

Una familia danesa que estaba de vacaciones en el lago Balaton, el mayor lago de Europa Central situado en el interio de Hungría, se llevó una gran sorpresa cuando la cuenta llegó a la mesa después de un almuerzo sencillo, según ha publicado el medio Senest.
Un pedido normal de salchichas y patatas resultó costar casi una fortuna, hasta el punto de que llegaron a sospechar que el personal había pulsado el botón equivocado en la caja registradora.
La familia había decidido disfrutar de un acogedor almuerzo en las soleadas orillas del lago Balaton, y escogió un menú clásico de embutidos, que a simple vista parecía algo asequible. Sin embargo, cuando les sirvieron la comida, empezaron a sonar las alarmas.
No sólo la comida no parecía precisamente apetitosa, sino que el shock inicial terminó de completarse cuando le cargaraon en la tarjeta de crédito el equivalente de unos diez euros, lo que les pareció un precio astronómico, sobre todo combinado con el aspecto poco apetitoso de la comida.
Además, como guinda del pastel, según ha señalado el mismo medio, pensaron que podrían disfrutar de una cervera fría con la comida, ya que en el menú venía una incluida por, según decían, cinco decilitros, pero cuando llegó solo eran cuatro, y el precio de unos dos euros.
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