Las cajas de cerillas no son basura: son un tesoro en manos de los que conocen este truco
Un pequeño apaño artesanal puede convertir a este aparente inservible elemento en algo práctico para el día a día.

El destino de las cajas de cerillas una vez están vacías puede no ser el cubo de basura que hay en casa. Con ser algo imaginativo y hacer un pequeño apaño artesanal, estos elementos que guardan en su interior decenas de cerillas pueden ser un gran aliado para la organización y distribución de todo aquello que se pueda imaginar.
La reutilización de objetos es una tendencia que ha ido aumentando a lo largo de los años para reducir costes y reciclar más. En ese sentido, las cajas de cerillas vacías pueden ser un gran gestor para aquellos pequeños objetos que en rara ocasión se les puede encontrar un lugar determinado. Almacenaje de botones, clips, chinchetas, agujas... El único límite es el espacio que tiene la pequeña caja.
Además, tampoco es necesario tener una gran habilidad artesanal para poder conformar un pequeño armario en el que poder tener más distribuidos estos pequeños utensilios tan difíciles de almacenar. Con un poco de silicona o pegamento, se pueden amontonar numerosas cajas de cerillas y tener diferentes compartimentos para el almacenaje.
No sólo eso, al ser tan fácil de manejar estas pequeñas cajas, la decoración y diseño de las mismas también tienen infinidad de opciones para adaptarse a los gustos de quienes se atrevan a dar el paso de usarlas como algo más. Añadirle un manillar, pequeños cartones para dividir los espacios dentro de ellas, pintarlas...
Tanto la caja de cerillas como otros utensilios, una vez terminada su teórica vida útil, pueden tener una segunda oportunidad y ser grandes aliados para el día a día, tan sólo se requiere algo de imaginación para reanimar algo que se daba por perdido.