Una niña de 5 años acaba expulsada de un colegio privado por tener diabetes: "El sonido del sensor de glucosa molestó a los estudiantes"
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Una niña de 5 años acaba expulsada de un colegio privado por tener diabetes: "El sonido del sensor de glucosa molestó a los estudiantes"

Un lugar que debería ser un refugio para los menores, se ha convertido así en un sitio hostil que ha acabado por echarla.

Comprueban los niveles de glucosa de una niña con diabetes.Getty Images

Una niña de cinco años de un colegio privado de la región griega de Ática ha sido expulsada por un motivo que ha provocado una profunda indignación y preocupación: tener diabete tipo 1. Así, el centro escolar, un lugar que debería ser un refugio para los menores, se ha convertido así para esta niña en un sitio hostil que ha acabado por echarla. 

La niña sufrió, según ha publicado el medio InfoKids.gr, la ignorancia sistemática de la enfermera del centro escolar. Según el relato de los padres, esta mostró una indiferencia absoluta a pesar de los esfuerzos de la familia por capacitarla en el manejo de la bomba y las particularidades de la enfermedad. Debido a esto, la niña sufrió una hipoglucemia grave. 

Finalmente, la menor fue expulsada del colegio alegando que su presencia interfería con el funcionamiento del aula. Sin embargo, ante las quejas de los padres, los dueños y el profesorado del colegio ofrecieron razones impactantes como excusa, como que "el sonido del sensor de glucosa molestó a los estudiantes e interrumpió la lección". Este sonido es un mecanismo de seguridad que alerta sobre cambios peligrosos en los niveles de azúcar.

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Otra de las razones que alegaron son que la menor "tenía que ir frecuentemente al baño debido a los altos niveles de azúcar en la sangre", lo que consideraron un "problema" para el buen funcionamiento del aula. Además, en lugar de explicar la enfermedad a sus compañeros para que mostraran compresión, se consideró que su necesidad de consumir jugo o galletas suponía una distracción para los demás niños

Este caso es aún más incomprensible si se tiene en cuenta que la propia directora del centro lleva un sensor de glucosa. Según ha resaltado el medio griego, esto refleja la falta de preparación general en los centro tanto públicos como privados del país "ante la diversidad y las enfermedades crónicas". 

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