Covid-19: la semana en la que la realidad nos volvió a dar una bofetada y nos obligó a actuar
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Covid-19: la semana en la que la realidad nos volvió a dar una bofetada y nos obligó a actuar

Los contagios suben, especialmente en Europa, y el fantasma de los meses pasados se hace carne. Más vacunas, a más gente, y más controles se vuelven obligados.

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Nos hemos dado de bruces con la realidad. El coronavirus, con el que habíamos aprendido a lidiar gracias a las vacunas, sigue ahí, al acecho, y de pronto nos sorprendemos de que crezca cada día: porque hay población sin proteger, porque surgen variantes más resistentes y contagiosas, porque nos relajamos. No nos hagamos los nuevos: los científicos llevan meses alertando de que esto pasaría.

Esta semana, como si de una tormenta perfecta se tratase, el covid-19 ha vuelto a encabezar portadas e informativos por los nuevos datos que se conocen, las nuevas cepas y las nuevas medidas que se toman para frenar esta escalada. Un escenario que promete quedarse en los próximos meses y para el que toca pertrecharse.

Cómo están las cosas

España ronda los 9.200 nuevos casos de coronavirus diarios, con una incidencia de 160 por cada 100.000 habitantes, lo que supone un riesgo medio, tras el cambio en el semáforo de alerta, y un salto de doce puntos respecto a la pasada semana. Los niveles más altos de contagios se sitúan entre los menores de 11 años y los ciudadanos de la franja situada entre los 40 y 49 años. Se suman ente 25 y 27 nuevos muertos cada día.

Nuestro país no es de los que peor parados salen en Europa. La situación está siendo especialmente seria en los países del este (Eslovaquia, República Checa, Austria y Eslovenia, sobre todo), pero también en Alemania o Bélgica, donde la incidencia ha subido entre un 59 y un 62%, hasta los 400 casos en el primer caso y hasta los 1.500 en el segundo.

Europa concentra dos tercios de los casos globales de covid y es la única región del mundo donde aumentan, un 11% la semana pasada. El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades ha advertido de un riesgo “muy alto” en las próximas semanas, por lo que llama a la vacunación y a la dosis de refuerzo para los mayores de 40 años y las personas vulnerables.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa muestra su preocupación. “Estamos muy alarmados. Acabamos de superar, muy tristemente, la barrera de un millón y medio de muertos, la semana pasada. Si seguimos el rumbo actual, estamos proyectando más de medio millón de fallecidos más para la primavera del próximo año”, señala Robb Butler, director ejecutivo de la OMS en el viejo continente. Aporta un dato helador: de continuar la tendencia de contagios actual, antes del próximo primero de marzo, la pandemia podría cobrarse 700.000 vidas más en suelo europeo.

La directora de la principal agencia de salud pública de la Unión Europea, Andrea Ammon, precisaba además de un riesgo de que la incidencia de la covid-19 sea “muy alta” en diciembre y enero, justo durante las fiestas de Navidad en el continente, “a menos que se apliquen urgentemente medidas de salud pública”. Señalaba especialmente los riesgos de la variante delta, con alta capacidad de propagarse.

Hay datos de la OMS que sugieren que antes de la llegada de la variante delta, las vacunas reducían la transmisión alrededor de un 60% pero, con la aparición de esta cepa, cayeron a 40%, añade el organismo de Naciones Unidas.

El nuevo semáforo

Estta semana se han producido novedades tanto en la forma de evaluar la gravedad de los escenarios como en las medidas para atajar el incremento de casos. Todas con enjundia, con calado.

En España se ha aprobado un nuevo semáforo covid que hace que, por ejemplo, con los datos actuales en la mano, estemos en un riesgo medio y no alto, como habría sido catalogado con los protocolos previos. El martes, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, acordó en la Comisión de Salud Pública, en la que están representadas las comunidades autónomas y el Ministerio, estos nuevos “indicadores y niveles de riesgo, sin medidas”, eso sí. Una “nueva mirada”, la llamó.

Se decidió que el riesgo bajo de transmisión se eleve hasta una incidencia acumulada de 100 casos por 100.000 habitantes, frente a los 50 actuales. El riesgo alto empezaría a partir de 300, en lugar de los 150 que estaban contemplados en esos momentos, mientras que el riesgo medio se coloca ahora entre 100 y 300.

El muy alto estaría por encima de 500, en comparación con 250 actualmente. En cualquier caso, la incidencia acumulada a 14 días por 100.000 habitantes no es la única variable que se analiza para fijar el riesgo de un territorio, sino que también se tienen en cuenta la capacidad asistencial, por ejemplo.

Refuerzo y niños

En la misma Comisión de Salud Pública, se acordó aprobar una tercera dosis de vacuna contra la covid para todos los españoles mayores de 60 años, después de que los más ancianos estén ya siendo recibiendo un nuevo pinchazo de refuerzo. Una decisión extensiva al personal sanitario y sociosanitario y que venía a reforzar la protección en un país donde la vacunación está siendo un ejemplo para Europa, con una cota del 90%. “Hay que completar cuanto antes todos los grupos que se han ido sumando a la dosis de refuerzo” y asegurar una protección que, “pasado un tiempo se reduce” con la pauta normal de dos dosis, defendió la ministra.

Sanidad se ha planteado el reto de vacunar a los 16 millones de personas “más vulnerables” con la dosis de refuerzo antes de que arranque la Navidad. Un acelerón “fundamental”, dice, para el que pide la complicidad de las autonomías.

Alertadas por el rápido crecimiento de los casos en todo el continente, la Comisión Europea dio el jueves un paso más y anunció que aceptada la recomendación del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades para vacunar a todos los adultos, a los mayores de 40 años, con una tercera dosis. “Debemos incrementar la vacunación para el control de la pandemia. Queremos convencer a la gente para que se vacune”, dijo la presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen, para justificar su decisión. Y aporta un dato revelador: las vacunas contra el coronavirus han salvado 470.000 vidas entre los mayores de 60 años en Europa. Como para no apostar por ellas.

Tanto, que el jueves pasado la Agencia Europea del Medicamento (EMA) dio también el visto bueno al uso de la vacuna de Pfizer frente al covid para niños de entre cinco y 11 años, una dosis que será menor que la que se utiliza en mayores de 12 años, aunque se administrará en dos pinchazos separados por tres semanas, al igual que en adultos. El principal estudio realizado en 2.000 niños de 5 a 11 años ha demostrado que la respuesta inmune ante la vacuna de Pfizer es similar a la observada en adultos en cuanto a nivel de eficacia -esto es, los anticuerpos generados- y en cuanto a posibles efectos secundarios. Se ha confirmado una efectividad del 90,7%.

El anuncio ha generado lógicas preguntas entre los padres, pero los datos de contagios entre niños, no vacunados, justifican esta decisión. En España, este grupo de edad es el que muestra una mayor tasa de incidencia acumulada, con 233 casos por 100.000 en dos semanas, muy por encima de los 148 de la media nacional. Sucede lo mismo en Centroeuropa, donde los contagios en familias con niños se han multiplicado un 23%.

La OMS recuerda que “las vacunas salvan vidas, pero no impiden totalmente la transmisión del covid”, por lo que estas medidas tomadas por los Gobiernos europeos tienen que verse complementadas, forzosamente, por el uso de mascarillas, el respeto de las distancias de seguridad, evitar las multitudes, mantener ventanas abiertas y las manos limpias. Un aviso ante la “falsa sensación de seguridad” que se ha generado.

La nueva pelea se llama ómicron

Aún no ha recibido un nombre más sencillo. Por ahora se llama ómicron y es la nueva variante que toma relevo a la delta y es aún más difícil de combatir. El 25 de noviembre, el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica (NICD, por sus siglas en inglés) anunciaba la identificación de esta nueva variante, que coincide con el repentino aumento de casos en la provincia de Gauteng, en el país africano.

La nueva variante ya está en Europa, con el primer positivo de una mujer en Bélgica, no vacunada, y que viajó hace días a Egipto. Tras este caso, se han registrado ya positivos por ómicron en Dinamarca, Alemania, Países Bajos y Reino Unido. Este último país ha regresado a las mascarillas en lugares cerrados al detectar los primeros casos.

En el resto del mundo ya se preparan para su llegada. Así lo ha reconocido el doctor Fauci, el asesor de la Casa Blanca en materia de coronavirus, quien considera “inevitable” que esta nueva variante llegue a EEUU.

De inmediato, la UE ha decidido prohibir los vuelos al menos 14 días con Sudáfrica y otros seis países del entorno donde apareció Omicrón (Botsuana, Esuatini, Lesoto, Namibia, Mozambique y Zimbabue).

Una medida que ha sido criticada por la OMS, organización que ha pedido apoyar a África en lugar de aplicar restricciones contra sus países porque, aseguran, “pueden jugar un papel en reducir levemente la expansión de la Covid-19, pero imponen una pesada carga en las vidas y en los medios de vida”.

“La OMS está con los países africanos que han tenido el coraje de compartir con valentía información de salud pública que salva vidas, ayudando a proteger al mundo contra la expansión de la covid-19”, ha asegurado este organismo.

Maria van Kerkhove, epidemióloga experta en enfermedades infecciosas y líder técnica en Covid-19 de la OMS, explicaba el viernes que “no sabemos mucho más todavía sobre esta nueva variante”. “Lo que sabemos es que presenta un gran número de mutaciones y no sabemos qué impacto puede tener. Ahora los investigadores deben trabajar juntos para entender cómo estas mutaciones pueden afectar a las vacunas”.

A vueltas con el pasaporte

Otro de los protagonistas de la semana ha sido el pasaporte covid, cuyo uso está generando tensiones importantes en España. A las puertas de las navidades, su exigencia sigue siendo una excepción en nuestro país, que no sigue el camino de Francia, Alemania o Países Bajos, algunos de los países que ya exigen el certificado de vacunación para acceder a determinados lugares como cines, museos, cafeterías, restaurantes, hospitales o residencias de ancianos.

Únicamente seis comunidades autónomas ya lo tienen implantado par determinadas actividades. Son Galicia, Cataluña, Navarra, Aragón, Murcia y Baleares. Mientras tanto, otras regiones pretenden implantarlo antes de la llegada de las fiestas y alguna como la Comunidad de Madrid -siempre con su propia coreografía- dicen que no es necesario. Tribunales catalanes y navarros han avalado este control extra en decisiones tomadas esta misma semana.

La Comisión Europea ha aprobado, por su parte, un proyecto de recomendación que supeditará la prolongación de la validez del certificado covid-19 a la administración de una dosis de refuerzo de la vacuna. La propuesta, que necesita el visto bueno de los Estados de la UE para entrar en vigor, aboga por limitar la validez del certificado a un período de nueve meses, lo que obligaría a recibir un nuevo pinchazo a partir de ese plazo para disponer del documento que permite viajar sin restricciones por el territorio comunitario. La Comisión propone que las nuevas normas entren en vigor el 10 de enero de 2022.

Los que no ven la realidad

El aumento de casos lleva a un refuerzo en las restricciones y, en consecuencia, se revuelven los negacionistas. Otra vez, salen a las calles para quejarse por las medidas de los distintos Gobiernos, sin mascarilla, sin distancia de seguridad, convencidos de que aquello sólo es agua de limón con chips y encima coartan las libertades.

Se han dado protestas en Rotterdam (Países Bajos), en Bruselas (Bélgica), en Viena (Austria), Zagreb (Croacia) o Roma (Italia). El caso más grave fue el holandés, cuando manifestantes encapuchados prendieron fuego a las bicicletas de alquiler en Rotterdam y en La Haya, mientras la policía antidisturbios utilizó caballos y perros para disolver a la multitud. Las autoridades declararon incluso el estado de emergencia, con decenas de arrestados y heridos.

Se quejaban de la decisión del Gobierno de restringir la entrada a espacios públicos a aquellas personas que no se han vacunado contra el coronavirus. Mucho más firme ha sido el Gobierno austriaco, que ante la explosión de contagios, ha decretado un nuevo confinamiento para toda la población durante al menos diez días y vacunación obligatoria desde febrero. En Bélgica se baraja el cierre anticipado de la hostelería y la limitación de personas por mesa, pero por ahora sólo se ha decidido reforzar la política de mascarillas, y ni eso aguantan los 35.000 que salieron a la calle el domingo.

Este fin de semana se esperan nuevas movilizaciones en los países más afectados. Como si no fuera suficiente problema tener que pelear contra la enfermedad.