'Like a rolling stone' de Bob Dylan cumple 50 años

'Like a rolling stone' de Bob Dylan cumple 50 años

En la primavera de 1965 Bob Dylan estaba agotado tras una intensa gira por Inglaterra, que le llevó incluso a plantearse la posibilidad de abandonar el mundo de la música, hastiado casi de sí mismo, estancado creativamente. Para aclarar su mente, en esa época escribió sin parar en prosa y en verso, en un proceso liberador que dio como resultado centenares de folios, algunos con más sentido que otros, pero todos ellos con una evidente misión curativa. En esas páginas había unos escritos en los que Bob Dylan vomitaba todo su odio, que fueron el germen de una futura canción destinada a marcar no a una, sino a varias generaciones, y que ahora justo cumple medio siglo de vida.

Con las ideas más claras, Bob Dylan resumió un texto de veinte páginas en cuatro estrofas y un estribillo que se registraron durante los días 15 y 16 de junio de 1965 en los estudios de Columbia Records en el número 799 de la Séptima Avenida de Nueva York, con un elenco variopinto de músicos.

El guitarrista Mike Bloomfield dirigía el cotarro junto a Dylan, mientras a su alrededor trabajaban otros como Paul Griffin (piano), Joe Macho Jr (bajo), Bobby Gregg (batería), Bruce Langhorbe (pandereta) y Al Kooper (guitarrista y teclista que terminaría improvisando el famoso riff de órgano de la canción).

En la sesión del 15 de junio se grabaron en una alocada jornada cinco tomas diferentes de la canción, pero ninguna terminaba de convencer del todo. La del día 16 no fue más tranquila, pues se llegaron a registrar hasta quince versiones distintas, siendo la cuarta la finalmente elegida como single para su comercialización.

¿CÓMO PUEDE DURAR UNA CANCIÓN SEIS MINUTOS?

Una comercialización, por cierto, que tuvo su miga, pues ni la discográfica ni las radios comprendían que una canción pudiera tener seis minutos de duración. Si a eso le añadimos la verborrea de Dylan y el sonido eléctrico y pesado, la hipotética comercialización resultaba aparentemente compleja.

De hecho, inicialmente el lanzamiento de Like a rolling stone quedó en cuarentena preventiva debido a las reticencias de los ejecutivos de Columbia Records. El bloqueo desapareció tras una especie de experimento, después de que una de las tomas del tema sonara en una discoteca llamada Arthur, encandilando a los presentes, que la pidieron una y otra vez. Al día siguiente las radios más influyentes del país estaban pidiendo copias.

Pese a su duración, la canción vio la luz el 20 de julio de 1965 y se convirtió en el mayor éxito de Dylan hasta entonces y permaneció en las listas estadounidenses durante doce semanas, además de llegar al segundo puesto, sólo superada por Help! de los Beatles. Y eso que aún quedaban disc jockeys que intentaban no poner el tema, a pesar de las peticiones constantes.

Y es que la revolución había comenzado, liderada por un Bob Dylan que desafiaba todos los convencionalismos artísticos de la época en general y a la creencia de que los sencillos debían durar tres minutos para ser un éxito en particular.

"La primera vez que escuché a Bob Dylan estaba en el auto con mi madre escuchando WMCA y luego siguió aquel golpe de caja que sonó como si alguien hubiera abierto la puerta de tu mente de una patada. De la forma en que Elvis libera tu cuerpo, Dylan libera tu mente", ha dicho Bruce Springsteen sobre el tema.

Por su parte, Paul McCartney ha recordado en alguna ocasión haber ido a casa de John Lennon en Weybridge expresamente para escuchar la canción. "Parecía durar para siempre, era simplemente hermosa. Nos mostró a todos que era posible ir un poquito más lejos", ha manifestado McCartney.

Han pasado cincuenta años desde entonces y la lista de artistas que han versionado Like a rolling stone es prácticamente interminable, capitaneada, eso sí, por unos Rolling Stones que la adoptaron casi como un himno propio y que aún hoy la siguen incluyendo en los repertorios de sus conciertos.

Aparte de las huestes de Mick Jagger, también la tocaron Johnny Thunders, Johnny Winter, Cher, Mick Ronson con David Bowie, Michael Bolton, David Gilmour, John Mellencamp, The Wailers, Green Day y, más recientemente y en España, M Clan. Eso por ahora, puesto que Like a rolling stone sigue viva y las versiones seguirán sucediéndose en un bucle infinito.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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