El nuevo ritual del maestro Joao en 'Supervivientes' acaba en accidente

El nuevo ritual del maestro Joao en 'Supervivientes' acaba en accidente

A pesar del dolor, acabó lo que había empezado.

Telecinco

Es la segunda vez que uno de los rituales del maestro Joao acaba en chasco en Supervivientes (Telecinco). Este domingo, coincidiendo con la séptima gala de Conexión Honduras, su nueva idea acabó en accidente.

El maestro Joao hizo un agujero a un coco y pidió a todos sus compañeros que dijeran a través del mismo la palabra 'magnitud' y el nombre de la persona de la que quisieran tener noticias desde Honduras. Una vez que todos los concursantes de playa Cabeza de León participaron, lo llenó de agua y todos los supervivientes se adentraron en el bosque, en busca de un árbol en el que dejar el coco para terminar el ritual.

Cuando parecían haber encontrado el árbol perfecto y el maestro Joao se dirigía hacia él, tropezó y se hizo una herida profunda. Sus compañeros le ayudaron a levantarse, mientras se podía escuchar a Romina Malaspina decir "mira el pedazo de piel que se sacó" y a María Jesús Ruiz gritar "¡ay, Dios mío!" repetidas veces.

Sin embargo, el maestro Joao se levantó como si nada para terminar el ritual. Sus llantos llegaron después. "No pasa nada", indicó Joao dejando el coco en su sitio, mientras sus compañeros seguían alarmados: "¡Pero si tienes un agujero!", "vamos Joao, hay que coserte esa pierna".

Joao insistía en que no pasaba nada, aunque sus compañeras continuaban alarmadas. "Sangra como un cochino", indicaba María Jesús. "Que pena me da, Dios mío", decía la Miss España entre lágrimas.

Finalmente, parece que la modelo contagió los llantos al herido, que pidió al resto que no mirara la herida. "A mí no me da impresión mirártelo", aseguró Francisco, aunque su gesto no acompañaba a sus palabras.

El equipo médico del programa tuvo que atender al maestro Joao, que tuvo que abandonar la isla sin dejar de llorar, con el miedo de que no le dejaran reincorporarse al concurso. La caída hizo que el superviviente se clavara una rama que le atravesó la pierna con tal profundidad que tuvieron que darle cinco puntos internos y trece externos. Finalmente, Joao pudo reincorporarse al grupo.