Si tienes esta moneda española del franquismo olvidada en casa, tienes una fortuna de un millón de euros cogiendo polvo
"Una moneda vale exactamente lo que alguien esté dispuesto a pagar en ese momento".

Son monedas que valer, no valen para ya comerciar con nada, pero sin embargo la numismática tiene un inmenso valor en el mercado. Cada vez son más las monedas de épocas pasadas que alcanzan mucho más valor del que representaban en su momento. Es lo que ha pasado, según cuentan en Ideal, con una moneda de la época de Franco.
En eBay, y esto es cierto, hay una moneda de plata de 100 pesetas del franquismo, acuñada en los años 66, 67 y 68 que alcanza un valor de casi un millón de euros. Aunque quizás sea exagerado el precio que se pide, no hay que dejar de soñar. En otras webs especializadas, se puede encontrar la misma monera a un precio muy inferior.
En La Dobla Bullion, por ejemplo, una moneda de 100 pesetas de Franco, acuñada en 1966, puede comprarse por poco más de 70 euros.
Si bien el precio que se solicita puede salir de lo normal, incluso de lo esperado por los expertos, al final con el coleccionismo ocurre lo que ya cuenta Jesús Losada en su libro Las monedas españolas más valiosas. "Una moneda vale exactamente lo que alguien esté dispuesto a pagar en ese momento", recoge.
Las otras monedas españolas más valiosas
Para quienes coleccionan monedas antiguas o simplemente buscan entender por qué ciertas piezas alcanzan cifras astronómicas en subastas, conviene repasar cuáles son las monedas españolas más codiciadas del mercado numismático. Su valor depende de factores como la rareza, la conservación o la historia que guardan, y algunas han multiplicado su precio de forma sorprendente en los últimos años.
Entre las más destacadas se encuentra el Centén de Felipe III, una moneda fabricada en 1609 cuyo valor actual puede superar con facilidad los dos millones de euros. Se trata de una pieza excepcional por su escasez y su peso en oro. El último registro de venta pública data de 2009, cuando alcanzó los 800.000 euros, una cifra que hoy se considera incluso baja para un ejemplar en buen estado. Para muchos especialistas, representa el gran tesoro de la numismática española por su diseño y su extraordinario tamaño.
También sobresalen las onzas de oro coloniales, emitidas en 1659 en cecas como Lima o México y utilizadas originalmente para el comercio internacional entre territorios del imperio. En la actualidad, algunos ejemplares de la Casa de Moneda de México pueden venderse por alrededor de 475.000 euros, especialmente aquellos que conservan un relieve nítido y muestran mínimos signos de desgaste. Su alto valor histórico, vinculado al flujo de metales preciosos hacia Europa, explica su cotización.
Otra pieza muy apreciada es la onza segoviana, acuñada en 1611. Aunque su valor no llega al de los ejemplares anteriores, sigue siendo una de las monedas más buscadas del Siglo de Oro español. Puede alcanzar los 300.000 euros cuando aparece en subastas internacionales, sobre todo si procede de la histórica Casa de Moneda de Segovia y mantiene intactos sus detalles originales.
Mención especial merecen las onzas de oro de Luis I, un rey cuyo breve reinado (apenas unos meses en 1724) dejó muy pocas monedas en circulación. Esa escasez natural las convierte en piezas extremadamente valiosas. Dependiendo de su conservación, pueden llegar a pagarse unos 250.000 euros por unidad, aunque algunos expertos consideran que su precio seguirá aumentando en los próximos años debido a su demanda sostenida.
Por último, figuran los 20 Excelentes de los Reyes Católicos, una moneda que circuló antes de la llegada del escudo como denominación oficial. Forman parte de la transición entre la Edad Media y la Edad Moderna y son muy apreciados por coleccionistas internacionales. Su valor oscila entre los 300.000 y los 600.000 euros, siempre condicionado por el estado de la pieza y la claridad de su acuñación.
