Un profesor pilla a un alumno cantando el 'Cara al sol' y lo que le hace es una lección para siempre
Tuvo que cantar... y no precisamente esa canción.
La querencia de muchos jóvenes por las ideologías extremas y la idealización que muchos de ellos hacen del franquismo es algo que preocupa a algunos expertos. Los profesores, por su parte, no dejan de advertir de que es una realidad que ven a diario en clase.
Un ejemplo de ello lo ha dado el usuario de Threads vocesbyh, que ha contado que una vez pilló a uno de sus alumnos cantando el Cara al sol por la ventana, situación ante la cual decidió actuar con contundencia.
"Pertenecía a una clase con un grupo movidito. Les gustaba hacer desaparecer material de mochilas de compañeros y toser diciendo 'Franco' cuando el profesor se daba la vuelta para luego decir 'yo no he sido'. Yo estaba solo justo en la clase de abajo. Decidí que aquello debía acabarse en ese mismo momento", explica.
Según cuenta, él tenía claro quién era el chico que lo había cantado y desde qué clase lo había hecho, así que fue allí rápidamente: "Los sospechosos habituales estaban de pie, alborotando. Lo primero que dije fue: 'Ahora mismo todo el mundo que está de pie que se quede donde está'. Silencio absoluto. Caras largas. De pie se quedaron".
"Muy bien. ¿Quién estaba cantando un himno filofascista por la ventana?'. Silencio. Alguno intentó hablar, pero lo acallé con un gesto. Obviamente los compañeros no iban a ayudar, por miedo. Así que dije: 'Sé que era un chico, porque yo estoy en la ventana de abajo. Las chicas se pueden sentar", cuenta.
"Tras preguntar un par de veces más, dije que iba a hacerles escribir una relación de lo ocurrido, para desvelar al culpable y que por entorpecer la clase, hacer gala de conductas que violentan la convivencia en clase y no asumir la responsabilidad de sus actos, aplicaría una falta grave con una expulsión de hasta 5 días. En ese momento el responsable cantó. Pero esta vez no fue cara al sol", recuerda el docente.
El profesor subraya que cuenta ese episodio porque "todos y cada uno de nosotros debemos hacer nuestro papel para luchar contra las posturas de extrema derecha".
"Mis alumnos lo hacían para provocar: les resulta divertido hacerlo. Esos alumnos en el futuro serán, en algunos casos, adultos que seguirán buscando la provocación como forma de autodefinirse. Esas medidas sonrisas cuando afirman algo que saben que es polémico. Ese sacar pecho cuando anuncian una idea xenófoba, racista, clasista o machista...", apunta.
"Yo soy profesor y puedo hacer trabajar a los adolescentes sobre cómo los nazis organizaron una cadena de producción de la ejecución masiva. O cómo los regímenes totalitarios eliminan el libre albedrío examinando la forma de vida en Corea del Norte. O cómo el lenguaje del odio destruye todo principio de igualdad y libertad. Fuera de las aulas, cada uno debemos pensar cómo hacerlo. Pero debemos hacerlo. El fascismo y los movimientos totalitarios están a la vuelta de cualquier esquina", avisa.