Merkel recibe críticas en las redes sociales por su frialdad ante una niña palestina

Merkel recibe críticas en las redes sociales por su frialdad ante una niña palestina

El pragmatismo y la aparente falta de empatía de la canciller alemana, Angela Merkel, ante una escolar palestina -residente en el país hace cuatro años y todavía a la espera de papeles- ha suscitado un acalorado debate en el país, con numerosas críticas en las redes sociales.

La etiqueta “merkelstreichelt” (Merkel acaricia) encabeza la lista de temas del momento en Twitter en Alemania, en referencia al momento en el que la canciller intenta consolar a la adolescente, cuando la menor estalla en llanto al escuchar que no todos los solicitantes de asilo lograrán la residencia y algunos tendrán que salir del país, como sus padres, como toda su familia.

La mayoría de los medios analizan hoy el papel de Merkel, su pragmatismo y su decisión de no aplicar paños calientes ante un caso difícil.

Merkel y la alumna, llamada Reem, participaban en una escuela de Rostock (norte de Alemania) en uno de los encuentros con estudiantes organizados por el Gobierno en el marco de la campaña “Diálogo ciudadano”, para conocer las preocupaciones de la sociedad.

La alumna comenzó su intervención sonriente y contó -en un perfecto alemán, que elogió la canciller- su fácil integración en la escuela desde que llegó hace cuatro años desde un campo de refugiados del Líbano.

Pero la historia que quería narrar era la de su familia, que sigue a la espera de que la administración resuelva su solicitud de asilo, lo que impide que el padre tenga un trabajo regular o que ella pueda plantearse su futuro a medio plazo. "Tengo metas como los demás", decía la niña, asegurando que "es muy duro ver a otras personas que pueden disfrutar de la vida" cuando tú no puedes hacerlo.

Merkel reconoció la lentitud en el estudio de las solicitudes y admitió que no se puede tardar tanto en dar una respuesta, pero subrayó, implacable, que el Líbano no es un país en guerra civil y dejó claro que abrir la puerta a todos los palestinos que viven en los campos de refugiados generaría un efecto llamada para miles de personas.

“Sabes que en los campos de refugiados palestinos en Líbano hay miles y miles [de personas]. Si ahora decimos 'todos podéis venir, venid todos desde África', no podríamos sostener la situación”, dijo Merkel mirando atentamente a la pequeña.

Alemania no puede acoger a todas las personas procedentes de esos campos y algunos tendrán que regresar, abundó Merkel, ante lo cual la adolescente comenzó a llorar desconsoladamente. "Lo entiendo pero a veces la política es dura", le justifica.

INCONSOLABLE

Al darse cuenta de lo sucedido, la canciller se acercó para intentar consolarla, con su mano sobre el hombro de Reem, y cuando el moderador le hizo ver la dura que era la situación para la chica -premiada con el encuentro precisamente por su buen comportamiento escolar-, ella respondió que lo sabía y que por eso quería acariciarla.

El moderador del debate, Felix Seibert-Daiker, que trabaja para un canal infantil, ha rechazado que Merkel actuara sin corazón, aunque, reconoce, todos hubieran deseado oírla decir que Reem podría seguir en Alemania. “Reaccionó de forma humana, a su manera”, señaló Seibert-Daiker, quien consideró que hay que reconocer el valor de la canciller al explicar la situación con toda su dureza a la niña.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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