Satélite PAZ, el espía que vigilará las fronteras

Satélite PAZ, el espía que vigilará las fronteras

Es 100% español y proporcionará información al Ministerio de Defensa.

Vista del satélite español PAZEFE

Tres, dos, uno, cero... Y un gran aplauso ha resonado en la sala del Centro de Astrobiología (CAB), donde se ha seguido online el lanzamiento en California del primer satélite 100% español, el satélite PAZ, cuyo radar está destinado fundamentalmente a proporcionar información al Ministerio de Defensa.

Diez años después de que comenzara su construcción, y cuatro desde que se planificara su primer lanzamiento, ha llegado al espacio para vigilar, desde una órbita que atraviesa los polos, lo que acontece en las fronteras y en los mares que nos rodean. Pero también, señalan sus propietarios, para enviar datos de utilidad ambiental, en caso de catástrofe natural o sobre infraestructuras de los territorios que sobrevolará 15 veces al día y a 514 kilómetros de altura. En total cubrirá una superficie de 300.000 kilómetros cuadrados.

El cuarto intento en los últimos días

Más de 170.000 personas han seguido vía streming su salida desde la base norteamericana de Vanderguer. Exactamente a las 15:17. En los últimos días, éste ha sido el cuarto intento de lanzarlo a bordo de un Falcon 9, de la compañía norteamericana Space X, que lo llevaba junto a otros dos satélites de su propiedad.

Este miércoles, en los últimos minutos, tuvo que ser aplazado por fuertes ráfagas de viento, una noticia que cayó como un jarro de agua fría entre el público que había asistido al CAB para seguir desde allí el evento. Entre los asistentes se encontraba la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, y un buen número de altos cargos militares.

  5c8a68ab36000006186b7110Patrick Fallon / Reuters

El satélite PAZ, que ha costado 160 millones de euros y que se considera sobre todo un satélite espía, ha tenido un recorrido azaroso desde que en 2007, con el socialista José Antonio Alonso como ministro de Defensa, se diera luz verde a su construcción, que comenzó al año siguiente.

En realidad, es uno de los dos satélites encuadrados dentro del Programa Nacional de Observación de la Tierra (PNOT), del que también forma parte el Ingenio, con un lanzamiento previsto para finales de 2019. Hay que recordar que hace una década eran tiempos de vacas gordas, y para ello se presupuestaron 346 millones de euros.

Hisdesat, cuyo capital es en un 30% de Defensa, es la propietaria y operadora del satélite y por tanto fue quien encargó su construcción a Airbus en 2008, si bien han participado un total de 15 empresas y tres universidades españolas. Es el primer satélite 100% tecnología nacional, un hito para la investigación espacial española.

Su primera presentación en sociedad, con Carme Chacón al frente, tuvo lugar en 2011. Fue entonces cuando se anunció su lanzamiento para 2014 desde la base ruso-ucraniana de Baikonur, a bordo de un cohete DNPER de Kosmotras.

Sin embargo, el conflicto entre Rusia y Ucrania, que estalló en 2013, dio al traste con este plan, según los responsables de Hisdesat, que ya habían pagado unos 15 millones de euros por este servicio. La empresa rusa Kosmotras, sin embargo, señala que el retraso fue culpa de España, así que el caso llegó al Tribunal de Arbitraje de París, donde podría resolverse al final de mes. "Es normal que intenten responsabilizar a otro para quedarse el dinero", señalan fuentes de Hisdesat.

  5c8a68ab2400006b054bd1ebPatrick Fallon / Reuters

Todo ello llevó a que el satélite PAZ estuviera aparcado en las instalaciones de EADS/CASA ESPACIO varios años, hasta que a finales del 2017 se anunció que sería puesto en órbita a comienzos de 2018 con Space X. Viajaría hasta su órbita en un Falcon 9 de los que la compañía reutiliza de otros viajes, y con otros dos satélites para que saliera más económico. Aunque no se ha dicho cuánto ha costado, porque Space X así lo quiere, y se asegura que no se ha aumentado el presupuesto de 160 millones, lo cierto es que el coste de Space X rondaría los 20 millones por lanzamiento, a tenor de otros similares.

Con tecnología "muy puntera"

Miguel Angel Serrano, director de operaciones de Hisdesat, es decir, responsable de que se mantenga en su órbita y envíe unas 100 imágenes diarias al centro de control en el INTA (Torrejón de Ardoz), asegura que, pese a estos retrasos, el satélite no está obsoleto. "Afortunadamente se diseñó con tecnología muy puntera y en estos años se ha mantenido y han ido mejorando prestaciones que puede tener. Se han desarrollado dos modos de imágenes, que se le incorporarán una vez esté en el espacio y permitirán que alcance una precisión de hasta 25 centímetros y en mucho más terreno", ha declarado.

En 2014, la precisión que se barajaba para su radar era de un metro. Asimismo, y aunque su vida útil está prevista que sea de siete años, que es para los que tiene combustible, en Hisdesat confían en que se mantenga activo mucho tiempo más, al igual que sus gemelos alemanes, TerraSAR y TanDEMX. Llevan 10 años en el espacio.

Además de las prestaciones para Defensa, el satélite se espera que tenga un importante papel para ministerios como Interior (vigilancia de fronteras, vigilancia aduanera...), Fomento o Agricultura y Medio Ambiente, entre otros. Asimismo, podría proporcionar información importante en caso de catástrofes naturales, infraestructuras, vertidos contaminantes, mapeos de cultivos, etcétera. "La antena principal estará en el INTA y los clientes interesados podrán hacer peticiones y acceder a los datos a través de una web, pero si uno en concreto requiere mucha información podrá tener una antena en su sede para recibir datos del satélite", según Serrano.

Existe la posibilidad de que en el futuro se consiga otra antena de descarga de los datos que se sitúe en el Ártico, posiblemente en el archipiélago de Svalbard, lo que permitiría tener más descargas, dada la cantidad de veces al día que PAZ va a pasar por allí. Pero es un acuerdo que aún no está cerrado. El seguimiento del satélite también se realizará desde el centro del INTA en Maspalomas (Gran Canaria).

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Soy periodista de divulgación científica y ambiental, también interesada en temas de índole social. Durante 21 años he trabajado en el diario 'El Mundo', hasta que llegó el último ERE. Ahora, colaboro con 'Reserva Natural', de RNE 5, el periódico 'Escuela', la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y otros medios como 'freelance', a la espera de tiempos mejores. Autora del blog Laboratorio para Sapiens.