Esta teoría demuestra que los malos de Disney no eran tan malos ni los buenos, tan buenos

Esta teoría demuestra que los malos de Disney no eran tan malos ni los buenos, tan buenos

"Ariel es una 'snob' malcriada que le gusta cantar sobre todas las cosas".

Disney

Es probable que nunca te hayas planteado que las historias de Disney podrían ser al revés: los malos podrían ser los buenos. Quizás Jafar no era tan cruel como lo pintaban en Aladdin, al final, el protagonista era un ladrón, ¿no? O puede que Scar no pretendiese matar a Mufasa en El rey León con un afán malvado, si no con el de repartir justicia social y acabar con la desigualdad. Seguramente no te lo hayas planteado nunca, pero la hija de Robin Williams, sí.

El 2 de junio Zelda Williams publicó un hilo de Twitter en el que demuestra precisamente esa teoría. La actriz estadounidense analiza (con un marcado carácter republicano) a las princesas y príncipes de las cintas de su infancia y la tuya para darle la vuelta a la historia.

Aviso: prepárate para que tu vida dé un giro de 180º.

"Analizando las películas de Disney, me doy cuenta de lo variopintos e inteligentes que son los llamados villanos de las cintas de princesas", comienza diciendo antes de destripar uno por uno a Ariel, de La Sirenita, a Simba y Mufasa, de El rey León, o a Aurora, de La bella durmiente.

Ariel es una 'snob' malcriada a la que le gusta cantar sobre todas las cosas. Salva la vida de un hombre y entonces decide 'stalkearle' y volverse a encontrar con él (aunque él no se acuerda siquiera de cómo es ella). Así que para hacerlo, necesita magia y a quién llama...

Úrsula le ayuda a pesar de que la presumida familia real de Ariel la ha exiliado a una cueva. ¡Y ni siquiera se lo pone difícil! Es como: 'Hola Ariel, sabe escribir porque firmó con su nombre'. ¡No tiene que hacer de analfabeta como si fuese muda! ¡Hasta si lo fuese podría hacerlo!

Dejando a un lado lo de 'La Sirenita', los pichones ricos siempre se salen con la suya, mientras que las talentosas y mágicas señoras que no entran en un particular (y tonto) estándar de belleza o edad, a menudo son rechazadas injustamente por la sociedad. Úrsula solo era una BAMF y una mujerona. ¡Y punto!

Ahora Simba, otro estúpido de la casa real que se cree desde pequeño que el mundo es suyo (algo que tampoco es mentira, para nada). En seguida empieza a cabrear a su inteligente tío Scar que, por cierto normal que esté enfadado si su nombre se debe a una visible herida.

Pero el padre de El rey León tampoco se libra, de Mufasa dice que tiene un "orgullo enorme" y que nunca llama a nadie por su nombre. Además, sigue adoctrinando a Simba en sus lecciones de rey que solo aumentan su ego. "¡Scar intentaba abrirle los horizontes a Simba y que no se quedase solo en el reino animal, sino que también tratase con la gente de la calle", continúa antes de acabar con un claro mensaje contra la realeza: "¡Sí, Scar acabó derrocando la monarquía, todas las sociedades tienen que modernizarse! Él y las hienas instauraron una nueva democracia".

Tras dejar por los suelos a los reyes de la sabana, pasa a idolatrar a Maléfica, su malvada predilecta.

¿Por qué es Maléfica la mala de 'La bella durmiente' cuando el príncipe entra en propiedades privadas a besar a jóvenes dormidas? Y un dato divertido: los cuervos son súper inteligentes y pueden hablar mejor que los loros, así que más puntos para el mal. ¡Siguiente!

La intérprete destaca también el estilismo de los villanos. Se centra sobre todo en esas brujas malvadas a las que siempre han detestado y de las que dice ser "iconos de la moda" y de introducir "tallas diversas".

MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

Sobre qué temas escribo

Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

He podido contar en primera persona con supervivientes del “Stonewall español” que es el Pasaje Begoña, denunciar la situación que viven los menores trans o hablar sobre qué significa la manosfera antes de que llegara a Netflix ‘Adolescencia’.

 

Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

Cómo contactar conmigo: