Una estadounidense se muda a España, prueba a vivir en 3 ciudades y esta es la localidad ganadora
Una historia de superación que anima a no dejar nunca de intentarlo.

Lo que empezó como una mudanza motivada por temas económicos y de salud terminó convirtiéndose en una búsqueda a prueba y error por el lugar ideal para echar raíces. Esto fue lo que le ocurrió a una madre estadounidense que llegó a España en 2018 con su hijo pequeño que acababa de superar una grave enfermedad. Ambos llegaron a vivir en Barcelona, Málaga y Madrid en busca de una vida más asequible y un sistema sanitario accesible.
En Nueva York, cuando su hijo era aún un bebé, la mujer agarró una rama seca, a la que llamó Vasily, y decidió cuidarla como si de su hijo se tratara. Esta pequeña planta fue un ancla en los meses más oscuros de hospitales, insomnio y medicación. A los tres años el niño mejoró y la familia emprendió la mudanza a España, donde en cada ciudad plantaron, literalmente y en sentido figurado, nuevas esperanzas por construir una vida mejor.
Primero, Barcelona
Según cuenta la mujer en declaraciones recogidas por Business Insider, la primera parada fue Barcelona, atractiva por su cercanía al mar y su tamaño más reducido respecto a Nueva York. Allí compraron un árbol nuevo, al que llamaron Josep, para que les hiciera compañía en su nuevo hogar y les ayudara a echar raíces, al igual que Vasily ayudó moralmente en la recuperación del pequeño.
Sin embargo, durante la enseñanza a distancia por la pandemia del COVID, la presencia del catalán en la escuela se convirtió en un obstáculo para la familia. La transición a la educación remota expuso cómo las lenguas cooficiales y los métodos docentes complicaron la experiencia para algunos niños y familias llegadas de fuera. Por lo que la familia cogió sus pertenencias y se trasladaron al sur de España.

Segunda oportunidad en Málaga
La madre encontró en Málaga una oferta educativa distinta: escuelas que priorizan el tiempo en la naturaleza donde su hijo encajó con rapidez entre compañeros amantes del aire libre. Además, las clases de español habían dado sus frutos ya que ambos hablaban con fluidez el idioma local. Ese entorno le dio a la familia un respiro y una red de apoyo importante.
Sin embargo, con el levantamiento de las restricciones por la pandemia, la ciudad recibió un flujo masivo de visitantes y el auge turístico terminó influyendo en la vida local. La madre explica que cuando el colegio dejó de cumplir con las expectativas académicas decidieron mudarse a la capital, Josep incluido.

Muy contentos en Madrid
La mudanza a Madrid en agosto de 2023 fue la apuesta definitiva, una ciudad elegida por su diversidad cultural y la amplia oferta académica. Pese a no acertar con el centro educativo a la primera, hoy el niño prospera en un colegio que fomenta su creatividad, su interés por las matemáticas y su afición por el ajedrez. De la misma forma, la madre ha conseguido reenfocar su vida social y profesional en la ciudad madrileña.
“Confiando en el instinto de mi hijo, trabajando con un psicólogo para comprenderlo mejor a él y sus necesidades, y animándome a cambiar, conseguí un lugar donde él es feliz y por fin nos sentimos preparados para construir nuestra vida aquí. ¿Y Josep? Se encuentra muy bien en nuestro pequeño patio”, explica la madre al medio estadounidense.

