Los primeros trenes de Andalucía circulaban por este antiguo puente gaditano que casi se convierte en chatarra
Una joya histórica de la ingeniería ferroviaria en el sur peninsular.

La ingeniería ferroviaria se ha consolidado como un pilar fundamental en la modernización de las sociedades. Desde sus inicios, ha permitido conectar territorios, impulsar el comercio y transformar la movilidad de las personas. Los puentes y viaductos son ejemplos icónicos de su impacto, donde se entrelazan funcionalidad y monumentalidad en favor del progreso. En este contexto, en Cádiz se haya un impresionante puente que ha sobrevivido al paso del tiempo.
Se trata del antiguo puente de hierro de San Alejandro, una joya histórica de la ingeniería ferroviaria en Andalucía. Construido en la segunda mitad del siglo XIX, esta gran obra conecta Puerto Real con El Puerto de Santa María a través del Parque Natural Bahía de Cádiz, conectando también el río de San Pedro con el Guadalete. Se consolida como el primer puente por el que circularon trenes en la región, marcando el inicio de la expansión ferroviaria en el sur peninsular.
Este gigante de hierro fue construido en 1860 por Luis Torres Vildósola, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Se situaba a unos 200 metros de la antigua estación portuense y perteneció a la primera línea de ferrocarril que hubo en Andalucía, aquella que comprendía Jerez – El Puerto – El Trocadero, construida entre 1852 y 1854 para la exportación de los vinos del Marco. Después de un siglo y medio de uso, se decidió que iba a ser sustituido por un moderno viaducto.
Un final feliz
La imponente estructura contaba con 160 metros de longitud, pero en 2006 comenzó a ser desguazada como parte de unas obras de remodelación de las infraestructuras ferroviarias. Esta decisión vino motivada por la intención de convertir el puente en chatarra y venderlo al peso. Un destino fatídico que pudo ser evitado gracias al apoyo por parte de colectivos ciudadanos y amantes del patrimonio que exigieron su conservación.
Concretamente, fue la intervención del Centro Municipal de Patrimonio del Ayuntamiento de El Puerto y Ecologistas en Acción lo que evitó su destrucción. Ambas asociaciones acordaron con la Administración de Infraestructura Ferroviaria (Adif) preservar 80 metros de esta joya de la arquitectura industrial, ya que el resto había sido desguazado antes de que se pudiera llegar a ningún acuerdo.
Gracias a la ayuda de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA), esta parte del puente que logró ser salvada fue posteriormente desmontada y trasladada a Los Toruños, donde ha permanecido casi 20 años. En 2008, los tramos se volvieron a ensamblar, eliminando el óxido y repintando toda la estructura para darle una segunda vida, habiendo sido incluida en un proyecto de la Iniciativa Territorial Integrada (ITI).
De esta forma, se incluyó dentro de la nueva ruta verde que permite la conexión ciclista y peatonal de El Puerto de Santa María con Puerto Real, recuperando un paso que había quedado cortado debido a la fuerte corriente del río. Actualmente, el antiguo puente de San Alejandro vuelve a lucir como el primer día, consolidándose como un símbolo que demuestra que Cádiz también fue un lugar la Revolución Industrial hizo de las suyas.