Un capítulo oscuro de la política española

Un capítulo oscuro de la política española

Lo que se desprende de los audios es tan soez, tan escandaloso, que los líderes de hoy se tienen que comprometer a que jamás vuelva a ocurrir. Pese a que hoy estemos a otras cosas.

José Manuel Villarejo, a su llegada al juzgadoEuropa Press News via Getty Images

En ocasiones, parecemos anestesiados. Yo el primero. Ocupados en nuestras preocupaciones diarias, pendientes de la subida de precios y la crisis económica, de vez en cuando los medios de comunicación desvelan nuevos audios del ya famoso excomisario Villarejo. Nos hemos acostumbrado a esos sonidos, en los que otrora destacados dirigentes del PP, entonces en el Ejecutivo, y altos cargos de la Policía Nacional urden planes contra determinadas personas aparentemente al margen de los cauces legales. Un escándalo para la izquierda, cosas del pasado para Feijóo.

Basta prestar atención tan solo unos minutos a esos sonidos para llevarte las manos a la cabeza. Para preguntarte si es cierto eso que estás escuchando o si tal vez se trata de una trama cinematográfica de dudosa calidad. Ministros, altos cargos del Gobierno y policías maniobrando para destruir a adversarios políticos, de su mismo color político o de otro. Creando informes y pruebas falsas. Espiando ilegalmente. Y todo con dinero público.

No conocemos la totalidad de los audios o si han sido manipulados de alguna forma. Pero lo que sí sabemos es que Villarejo grababa a sus entonces colaboradores y que, desde hace años, medios de comunicación como El HuffPost dan cuenta de determinados extractos de sus sus encuentros. Sonidos que, en algunos casos, ponen en evidencia las mentiras que los protagonistas dijeron en el Congreso, sede de la soberanía nacional, cuando les preguntaron por el escándalo.

Se entiende también por qué Pablo Casado puso tanto empeño en que una de sus banderas, al acceder a la presidencia Partido Popular, fuera la lucha contra la corrupción y la ejemplaridad. Para romper, por mucho que molestara, con todo ese pasado

Con Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, según se desprende de estos sonidos, una parte de su Ejecutivo intentó conseguir información sensible para el PP de Luis Bárcenas y erosionar políticamente a rivales políticos. Implicando al cuerpo de la Policía Nacional en actuaciones al margen de la ley. Algunos audios son tremendos. “Es para coger la pistola y descargarle el cargador en la cabeza”, dice Eugenio Pino, ex director adjunto operativo (DAO) de la Policía Nacional sobre Manuel Morocho, el inspector que investigaba al PP por el caso Gürtel, según informó la pasada semana laSexta.

Las grabaciones destapan una etapa muy oscura de la política en España. Un terrible uso partidista del poder en el que también participaron altos cargos policiales, para a buen seguro bochorno e indignación de la inmensa mayoría de agentes de la Policía Nacional, que tratan de servir al interés general con pulcritud. Y por ello se entiende también por qué Pablo Casado puso tanto empeño en que una de sus banderas, al acceder a la presidencia Partido Popular, fuera la lucha contra la corrupción y la ejemplaridad. Para romper, por mucho que molestara, con todo ese pasado.

Es comprensible desde el punto de vista electoral que Feijóo, ahora al frente del PP, no quiera oír hablar de este asunto. Que diga que son cosas del pasado y se centre en la actualidad, en la situación económica cada vez más complicada para los españoles. Como también lo es que la izquierda quiera seguir manteniendo vivo el tema, aunque nada indique que genere un trasvase de votos.

Será la Justicia la que tendrá que dirimir si hay más pesquisas que investigar o no. Los protagonistas políticos de los audios ya no están en activo. Nadie sabía nada en Moncloa, según sus versiones. Pero lo que se desprende de los audios es tan soez, tan escandaloso, que los líderes de hoy se tienen que comprometer a que jamás vuelva a ocurrir. Pese a que hoy estemos a otras cosas. Aunque nos hayamos acostumbrado a unos audios que demuestran que, hace no tanto, presuntamente se utilizaron con impunidad los instrumentos del Estado para dinamitar a rivales políticos.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Corresponsal político de El HuffPost.