Los investigadores inician una batalla contra los 'pantalones de barro' en las escuelas: "Debemos tomar a los niños en serio"
Los niños odian estas prendas de ropa por razones de comodidad.
Son un símbolo de infancia feliz: pantalones impermeables llenos de rayas reflectantes, que se llenan rápidamente de barro cuando los niños saltan en los charcos o juegan en los parques húmedos invernales. Pero Virve Keränen, y su compañera Susanna Kinnunen en la Universidad de Oulu en Finlandia, han concluido en una nueva investigación que los pequeños "odian los pantalones de barro".
El estudio, recogido por el periódico alemán Spiegel, recaba que los niños suelen salir dos veces al día de la guardería, aunque llueva o el suelo se encuentre húmedo. Gracias a estos pantalones, aseguran que "es genial que los niños puedan simplemente sentarse en un charco y jugar en el barro".
Sin embargo, algunos de los progenitores entrevistados en la investigación "no se sentían cómodos en absoluto". "Los más pequeños apenas pueden correr y retozar en los pantalones". Además, "sudan bajo el plástico, según las quejas de los niños".
"Si hay que ponerse los pantalones cada vez que los niños van al bosque", explica Kinnunen, "entonces algunas personas adultas no asocian el bosque con la hermosa experiencia de la naturaleza, sino sobre todo con las sensaciones desagradables que tienen debido a los pantalones de barro".
Tal y como se recoge en la publicación, la conclusión de las dos científicas es clara. "Los pantalones de barro son un ejemplo de las expectativas de la sociedad hacia los niños pequeños. Unas limitaciones y normas en la rutina diaria que padres y educadores apenas cuestionan", aseguran ambas investigadores. "Los niños con pantalones de barro parecen explorar la naturaleza feliz, limpia y saludable", explica Keränen, "pero lo hacen principalmente en la imaginación idealizada de los adultos".
Por su parte, el pedagogo social alemán Rüdiger Hansen critica que "los niños básicamente no tienen derecho a la autodeterminación". Según él, el uso de estos pantalones ha sido un tema controvertido desde hace décadas: "a menudo" se pasa por alto cómo les va a los niños con los pantalones de barro. "Si las cosas van mal, tras un corto juego al aire libre, 20 niños empapados vuelven a su grupo, tienen que cambiarse", incide.